Como la gran mayoría de las prestaciones de salud, los tratamientos y controles de ortodoncia se deben realizar de manera presencial, aun cuando haya medidas sanitarias de confinamiento o cuarentenas.
“Ciertamente, existen casos de urgencia en los tratamientos ortodóncicos que los hacen impostergables, como irritaciones, alergias y procesos infecciosos, entre otros. Pero lo general es que no podemos dejar a nuestros pacientes con fuerzas activas en su boca, sin controlarlos periódicamente”, explica la doctora Caterina Pruzzo, presidenta de la Sociedad de Ortodoncia de Chile.
Y en esta necesidad de que los pacientes no pierdan sus controles ni vean afectados sus tratamientos, los odontólogos ortodoncistas han extremado las medidas sanitarias que -en relación con la pandemia de Covid-19- ha instruido el Ministerio de Salud, relacionadas con distanciamiento de citaciones, segregación en salas de espera, presencia de dispensadores de alcohol gel y uso de mascarillas y barreras físicas, entre otras. Con ello, y la bioseguridad habitual de los profesionales ortodoncistas, las atenciones de la especialidad, en clínicas, megaprestadores, consultas y servicio público, son altamente seguras.
En efecto, una encuesta realizada por la Sociedad de Ortodoncia, que contó con una participación de 288 especialistas, reveló que la tasa de contagios de Covid-19 en los lugares de trabajo, tanto de los odontólogos, como de sus asistentes y pacientes, es prácticamente de cero (sólo un ortodoncista se contagió en la clínica), lo que demuestra preocupación por los pacientes y buenas condiciones para una atención segura.
