Los museos de Ñuble se niegan a morir y así lo han demostrado en innumerables ocasiones. Hace cuatro años se unieron varios de ellos bajo el alero de la Red de Museos de la región y recién la semana que pasó lograron establecer una fundación, desde la cual podrán ser beneficiarios de proyectos que les permitan seguir trabajando a puertas abiertas.
La Fundación Red de Museos de Ñuble, eso sí, fue creada por particulares que trabajan en museos y todos los directores de estos espacios pasaron a ser socios. De esta forma, la encargada del Museo Marta Colvin de la Universidad del Bío-Bío, Katerin Henríquez, es la presidenta de la fundación. Le siguen Camila Riquelme como secretaria y Eduardo Peña como tesorero, ambos representantes del Museo Claudio Arrau de la Municipalidad de Chillán.
Actualmente, la Red de Museos de Ñuble está conformada por iniciativas privadas, universitarias y municipales, y entre ellas destacan los museos de autor como el Marta Colvin de la UBB, Claudio Arrau León del municipio, Casa Gonzalo Rojas de la Corporación Cultural que lleva el mismo nombre y la Casa de Violeta Parra en San Carlos, también de administración municipal.
A estos se unen iniciativas privadas como las dos granjas existentes: Lo Vilches y Doña Rita, el Museo Artenin de Ninhue, el Museo Antropológico del Itata en Quirihue, el Museo de Ciencias Naturales de Chillán y el Museo de la Gráfica, también asentado en la capital regional.
La presidenta de la Fundación Red de Museos de Ñuble, Katerin Henríquez, explica a La Discusión que “siempre para cualquier museo, obtener recursos es difícil y todos los museos estamos en las mismas condicione, porque todos dependemos de instituciones distintas como municipalidades, universidades o .Esa heterogeneidad hace que sea muy difícil conseguir financiamiento o mejoras equitativas. Entonces, partimos analizando en qué pie nos encontrábamos, cuáles eran las necesidades más urgentes y nos dimos cuenta que a pesar de las cosas que nos diferencian, todos tenemos necesidades en puntos específicos, como en la falta de personal, en capacitación, en problemas de infraestructura y conservación de piezas o colecciones que a nuestro juicio es lo más grave. Hay excepciones como el Museo Arrau o la Casa de Gonzalo Rojas que cuentan con más personal, pero la realidad es transversal”, indica.
“Nos dimos cuenta que en forma individual no íbamos a conseguir nada, pero si nos reuníamos en torno a nuestras necesidades, sería distinto porque logramos juntarnos más personas. Algunos tienen habilidades más técnicas, otros, más políticas y otros, académicas, entonces todo eso ha permitido que hoy podamos haber levantado una red en donde la colaboración es fundamental. Nos hemos ayudado, hemos resuelto cuestiones de temas legales y hemos logrado sostener reuniones con autoridades clave y estamos seguros que esto será un impulso para todos”, expresa la presidenta.
Katerin cuenta que la diversidad de propuestas ha sido un plus para los objetivos de la red. “En estos cuatro años que llevamos juntos siempre uno de los objetivos fue contar con esta fundación que nos permita postular a fondos concursables y ha sido todo un camino mantenernos para poder sacar adelante esta personalidad jurídica. Tenemos que agradecer el apoyo de Nelson Campos, abogado de la Oficina Regional de Patrimonio, que ha estado con nosotros en todo momento. La fundación tiene parámetros súper claros, está hecha para el beneficio de los museos de Ñuble, para todos y con el fin de equiparar la cancha, porque hay distintas realidades; mientras unos tienen una infraestructura maravillosa, hay otros que hasta hace poco no tenían dónde estar, como el de Ciencias Naturales de Chillán. Queremos dar visibilidad al Museo Antropológico de Quirihue, que la gente sepa que existe, y queremos contratar a un profesional bajo la figura de secretario o secretaria ejecutiva que se preocupe de hacer este trabajo, de generar un equipo técnico, que podamos contar con diseñadores, museógrafos, conservadores, entre otros profesionales”, cuenta entusiasmada.
Algo que reafirma el director del Museo Claudio Arrau, Eduardo Peña, quien sostiene que el anhelo venía desde hace muchos años. “La génesis de esta fundación es tratar de unir a todos los museos que hay en la región. Como algunos museos dependían de municipios y otros tenían carácter de privados, era complejo unir a todas las instituciones en una sola fundación, al final buscamos una forma de poder organizarnos y lo hicimos a través de una fundación con personalidad jurídica”, indicó.
