La crisis que vive la Democracia Cristiana (DC), con la masiva renuncia de representantes populares, como los senadores Ximena Rincón y Matías Walker; y los gobernadores regionales Claudio Orrego y Patricio Vallespín, ha generado un proceso de profunda reflexión entre sus militantes de base.
A nivel local, el presidente regional de la colectividad, Ildefonso Galaz, adelantó que se quedará en el partido, y explicó sus razones.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]“Los orígenes de la DC chilena están íntimamente ligados al deseo, por parte de un grupo de jóvenes influidos por el social cristianismo; de cambiar el orden establecido y construir una sociedad que refleje de la mejor manera una democracia, no solo formal y legalmente, sino también con una importante inspiración en el evangelio”, recordó.
Luego de destacar los cambios impulsados por Frei Montalva, y el aporte de la DC a la recuperación de la democracia y la posterior transición, encabezada por Patricio Aylwin; Galaz considera que la DC “fue experimentando una suerte de mutación desde un ethos político-ideológico, hacia un pragmatismo y/o realismo que fue echando por tierra los intentos reformadores y de cambio que son inherentes a nuestra razón de ser”.
Agregó que “como otro aspecto que ha carcomido nuestro partido, es preciso destacar la inoperancia que ha impedido el haber llevado a cabo un diálogo y debate interno con altura acerca del modelo de sociedad que queremos para Chile, no solo en relación al régimen político, sino también, y de manera especial en estos tiempos, en lo socio-económico y valórico-cultural. Hemos barrido debajo de la alfombra cuestiones que son imperativas de decidir, y así definir una ruta para los próximos años. Dignidad de la persona, derechos humanos, libertad, justicia social, participación, bien común, destino universal de los bienes, protección de la naturaleza, solidaridad, respeto y tolerancia; son principios y conceptos fundamentales, así como convicciones, sin cuya concreción en el funcionamiento social, la democracia traiciona y desfigura su espíritu y difícilmente sobrevive. Mi humilde llamado es a volver a nuestras raíces, la DC tiene una historia que se refleja en el aporte al desarrollo y crecimiento que ha hecho a nuestro país desde su nacimiento, sirviendo siempre a los más humildes y necesitados. Por lo anteriormente expresado, el suscrito no renunciará a la DC”.
“Se ha perdido el rumbo”
Otro reconocido militante local, el expresidente del Comité Ñuble región y presidente comunal Chillán de la DC, Hérex Fuentes, sostuvo que “el partido está pasando una tremenda crisis de vida e identidad, porque ha perdido la batalla de las ideas. Hace 20 años o más se ha perdido el rumbo, porque muchos militantes que han ocupado cargos políticos, se han preocupado más de su persona que de las ideas y de lo fundamental, los temas como educación, agricultura, turismo, el mundo campesino, que fue lo que movilizó a nuestros fundadores. Como dice la militancia de base, el concepto de fraternidad y estar del lado de quienes sufren, no interesa ni está dentro de las prioridades hoy”, aseveró.
Fuentes recalcó que “acá mismo en Chillán falta el sentido de pertenencia, de unidad. Cada cual hace lo que quiere, hay un individualismo total. Yo me voy a quedar en mi partido, porque lo quiero y valoro desde hace más de 30 años, y comparto su ideario fundamental. Se deben generar los espacios necesarios para hacer política desde los más necesitados, eso nos debe mover, la parte social. Mi convicción es que así debemos mirar el futuro, se tienen que ir quienes están disconformes, porque a lo mejor, han perdido el norte. Las dos almas del partido -quienes están más cerca de la derecha y quienes se mantienen en la centro izquierda-, nos perjudican. Se ha ido perdiendo el humanismo cristiano, junto con lo social”, planteó.
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