Close
Radio Radio Radio Radio

Los esfuerzos por evitar el cierre de escuelas rurales

Cedida

Solo cinco alumnos asisten actualmente a la Escuela Maipo de El Carmen, sin embargo, en la comuna no es el único establecimiento que tiene pocos alumnos, hay otras que solo atienden a uno.

La profesora Iris Sierra es ovallina y desde el 2017 cambió Santiago por la tranquilidad del sector Maipo Bajo en El Carmen. A fines de febrero asumió la dirección del establecimiento ubicado en el kilómetro 10 camino a Macal, hasta donde llegan alumnos de primero a sexto básico, la mayoría hijos de padres que también aprendieron en ese lugar, donde en el presente se imparte un curso multigrado y unidocente.

En 1968 fue el año que tuvo el peak de matrículas llegando a tener 111 estudiantes en sus registros para luego descender a 48 en 1984 y cinco en la actualidad, caída explicada principalmente por la migración campo-ciudad y por la jornada completa de otros planteles. La escuela Maipo funciona de 8.30 a 14.00 horas y desde 1983 solo cuenta con un profesor.

Así lo refiere la directora Iris Sierra, quien reconoce que un eventual cierre del recinto es un temor que ronda desde hace años.

“Siempre está latente esa preocupación de la comunidad y sobre todo en los padres que no quieren que cierre la escuelita. Tienen mucha confianza en la escuela y en el trabajo personalizado con los niños. Es una de las grandes fortalezas, porque al ser personalizado se adapta a las necesidades educativas de cada niño. Cada uno tiene un ritmo de trabajo y una forma de aprender. Entonces tenemos que trabajar de esa forma, no podemos estandarizar los aprendizajes, para todos por igual”, sostiene.

En defensa del proyecto educativo, Iris apunta a la educación integral que han impartido, enfocada en el medio ambiente y asuntos que se han subsanado gradualmente como la conectividad a internet que ahora llega sin interrupciones. Sin embargo, hay otros que aún siguen pendientes.

“Tenemos una dupla que viene una vez por semana, psicóloga y fonoaudiólogo, que empezó a funcionar desde el año pasado, ha sido un avance sustancial, por lo tanto, que se mantenga esa dupla es ideal, porque todavía, como estamos comenzando el año, no se ha confirmado si va persistir ese trabajo”, indica

“Hay caminos interiores de dos o tres kilómetros en que no entra el furgón, simplemente la mamá tiene que acercarlo al camino principal. (…) Este año nos informaron que se bajaron los recursos para el ítem de transporte escolar”, añade.

La preocupación de Iris ante un eventual fin de su escuela, por baja matrícula, tiene sustento estadístico.

Desde el 2000 en adelante se han cerrado 70 escuelas rurales en la región de Ñuble. A la fecha, 219 establecimientos de este tipo están funcionando, los que agrupan alrededor de 15 mil estudiantes en la región.

Dentro del grupo de escuelas rurales hay subgrupos; de cursos combinados, unidocentes o bidocentes. En general, muchas veces tienen menos de 20 estudiantes, y de esas hay más de 100, que agrupan alrededor de 2.500 alumnos.

A la luz de las cifras entregadas por el Seremi de Educación, César Riquelme, analiza las causas del fenómeno que tomó fuerza en el pasado.

“Hay varios factores, uno son los cambios socioeconómicos- productivos que han tenido algunas zonas de la región, por ejemplo; cuando se introduce el monocultivo tiende a ver una fuerte migración campo-ciudad y van disminuyendo las comunidades campesinas, porque empiezan a disminuir sus fuentes de trabajo. Eso lleva a la disminución de estudiantes. Otra razón es que con el transcurso del tiempo se ha ido invisibilizando la educación rural y de alguna manera se ha pensado erróneamente que la educación urbana la supera. Eso ha provocado que aumentara la cantidad de transporte escolar, de buses, que llevaban a estudiantes de localidades campesinas a la escuela. Muchas veces pensaron que el costo que tenían las escuelas rurales se podía evitar trasladando alumnos al pueblo. Sin embargo, yo diría que el costo del transporte supera el costo de las escuelas, ni siquiera fue un buen negocio desde el punto de vista economicista”, explica.

Política de permanencia

En el presente, el seremi asegura que la política educacional en la administración actual apunta a lo opuesto, es decir, a poner en valor la educación rural y a reconocer su aporte social, cultural e histórico.

“Como lo planteó el Presidente Boric y el Ministro Ávila, mientras haya un estudiante, la escuela no se puede cerrar, porque, en definitiva, el Estado tiene la obligación de entregar educación sin mirar cuántos estudiantes. (…) Hicimos un llamado a los sostenedores a fortalecer y a no avanzar en el cierre de escuelas y de hecho ningún sostenedor de Ñuble en 2022 solicitó el cierre de alguna, lo que no ocurría en mucho tiempo. Incluso hoy estamos en una tendencia contraria. En Chillán Viejo, en la Escuela Los Coligües, fuimos al acto de Inauguración del año escolar, porque, además ahí, se crea el prekínder y kínder. Es una escuela que tiene un aumento de matrícula”, valora.

Según Riquelme, en Ñuble más del 50% de los establecimientos educacionales pertenecen al mundo rural, donde trabajan cerca de 2 mil profesionales.

“La escuela rural, en general, a parte de la subvención ordinaria, también tiene subvención por ley SEP, proyectos de integración, pero también tiene una subvención especial de ruralidad, que hace que en definitiva lo que ingresa al sostener por estudiante es más que lo que ingresa por un estudiante urbano. Eso también ha contribuido al fortalecimiento. Una escuela rural bien administrada no tiene por qué generar déficit”, advierte.

En la línea de fortalecer a estas unidades educativas, el seremi destaca el programa Gabriela Mistral que incluye una serie de medidas de apoyo para la educación rural. “Estamos trabajando a nivel nacional en este, se va anunciar en su momento oficialmente, pero en definitiva va haber apoyos de distinto tipo”, adelanta.

De acuerdo al Servicio local de Educación Pública Punilla- Cordillera, son 72 unidades educativas de 98 que tendrán bajo su administración y que se emplazan en el sector rural.

Karina Sabattini, directora ejecutiva del SLEP, enfatiza que con el traspaso del sistema de educación, del municipal al público, la idea es fortalecerlas.

“Velaremos por potenciar y relevar la educación rural, entendiendo que el 73% de las escuelas están en contexto de ruralidad, por lo que potenciarla es un desafío que responde a uno de los principales pilares de la Educación Pública, que es entregar una educación de calidad que responda al contexto y pertinencia local”, afirma .

Escuela en expansión

Un ejemplo del “resurgimiento” de la escuela rural es el que lidera la profesora Rosalía Mendoza en Portezuelo, quien nació en la comuna y hace 32 años trabaja ahí, tras egresar de la Universidad del Bío Bío.

“Uno siempre quiere que su comunidad pueda surgir y ahí hay mucho potencial que puede generar excelentes profesionales”, comenta la docente al explicar su permanencia en la localidad.

Ubicada a 12 kilómetros de la comuna y con una matrícula de 105 alumnos, la Escuela Lomas de Chudal, este año por primera vez estrena el primero medio con 17 alumnos.

“Por muchos años nos mantuvimos con una matrícula entre 70 a 80 alumnos. Tenemos desde prekínder hasta octavo año básico y este año por primera vez tenemos enseñanza media. (…) Por la mantención de las familias en el sector, además de la migración de la población urbana hacia los sectores rurales nos permitió la matrícula en primer año medio. No había cupos en establecimientos urbanos, entonces el equipo de gestión vio la necesidad de apoyar a las familias”, explica Rosalía.

La profesional se acoge a la trayectoria del establecimiento para derribar mitos en torno a la educación rural.

“La educación rural hoy en día es similar o mejor, porque es una atención mucho más personalizada, además los Simce, al menos de nuestra escuela, así lo han demostrado en los últimos años, han sido catalogada por la Agencia de Calidad de Educación, con un nivel alto, es decir, como una escuela autónoma”, subraya.

Para la educadora el municipio ha sido pieza clave en la permanencia de las escuelas rurales, al atender a su valor intrínseco más allá del económico.

“Nuestro sostenedor ha tratado que las escuelas rurales no se mueran, porque son los centros de congregación de las comunidades. Es lo que le da vida al sector.

En vista de la política impulsada por el Gobierno actual hacia la educación rural, Rosalía sugiere atender ciertos aspectos.

“Que los cursos no tengan combinación de cursos, porque eso facilita mucho más el aprendizaje, porque en este minuto tenemos prekínder y kínder combinados, un segundo y tercero combinado, un sexto combinado. Ojalá que exista la posibilidad de que todos sean simples. Bueno sabemos que económicamente es complejo, pero hacer los esfuerzos”, sugiere.

A reglón seguido señala que “la mayor dificultad para que los profesionales vengan al sector rural es el transporte. No tenemos el incentivo monetario o un bono de transporte, entonces, estamos al debe con los profesores rurales. Esa es una desventaja de las escuelas rurales que son más grandes y que necesitamos más profesionales”.

Proyectos

Desde el Colegio de Profesores de Ñuble esperan que medidas más estructurales, en curso en el Congreso, como un cambio al financiamiento, al Simce y a la evaluación docente, logren luz verde.

“El gobierno quedó de enviar un proyecto de ley que cambie el financiamiento en la educación. Es importante para el sector rural, porque por la cantidad de estudiantes que tiene la educación rural, el tema de la subvención por asistencia media es perjudicial para ellos. Tiene que haber un sistema de financiamiento basal que implique el financiamiento por proyecto educativo, por la importancia social y cultural que tiene y no por el criterio económico”, enfatiza el presidente del gremio, Manuel Chávez.

“El Simce y la doble evaluación docente, son factores que juegan en contra de la educación rural, porque se trata de estandarizar todo el quehacer a una sola visión cultural, social y política y no a la diversidad que existe en el caso de la ruralidad”, añade.

A juicio de su presidente, Manuel Chávez, es importante que los valores culturales que se fomentan en la educación rural puedan impregnar al sistema educativo, en general, dejando de lado el individualismo, la competencia y el exitismo, que suelen dominar a la educación urbana.

En esa línea, más allá del rol formador de las escuelas rurales, el director de Educación Municipal Chillán, Marco Aguilera, reconoció la contribución a la cultura y a comunidad que ha realizado, rescatando tradiciones y siendo refugios en emergencias.

En el caso de Chillán en la administración actual no se ha cerrado ninguna de las nueve escuelas rurales, pero sí en el pasado. Por ejemplo, la Escuela Caserío Linares dejó de existir hace años.

“Esas escuelas ya cerradas han sido entregadas a los dueños de esos terrenos, ya sea al Estado o a dominio de la municipalidad, pero están cerradas. Por otra parte, las escuelas que están abiertas estamos en proceso de fortalecerlas, hemos postulado a proyectos de infraestructura, de mejoramiento de equipamiento y estamos contentos porque son un reservorio de la identidad y cultura de Chillán”, recalca.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Leave a comment
scroll to top