Médicos de un hospital de Nueva York lograron trasplantar temporalmente el riñón de un cerdo genéticamente modificado a un cuerpo humano, lo que marca un “momento transformativo” en la historia de la medicina.
Según el doctor responsable, Robert Montgomery, este hito podría llevar a que no se necesite la donación de órganos de un fallecido para salvar la vida de otra persona.
“El mayor problema que tenemos en los trasplantes es que simplemente no tenemos suficientes órganos disponibles. Alrededor de la mitad de los que están esperando mueren antes de recibir un trasplante”, explicó Montgomery, del hospital NYU Langone.
La operación que tuvo una duración de dos horas, fue llevada a cabo el pasado 25 de septiembre en el campus de Manhattan del Langone. En ella se implantó el riñón de un cerdo genéticamente manipulado en una persona fallecida que mantuvieron intubada durante 54 horas, con el consentimiento de la familia, durante las cuales se estudió el nivel de desempeño del órgano porcino.
Esto se consiguió gracias a la neutralización del gen alpha-gal que codifica el glicano, que es el responsable de un rápido rechazo por medio de anticuerpos de órganos porcinos.
Además fue transplantada la glándula de timo del cerdo, encargada de “educar” al sistema inmune, con el objetivo de impedir una respuesta inmune del cuerpo humano.
El riñón fue unido a vasos sanguíneos en la parte superior de la pierna, fuera del abdomen, y cubierto con pantallas protectoras que permitieron observar el órgano y tomar muestras de él durante los más de dos días de estudio, en los que los niveles de producción de orina y de creatinina, que indican que el riñón está funcionando bien, fueron normales, informó radio Cooperativa.
Además, según aseveró el doctor, realizaron “biopsias tomadas cada 12 horas y analizadas con microscopios”, las cuales no mostraron señales de rechazo.
El médico aclaró que, aunque el primate se parece más al humano que el cerdo, se ha venido utilizando esta última especie de animales en los experimentos de trasplantes porque “son más fáciles de modificar genéticamente y crecen más rápido”, y además pueden criarse con el grupo sanguíneo de donante universal.
El doctor contó, asimismo, que el trasplante exitoso ha supuesto “cumplir un sueño” para él, que tenía desde que en 1974 se le negó a su padre un trasplante de corazón porque, al tener 50 años, no era considerado un buen candidato, dada la escasez de órganos.
“Muchos de mis familiares sufrían de una condición cardíaca genética”, reveló Montgomery, quien afirmó que él mismo recibió un corazón hace casi tres años.
“Este logro representa una nueva esperanza de que el futuro será diferente para mis hijos y para cualquiera que esté esperando un órgano que le va a salvar la vida. Nadie debería morir esperando”, opinó.