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La salud mental de Ñuble se sobrepone al estallido social

Luego de siete semanas de manifestaciones sociales, las cuales han llevado a miles de personas a la calle desatando diferentes niveles de estrés entre quienes participan u observan el fenómeno, la salud mental de la población va poco a poco adaptándose a los nuevos factores externos.

La salud mental de Ñuble muestra que la dolencia más recurrente en el territorio es el trastorno de la personalidad, de acuerdo a la información entregada por el Ministerio de Salud durante noviembre, mes durante el cual se realizó una campaña preventiva.

Resiliencia y vulnerabilidad

La psiquiatra infanto adolescente, Claudia Quezada, jefa de Salud Mental en el Servicio de Salud Ñuble, explicó que “efectivamente, el estallido social se asocia a muchas situaciones distintas a la normalidad”, evidenció, “desde el primer día emanaron recomendaciones para la protección de la salud mental por parte desde el Ministerio”, destacó.

“Hay mucha información, especialmente en la prensa, mucha saturación que hemos recibido a través de los medios de comunicación y redes sociales y eso puede afectar a las personas”, recordó, “afortunadamente,aquí en Ñuble, serían muy pocas las cosas que vemos distintas y todas están dentro de un contexto bastante sano, las manifestaciones en general acá son bastante pacíficas”, admitió.

De acuerdo a Quezada, “la gente ha tenido también la oportunidad de conversar de cosas, que es importante también justamente en estos tiempos el poder reflexionar”, agregó, “pero sí, el principal factor de riesgo que hemos tenido como ñublensinos es estar expuestos a todo lo que vemos que pasa en otras ciudades que no es la realidad que nosotros tenemos”, concluyó.

Sin embargo, la evaluación es positiva. “No ha habido un gran aumento en las consultas”, señaló la profesional. “Sí coincide con una fecha significativa que es la primavera, entonces sí ha habido un aumento en las patologías, sobre todo, en las consultas de urgencia, alrededor de un 20%, pero es lo normal de cada año en primavera”, sostuvo.

La psiquiatra afirmó que “creemos que se debe más a un tema de temporalidad, es algo difícil de medir en este momento, probablemente podremos más adelante hilar más fino”, determinó.

“Los niños junto a los adultos mayores son los más vulnerables y expuestos, también los migrantes”, describió. “En general, todos quienes tienen situaciones previas de vulnerabilidad van a tener mayor riesgo a desarrollar sintomatología de mayor riesgo frente a estas actividades”, indicó.

Las reacciones son muy variadas. “Así como estas situaciones pueden desencadenar situaciones ansiosas, hay otras personas que se sienten muy útiles y están conteniendo a los demás y otros se sienten muy esperanzados”, describió. “Podemos encontrar toda la gama, incluso algunos con depresión sintieron ganas de vivir con todo este movimiento, hay personas que les gustan los cambios y otras que se sienten muy angustiadas”, dijo.

La profesional expresó que “sabemos que el primer mes es complicado y después nos adaptamos a estas nuevas situaciones”, relató, “pero si luego de un mes la situación continúa siendo complicada, deberían consultar”, recomendó. Quezada informó que no más del 4% de estos casos cursa con trastornos post traumáticos, “la mayoría de la gente es súper resiliente y se recupera bien”, mencionó.

Condiciones sociales

Pamela Vaccari, psicóloga social de la Universidad de Concepción, señaló a Diario Concepción que “es de suma importancia que se mejoren las condiciones sociales de la población, para evitar que la gente se enferme”, afirmó, “cuando las condiciones de vida básicas estructurales son precarias, aumentan las probabilidades de empeorar nuestra salud mental”, dijo.

La profesional sostuvo que el movimiento social tiene muchas perspectivas, pero todas contienen en común el contexto de la desigualdad, lo que en definitiva afectó la salud mental de la comunidad, quienes cansados de esto salieron a las calles a marchar.

Vaccari aseguró que “el movimiento surgió con fuerza, debido a elementos emocionales que pueden leerse como positivos (unión, cohesión grupal o afecto entre quienes se reconocen como iguales), pero también negativos (rabia, impulsividad e irracionalidad)”.

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