En una escalada de tensiones en la región, los Estados Unidos y el Reino Unido llevaron a cabo una serie de bombardeos en Yemen como respuesta a los ataques perpetrados por los rebeldes hutíes respaldados por Irán en el mar Rojo. La ofensiva resultó en la muerte de cinco combatientes hutíes y dejó a seis heridos, según informaron fuentes oficiales de los insurgentes.
Los 73 bombardeos, realizados contra objetivos en las provincias de Al Hudeidah, Taiz, Hajjah y Saada, todas bajo control hutí, fueron confirmados por el portavoz militar de los rebeldes, Yahya Sarea, en una declaración televisada.
Sarea responsabilizó a Estados Unidos y al Reino Unido de una “agresión criminal” contra el pueblo yemení, anunciando una “guerra abierta” contra ambas naciones.
En respuesta a estos ataques, los hutíes lanzaron una andanada de misiles contra los buques de guerra estadounidenses y británicos en el mar Rojo, donde ambas naciones lideran una coalición naval destinada a proteger los buques mercantes que transitan por esa vía marítima estratégica.
El comunicado conjunto emitido por Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Baréin, Canadá, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Nueva Zelanda y Corea del Sur subrayó que la acción militar tenía como objetivo la defensa del comercio internacional y la seguridad de las rutas marítimas en el mar Rojo, por donde pasa aproximadamente el 15% del comercio marítimo global.
Yahya Sarea, el portavoz de los hutíes, advirtió que estos ataques no disuadirán a los insurgentes de obstaculizar la navegación de barcos comerciales vinculados a Israel o cualquier embarcación que se dirija a un puerto israelí a través del mar Rojo. Además, acusó a Washington y Londres de “apoyar los crímenes israelíes en Gaza”.