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El drama de los vecinos que perdieron todo tras los incendios en Chillán

Cedidas

Un escenario desolador viven las víctimas de los incendios forestales que redujeron a cenizas sus viviendas obtenidas tras años de sacrificio y recuerdos que nadie podrá reemplazar.

A 11 días de la catástrofe en la Región de Ñuble, el fuego ha consumido más de 59 mil hectáreas, 300 inmuebles en distinta magnitud y 690 personas se encuentran en condición de damnificados.

Los siniestros que golpean a la zona se hicieron sentir con fuerza inicialmente en Chillán, dejando como saldo 26 casas con diverso daño y 84 vecinos afectados en los sectores de Villa Doña Francisca, Boyén, Caserío Linares, Quilmo, San Cruz de Cuca y Población Pablo Neruda en Quinchamalí.

La chillaneja María Alejandra Monsalve sufrió la pérdida completa de su casa ubicada en el pasaje de Trupán 2963 de Villa Doña Francisca II. En diciembre recién pasado había pagado la última cuota del crédito hipotecario que había pactado hace 20 años. Sin embargo, la felicidad del sueño de la casa propia se esfumó la tarde del jueves 2 de febrero.

Ese día quedará grabado a fuego en la memoria. María regresaba de su trabajo y conducía por Avenida Alonso de Ercilla en medio de la congestión vehicular cuando recibió la alarma de Senapred con orden de evacuar.

“Venía del trabajo a las seis de la tarde y sabía que se había reactivado el incendio en Quilmo y que estaba peligroso. Me fui a mi casa manejando y no podía llegar porque había tacos horrorosos y empezaron a pasar los carros bomba, mucha gente, no se podía avanzar. Llamé a mi hijo quien estaba en la casa. Una pavesa cayó en el segundo piso de la casa vecina. El segundo piso se quemó y mi casa, por ende, se fue en cosas de minutos. Creo que mi casa se quemó entre las 18.50 y las 19.00 horas. Cuando llegué a mi casa ya no existía”, recordó.

Al momento de la tragedia, su hijo, de 27 años, salvó a las mascotas, sin embargo, no pudo librar de las llamas el inmueble. Pese a sus intentos por contenerlas, terminaron arrasando la propiedad de material mixto.

“Con la manguera trató de apagar y ya no corría agua, así que tuvo que arrancar. Sacó a sus mascotas, su perrita y dos gatitas. Como el portón es grande y alto, tiró hacia afuera a la perrita y salió corriendo por el ruido. La encontramos después en la villa Cordillera gracias a una señora que recogía animalitos. Por redes sociales la encontramos y la fuimos a buscar. La otra gatita también se arrancó y apareció a los tres días por un vecino que la recogió”, detalló.

En el pasaje de María Alejandra tres viviendas terminaron con daños de diversa consideración, dos con pérdida total y una tercera con segundo piso consumido por el fuego.

“Mi casa era de material mixto, abajo todo ladrillo y arriba madera, pero las murallas están malas, porque fueron los arquitectos de la municipalidad y está inhabitable. Tienen que echar todo abajo porque hay pérdida total. No quedó nada, no se recuperó nada. (…) Se fue toda una vida de trabajo en un rato, tengo 53 años. Fueron $100 millones más menos en pérdidas más todo lo de adentro, es invaluable. No tengo seguros involucrados, porque la casa se terminó de pagar en diciembre”, relató.

Tras sufrir la pérdida de su hogar, María y su hijo fueron acogidos en la casa de personas cercanas quienes los han apoyado a enfrentar esta desgracia, al igual que instituciones que han estado presente con la entrega de ayuda.

“La municipalidad se ha portado excelente, ha ido todos los días, nos ha acompañado, nos han traído mercadería, ropa, llaman por teléfono, me trajeron camas. La municipalidad ha sido un aporte, ha estado presente enormemente, al igual que el Gobierno regional y los seremis. Todos los días nos han llamado y hemos sentido el apoyo de que una a pesar de la tragedia hay gente que está detrás, porque una en estas circunstancias se siente abandonada, sola”, expresó.

De cara al futuro, espera que le entreguen el certificado de inhabitabilidad de su casa para derribar lo que quedó y dar pie al proceso de reconstrucción en el que espera el apoyo de las autoridades.

“Lo ideal sería que el Gobierno impulsara subsidio de reconstrucción para edificar una casa con características similares a las que teníamos. Obviamente uno tenía la casa ampliada, pero por último que nos den la casa básica con un subsidio de reconstrucción para poder tener algo, porque no puedo edificar como la tenía, cuando te entregan la casa tú la amplias, pero el hecho que te coloquen una casa como tú la recibiste sería fantástico”, manifestó.

“Fue en cosa de segundos”

Virginia Vera (58) también sufrió la pérdida de la vivienda que habitaba en el kilómetro 2 de camino a San Ignacio, en el sector de Quilmo. Oriunda de Tomé, hace 11 años vivía en esa parcela y ejercía labores de cuidadora del terreno. Es viuda y madre de tres hijos. De ellos, el menor (17) y su nieto vivían junto a ella en la casa siniestrada.

Ese miércoles 2 de febrero de nada sirvió el agua que le llega todas las semanas en camión aljibe. La lanzaron sobre la vivienda y el terreno, pero las llamas se extendieron rápidamente, por lo que decidieron huir junto a sus animales a un lugar seguro, en medio de la impotencia y la desesperación.

“Fue una cosa de segundos. Estaba en mi casa con mi hijo y una sobrina, después llegó mi hija. Ella vive en Rosita O’Higgins y fueron a acompañarme y al final terminamos saliendo cuando el fuego estaba en el patio. Bomberos pasó cuando el fuego estaba hacia arriba, en el recinto militar, estábamos tratando de tirar agua para que el fuego no llegara. Mojamos el terreno, la casa, lo que más se podía. Cuando salimos el fuego ya estaba agarrando mi casa. (…) Salimos en vehículo y lo único que pudimos echar arriba fue un gatito, un perro y dos chanchitos. El fuego venía atrás de nosotros por el camino. Sentí mucha desesperación al ver mi casa a puertas cerradas quemarse”, describe.

Tuvo que trasladarse a la casa de su hija, mientras espera una solución habitacional que le permita seguir habitando el terreno que le fue cedido. “El dueño me pasó un pedazo de terreno donde voy a vivir. Voy a construir con las cosas que me entregue el municipio. El día jueves el alcalde, cuando estábamos limpiando, comprometió una vivienda no de emergencia, sino una prefabricada, a lo mejor puede ser en un mes o un mes y medio aproximadamente”, valoró.

Así quedó el terreno donde vive Virginia tras el incendio.

Atrapados por el fuego

“Nosotros vivimos el infierno, una tormenta de llamas, porque estábamos atrapados en el fuego, estuvimos a puntos de quemarnos vivos, porque se cerró el camino”

Es parte del relato del chillanejo Juan Pradenas, quien perdió todo lo que forjó en 40 años de trabajo. Su vivienda, taller mecánico, herramientas y 11 vehículos que arreglaba para vender y otros de clientes fueron consumidos por el fuego que se desató el miércoles en su parcela ubicada en el kilómetro 1 de camino a San Ignacio.

Ese día junto a su hijo se sintieron acorralados por el fuego, ya que no había escapatoria por ninguno de los extremos del camino, solo esperaron que bajara su intensidad para poder escapar.

“Tenemos un pozo acá y con eso apagábamos el fuego. Llegó un momento que se cortaron los cables eléctricos y dejó de funcionar la motobomba y ahí nos complicamos la vida. Afuera se juntaron cuatro o cinco carros de bomberos, porque al norte donde vivo se cerró el camino por lado a lado, entonces, quedaron atrapados acá. Les pedimos ayuda y no quisieron entrar porque dijeron que estaba todo quemado. No intervinieron para salvar el taller. Nosotros rogamos que apagaran el taller porque era solamente tirar agua por los lados y no habría llegado, pero no tuvieron voluntad. Esperamos hasta las 5 de la mañana para podemos salir porque quedamos atrapados por las llamas”, comentó.

Debido a esta desgracia, Juan se encuentra en condición de allegado en las casas de dos de sus cinco hijos, donde los han acogido mientras espera el proceso de reconstrucción.

“Perdí todo, mis herramientas, quedé de brazos cruzados tras 40 años de sacrificio por un incendio que yo no provoqué. 100 millones de pesos por parte baja fue la pérdida que tuve. Estoy pagando la propiedad de aquí, pedí un crédito del banco, me queda año y medio. Y todo lo construí con mi esfuerzo con pedazos de fierro que compraba por aquí por allá, latas usadas y nuevas. El terreno en 2019 me costó como 25 millones de pesos”, lamenta.

Tras sufrir el incendio, visita todos los días su parcela para limpiar y cerrar el perímetro por seguridad. “Anímicamente estoy mal y si me quedo en la casa va ser peor. Tengo hora con el sicólogo para el 16, porque, además, tengo problemas familiares de antes”, admite.

Para Juan lo ideal sería ser favorecido con una casa prefabricada y postular a fondos que le permitan levantar nuevamente su taller.

“Una casa prefabricada o como dijo el alcalde, material de construcción, planchas de zinc, hay que postular al Sercotec para un proyecto de herramientas. Ahora nos llamaron de la Cámara de Comercio para avisarnos que el Estado nos iba ayudar y no nos iba a dejar solos, pero vamos a ver si se concreta o no”, expresa.

Municipio en terreno

Los equipos municipales se han movilizado para atender las necesidades más urgentes de la comunidad y personal de emergencia involucrado en la emergencia.

La directora de Dideco, Zoraya Martínez, comenta que el trabajo desplegado por los funcionarios ha sido 24/7. “Hemos atendido con ayuda paliativa a más del 90%. La ayuda consiste en alimentos, agua, camas completas con ropa de abrigo, batería de cocina de emergencia, todo eso ya se entregó. De aquí al lunes vamos a cumplir el 100% de la entrega, pueden quedar algunos casos porque estamos sobre la emergencia atendiendo. El retiro de escombros ha sido una labor titánica que ha hecho Medio Ambiente y Aseo y Ornato. Está aún en esa tarea”, explica.

La ayuda a largo plazo como viviendas de emergencia depende de la política nacional de reconstrucción. “El alcalde ya ha convocado al comité comunal de Emergencia y a través de Senapred vamos a ir haciendo todas las acciones pertinentes si es que las familias pueden acceder a través de gestiones nuestras a todo lo que llegue”, agrega.

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