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El no pago a las AFP de cotizaciones previsionales ya descontadas de su sueldo a los trabajadores configura, en el empresario que lo hace, el ilícito de apropiación indebida. Es decir, no es solo un problema ético, sino claramente un delito, y que ha aumentado significativamente en los últimos años.
Hasta 2018 la deuda se empinaba a US$6.328 millones, equivalentes al 3% de los US$210.512 millones acumulados por los afiliados en los Fondos. Una parte significativa de los empleadores-deudores corresponden a pequeñas y medianas empresas, en relación de uno a uno. Entre los mayores deudores destacan municipalidades, corporaciones municipales e instituciones educacionales.
Actualmente, en Chile, más de 250 mil empleadores reconocen haber descontado el valor de las cotizaciones a sus trabajadores, pero no haberlas pagado. Esto se traduce en que cerca del 20% de los afiliados a las AFP presentan lagunas en su historial de ahorro.
El trasfondo de esta desviación supera el incumplimiento de una obligación y va mucho más allá de los pagos que ciertas empresas debieron hacer, pero no concretaron. Es también un endeudamiento moral, una falta que perjudica al bien más preciado de cualquier compañía: las personas. Porque al no pagar las cotizaciones de sus empleados, la empresa está desconociendo el derecho de sus trabajadores a recibir una jubilación justa en el futuro.
Más de alguien podría pensar que dejar de cumplir con estos pagos por algunos meses no influye en nada. Sin embargo, si la deuda se mantiene por un período de un año, la pensión se reduce en 1.1%.
Lo peor es que no todas las compañías regularizan esta situación -que pudiera responder a un momento de falta de liquidez o incluso a la quiebra- y hay veces en que son los propios trabajadores quienes deben asumir la deuda y cancelarla o, simplemente, aceptar las lagunas procedentes de ésta en sus fondos de ahorro.
Las AFP tienen un plazo de tres meses para iniciar acciones y llamar al deudor. Luego, tres meses más para hacer la declaración de no pago. Cumplido el plazo, debe iniciar la demanda.
Como se ve, el procedimiento es bastante claro y simple, sin embargo, el problema es que no funciona, por lo que se requiere analizar un cambio en el sistema de cobranza, ya sea abriendo la posibilidad que las AFP cobren en bloque -como lo propone el Ejecutivo en el proyecto que se discute en el Congreso- o se haga como en Inglaterra, donde cobra directamente el equivalente a nuestro Servicio de Impuestos Internos.
Es imprescindible que los dueños y ejecutivos de empresas internalicen este mandato y lo hagan parte de su forma de hacer negocios, sin la necesidad de que nadie se los recuerde ni de que otras instituciones tengan que fiscalizarlos para hacer que cumplan con su deber. Porque quien tiene clara su vocación, entiende que la empresa no solo tiene que generar ingresos, sino que también debe ser un refugio que permita el crecimiento individual, la realización personal y la búsqueda activa del bien común.