Close
Radio Radio Radio Radio

Desempleo

Los resultados de la encuesta de empleo del INE entregados esta semana muestra que la tasa de desocupación regional no baja de los dos dígitos, situándose en 10,0% en el trimestre julio-septiembre, lo que representa un alza de 0,8 puntos respecto a igual periodo de 2022. No obstante, el guarismo también muestra un baja de 0,4 puntos en comparación con junio-agosto de 2023. Con este dato, Ñuble se mantiene como la segunda región con mayor desempleo, tras Coquimbo (11,2%), y sobre el promedio nacional de 8,9%. En cuanto a la Provincia de Diguillín, donde se encuentra la mayor población, la desocupación alcanzó a 9,9%, anotando un alza de 0,5 puntos en 12 meses.

Según datos del INE, el aumento en el desempleo responde a un incremento de la fuerza de trabajo de 2,5% en 12 meses, lo que supera el crecimiento de los ocupados, de 1,5%. En otras palabras, no se están creando los empleos suficientes para la cantidad de personas que están ingresando al mercado laboral en busca de trabajo.

A su vez, la tasa de ocupación informal alcanzó 34,2%, registrando una baja de 1,7 puntos en doce meses. Las personas ocupadas informales disminuyeron en 3,5% en doce meses. El crecimiento interanual de los ocupados (1,5%) fue explicado principalmente por actividades de salud (63,8%), construcción (10,3%) e industria manufacturera (5,2%). Por otro lado, agricultura (-19,2%), representó el principal descenso en la ocupación.

El reporte julio-septiembre es la fotografía de un periodo influido negativamente por la estacionalidad y la crisis económica, pero como bien advierten analistas locales consultados por La Discusión, de seguro en los próximos meses los números mejorarán un poco por la misma estacionalidad y por decisiones de política monetaria, pero no debemos perder de vista que el mercado del empleo en la región sufre un problema estructural, derivado de una muy baja inversión, pública y privada.

Por otra parte, la adopción de tecnologías que han permitido mecanizar o automatizar procesos también ha significado la destrucción de empleos que difícilmente se podrán recuperar. La pandemia y luego el alza del costo de la mano de obra aceleraron algunas transformaciones del mercado laboral que están dejando atrás a los trabajadores menos calificados, lo que en un escenario de desaceleración económica también está teniendo consecuencias en los niveles de pobreza en la segunda región más pobre del país.

Por ello sigue siendo urgente avanzar en políticas que apunten hacia la formalización de las actividades económicas, pues si bien hay un descenso respecto del año anterior, más de un tercio de los empleos en Ñuble siguen siendo precarios. Por lo mismo, se requieren incentivos específicos, que incorporen mayores niveles de flexibilidad laboral y que apuesten por la atracción de inversiones para crear más empleos formales; pero paralelamente, se necesita subsanar las brechas de competitividad que mantienen rezagada a la región en muchos indicadores, como la calificación del capital humano, la disponibilidad de energía, la infraestructura pública, la conectividad digital y la superficie cultivable con seguridad de riego, que son precisamente aquellos nudos que hoy desincentivan la inversión. No basta con atacar el síntoma, sino también la causa.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Leave a comment
scroll to top