Close
Radio Radio Radio Radio

Debate sobre educación

Prácticamente desde el inicio de la crisis sanitaria desatada por el coronavirus, las instituciones educativas del país, desde los jardines infantiles hasta las aulas universitarias, han estado cerradas. Las razones son incuestionables: aglomeraciones en los colegios, instalaciones inadecuadas y muchos niños y niñas -e incluso adolescentes- no mantendrían el distanciamiento físico, entre otras.

Chile no respondió con un estándar OCDE en esta materia (porque no lo tiene), pero no lo hizo tan mal. A fines de marzo ya había un sitio web gratuito, a través del que se puede acceder a los textos y guías escolares. También se creó un nuevo canal de televisión, “TV Educa Chile”, que sólo transmite material pedagógico y al cual le ha ido bastante bien, y se entregaron más de 200 mil computadores a estudiantes del segundo ciclo básico.

Como recurso de emergencia, no cabe duda que la educación virtual sirvió para no perder el año lectivo y mantener algún grado de rutina escolar para millones de niños y adolescentes.

No obstante, los meses pasan y crecen las desventajas de la educación remota. La conectividad necesaria para las clases virtuales es un poderoso factor de inequidad entre ricos y pobres, entre ciudades y áreas rurales. Por problemas de infraestructura y de falta de computadores, los niños de menores recursos terminan aprendiendo menos y rezagándose. De hecho, Unesco identificó una exacerbación de la exclusión durante la pandemia. Además, estimó que el 40% de los países con ingresos bajos y medio-bajos, no han dado apoyo a los alumnos afectados por el cierre prolongado de sus establecimientos educacionales y la deserción aumenta.

Muchos niños y niñas, además, pierden los complementos nutricionales que les brindan en las escuelas, no tienen quién los cuide en sus hogares y no aguantan mucho tiempo de clase virtual, en especial los de edad preescolar. En otras palabras, no se puede desconocer que la virtualidad no sustituye la totalidad de la experiencia escolar, tanto en el aprendizaje como en la socialización con los compañeros.

El debate sobre la reapertura presencial de las escuelas es global. En Estados Unidos se convirtió en tema de campaña electoral, mientras que Corea se dividió entre quienes querían retorno a clases y aquellos que no. Diversos brotes en instituciones educativas le dieron la razón a los segundos. Chile no es ajeno a esta discusión. El Ministerio de Educación ha optado por un modelo virtual y todo indica que no habrá variación este segundo semestre, lo mismo que un regreso masivo a las aulas.

Mientras tanto, aquí, como en el resto del mundo, la tensión entre la educación virtual –que evita poner en riesgo a los niños– y la presencial –que mejora su aprendizaje y su bienestar– continuará hasta que la pandemia sea controlada. 

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Leave a comment
scroll to top