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Cuaderno de viaje

Hace unos pocos días, viajé a Bruselas para participar en un homenaje que hizo la masonería europea, a
quien con toda justicia es considerado un símbolo de consecuencia masónica y democrática, como es Salvador Allende. Figura que trasciende a la política nacional y su contingencia, para situarse en el ámbito de la ética y de los valores de la democracia.
Fue uno de los tantos actos de reconocimiento a su figura en muchos lugares del mundo, la que se ha instalado en la memoria de la historia política universal como un ícono, un demócrata ejemplar. En muchos lugares del orbe que adhieren a la democracia sin apellidos ni reparos o condicionamientos, la figura de Salvador Allende es convocante.
Así fue como llegaron a Bruselas masones de toda Europa. Una ciudad a la escala de Chillán, 175.000 habitantes, de modos que valía la pena tomar algunos apuntes.
El tipo de edificación es continua, altura media sin edificios en altura en el casco histórico, es más ninguna
edificación nueva sobrepasa la altura de los edificios de valores patrimoniales clásicos. El edificio que se construye en
nuestra plaza de armas, en Libertad con 18 de septiembre, entre el edificio del Gobierno Regional y el edificio
municipal simplemente no tendría cabida ni opción alguna en Bruselas.
En Gantes, bellísima ciudad medieval, cerca de Bruselas, los edificios nuevos en el centro histórico tienen exactamente
la misma proporción, altura y materialidad de las edificaciones históricas. Mantienen con ello la armonía, la luz
y la escala.

Los edificios con muros cortinas con los cuales los arquitectos solemos esconder la falta de imaginación, simplemente no existen. En ambas ciudades el principal medio de transporte es el tranvía, incluso en calles pequeñas o
secundarias. Los tranvías no pueden circular a más de treinta kilómetros por hora y comparten pacíficamente
-como si hubiera un pacto invisible con peatones, automóviles, bicicletas, scooter, motocicletas y sillas de ruedas.
Para ello, las calles y las áreas peatonales tienen un solo nivel, con diferentes texturas, pero una sola superficie que
integra el espacio público. El medio de pago, es simplemente la tarjeta bancaria, nada más, y permite circular
libremente durante dos horas. Lo que nosotros llamamos espacios residuales son pequeñas plazas equipadas para
los adultos mayores, con diseños y mobiliario atractivo y amable.
Sería bueno darse una vuelta por ciudades de la misma escala que la nuestra, solo basta un billete en una
línea aérea lowcost, y los ojos bien abiertos. No son soluciones de altocosto ni complejidad. Los trenes llegan
al centro de las ciudades y son participede la red de movilidad, tal como lo ha estado impulsando el Gobierno Regional en Ñuble. Los trenes y los tranvías, no cabe duda, son parte de la historia urbana y territorial, pero también son
indispensables en la construcción del futuro de nuestra región.
Por último, hace unos días, en la madrugada europea llega una tristenoticia, la partida del Dr. Guillermo
Ferrer. Junto al dolor nos queda su sonrisa franca, su mirada transparente y bondadosa y su humanidad, como los
médicos de buena cepa. Este cuaderno de viaje guardará la tristeza de aquella madrugada, pero también el ejemplo de
bondad y alegría de vivir que transmitía el “Willy”, como le decían sus amigos que hoy lloran su temprana partida.

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