Cerca de las 10:30 horas de la mañana de ayer se revisó una causa por la demanda de una pensión de alimentos, en la Corte de Apelaciones de Chillán. Puntualmente, la causa 261-2023 del Tribunal de Familia.
Y esa fue la última tramitación judicial que habría de realizarse en la dependencias del tribunal de alzada ubicadas en los edificios públicos conocidos por años como la gobernación , ya que concluida la audiencia, se terminó de trasladar la totalidad de la corte al nuevo Centro de Justicia, ubicado en Yerbas Buenas con Vegas de Saldías.
Ya para el mediodía, las últimas cajas de cartón, sillas plásticas, papeleros y algunos periféricos computacionales fueron cargados para el traslado y así cerraban las puertas de esta Corte de Apelaciones inaugurada en 1937, con el ministro Rafael Fontecilla como su primer presidente.
La Corte de Apelaciones de Chillán fue la primera corte no perteneciente a una capital regional en el país; se debió reconstruir a cortos dos años de su inauguración debido al terremoto de 1939 (estuvo operando en calle Libertad por esos dos años) y albergó causas históricas como el juicio a Jorge del Carmen Valenzuela Toro (el Chacal de Nahueltoro), además de numerosas causas de violaciones a los derechos humanos.
Fue, por lo tanto, inevitable la fotografía final de todos los funcionarios en el acceso, encabezados por su actual presidente, la ministra Erika Pezoa.
“Esta foto fue uno de los hitos que quisimos marcar y estamos emocionados. A partir de mañana (hoy) estaremos funcionando en las nuevas dependencias con el mismo espíritu”, dijo la ministra.
