La Corporación Mujeres por el Arte celebró su aniversario 22 con una actividad de camaradería en la que participaron todas las socias de la agrupación. Nació el 5 de noviembre de 2001 bajo el alero de la Universidad del Bío Bío y el respaldo de la Municipalidad de Chillán y durante estas décadas se ha caracterizado por su contribución a las artes y cultura en la región.
Así lo expresa su videpresidenta, Haydée Concha, quien recordó junto a La Discusión parte de esta trayectoria. “Hemos pasado momentos alegres y hemos sentido tristeza por el fallecimiento de cuatro queridas socias; hemos tenido dificultades especialmente de un lugar físico para funcionar, sin embargo, la unión hace la fuerza y llegan las oportunidades para seguir con entusiasmo y optimismo nuestro trabajo en pos de una meta común, que es perfeccionarnos y contribuir a mejorar nuestro entorno social, especialmente de la mujer, aportando con nuestra labor tanto en la cultura como en el arte”, precisa.
Por eso, en la conmemoración de estos 22 años hubo un momento para recordar a quienes ya partieron, las artistas Magdalena Bocaz, María Teresa Caridi, Berta Dueñas y Graciela González. “Fue un momento de hacer un alto en el camino, mirar hacia atrás y reconocer a quienes dieron vida a nuestra Corporación y también recordar a quienes han partido, dejando sus recuerdos en nuestros corazones”, añade Haydée.
“Durante este periodo hemos realizado numerosas actividades artísticas culturales de la más diversa índole como exposiciones de pintura, escultura, fotografía y técnicas diversas, conciertos líricos y de piano, recital poético, coloquios, conferencias, una revista cultural corporativa, homenajes a destacadas figuras femeninas de la región, concursos de cuentos para niños, literarios para mujeres, de declamación para adultos mayores, como también talleres para escolares, para mujeres recluidas, poblacionales y comunales entre muchas otras”, agrega la vicepresidenta de la Corporación.
En este tiempo, han logrado consolidar los talleres de pintura, tejido y manualidades, dirigidas a mujeres jefas de hogar e integrantes de distintas juntas de vecinos de la ciudad. Pero uno de los trabajos que las distingue es el acercamiento que han tenido con las mujeres privadas de libertad. “Con el apoyo de la Municipalidad de Chillán, por nueve años consecutivos, hemos trabajado con reclusas del centro penitenciario, en el programa Rompiendo Cadenas, enseñándoles técnicas con las cuales realizan productos que pueden luego comercializar, lo que constituye un aporte económico para sus familias y con ello se ha logrado elevar su autoestima. Ha sido una labor muy gratificante tanto para nosotras como para las mujeres recluidas. Nosotras esperamos seguir siendo un aporte a nuestra Región de Ñuble”, concluye.
