Señor Director:
Ya contamos con una serie de antecedentes que muestran la urgencia de abordar los rezagos escolares que nos dejó la pandemia, como el impacto en el PIB, el que se estima sería de un 1% al año. Ahora, si es tan relevante, ¿por qué nos ha costado tanto recuperar la asistencia?
Sabemos que son esenciales las medidas que desarrollemos directamente sobre niños, niñas y adolescentes (NNA), pero hay también otro factor clave para el cambio de conducta. Como Fundación San Carlos de Maipo, hemos aprendido que el modelo del desarrollo social nos dice que sólo adultos que tienen vínculos significativos con los NNA pueden invitarlos a seguir estándares saludables de comportamiento, tales como la asistencia a clases.
También, a través de las ciencias de la prevención, hemos entendido que el manejo parental inadecuado es factor de riesgo para múltiples problemas en el desarrollo de NNA, en particular para la aparición de la exclusión educativa. Urge por lo tanto complementar acciones orientadas a NNA, con estos entrenamientos en habilidades parentales. Programas como PMTO o Familias Unidas, ambos con más de 30 años de investigación y evaluación, promovidos por la Fundación San Carlos de Maipo, van en esa línea.
Muchos factores influyen para el ausentismo y, sin lugar a duda, es relevante lo que se haga con los NNA, pero si no se considera el rol de los cuidadores, será como si tratásemos de caminar sólo con un pie, y nuestro país no tiene tiempo para caminar así, es hora de correr con ambos.
Raúl Perry
Gerente de programas de Fundación San Carlos de Maipo
