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Alumnos y apoderados del Colegio Antamaro Chillán realizaron un cacerolazo, en las inmediaciones del establecimiento, para denunciar el despido de dos asistentes de aula correspondientes a los cursos 1º y 2º básico, además cuestionan el trato que recibe el personal docente.
Los padres sostienen que la desvinculación fue a consecuencia del apoyo que las funcionarias brindaron a las manifestaciones efectuadas por los alumnos de cursos más avanzados, en el contexto del estallido social.
“Los niños se tomaron el segundo piso del colegio y las tías les llevaron comida. El día viernes (29 de septiembre) el sostenedor informó que las desvinculaba de sus funciones por necesidades de la empresa, pero creemos que se trata de persecución política porque las amenazó anteriormente”, señaló Lilian Barrera.
Aseguró que el personal no se adhiere a ningún tipo de movilización del gremio debido a amenazas del sostenedor. “La mayoría de los profesores solo están contratados por el año escolar, entonces como no tienen contrato indefinido si se adhieren a movilizaciones arriesgan perder su pega”, añadió.
Los apoderados indicaron que los profesores trabajan por cortos periodos afectando directamente el aprendizaje de los niños, quienes a estas alturas del año escolar aún no saben leer.
“Los de 1º básico no saben leer, han tenido cambio de profesora cerca de cuatro veces este año, es tanto el cambio y los niños no se acostumbran. La única profesora que los ayudaba era la tía que desvincularon”, agregó Barrera.
Infraestructura
Otro motivo que llevó a los padres y alumnos a manifestarse fueron las condiciones de la infraestructura del colegio particular subvencionado.
“Nunca han arreglado la infraestructura del colegio, por meses tuvimos la pandereta que daba a la calle rota, han habido accidentes en el patio. El colegio no tiene personal suficiente para controlar las diversas situaciones que hay, tampoco hay enfermería”, dijo la apoderada Tamara Carvajal.
Mediante dos cartas, escritas por el Centro de Alumnos del Colegio Antamaro y otra por apoderados, instaron al sostenedor a reincorporar a las asistentes de aulas y expusieron las deficiencias de la institución.
“No nos dan la cara, no nos reciben las cartas y si no nos escuchan vamos a retirar a nuestros hijos de colegio“, añadió.
Es preciso mencionar que La Discusión se comunicó con el establecimiento educativo para conocer su versión sobre estas denuncias, pero informaron que “el colegio no dará ninguna declaración”.