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Alza del precio de los alimentos

Agencia Uno

Una buena parte de los sueldos de chilenas y chilenas se está yendo en costear qué comer. La canasta básica de alimentos sigue en aumento: supera los US$61 y 90% de productos registraron alza. En tanto, la variación acumulada de doce meses es de 23,1%.

Las cifras las dio a conocer la Subsecretaría de Evaluación Social en el más reciente Informe Canasta Básica y Líneas de la Pobreza.

Los precios del tomate, la margarina, la leche en polvo, el té y la zanahoria, fueron los que registraron una mayor alza, de acuerdo con la Subsecretaría de Evaluación Social.

Por otra parte, el valor de la línea de pobreza y de la línea de pobreza extrema por persona equivalente alcanzaron las cifras de $210.529 y $140.352, respectivamente, es decir, una variación en los últimos doce meses de 16,2%.

Es un cliché, pero hay que repetirlo en tiempos de alta variación de precios: la inflación es el mayor impuesto para las familias de menor poder adquisitivo o ingresos. Durante todo 2022, el costo de vida se ha visto afectado principalmente por el precio inestable de los alimentos y bebidas. Este rubro acumula un alza de 24% entre enero y noviembre; seguido de transporte que acumula un encarecimiento de 19%. El tercer grupo que más sube la inflación son los gastos en restaurantes y hoteles, con una subida de 15,7%.

Pero lo que viene sucediendo con los gastos de subsistencia es lo más preocupante, tales como alimentos, servicios y transporte, que deben ser más monitoreados por parte de los gremios de la producción y de las autoridades económicas, encargados de analizar, acordar y actuar sobre esta situación.

La dramática alza en los precios de los alimentos debe servirle al país para mirar la cadena de producción y consumo desde sus distintos eslabones, regiones, productores, transportadores, intermediarios, centrales de abastos, supermercados y tiendas. Mucho de la variación de precios tiene que ver con la especulación de los actores de las cadenas de transporte y producción, realidad que se aprecia en los precios en varios productos de la canasta familiar.

La inflación no baja sola por arte de magia, deben hacer algo que beneficie a los 7 millones de familias para que en el nuevo año se experimente la mejor noticia económica, que no es distinta a que la variación de precios regrese a sus niveles históricos de entre 2% y 4%, por lo menos que durante 2023 esté en 6% o 7%. No en vano a la inflación se le conoce en todo el mundo como el impuesto de los pobres porque es en los sectores de menores ingresos y con mayores necesidades que el cambio de precios permanente pega más duro.

Pero en ningún caso se deben cometer errores populistas o de puro analfabetismo económico de irse en contra de las leyes de mercado como congelar la subida de los precios de los combustibles, subsidiar los servicios públicos (con excepción de los sectores sociales más vulnerables) o aumentar el salario mínimo con fórmulas politiqueras.

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