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Exalumnos rechazan cambiar nombre a liceo

“No permitamos que ‘borren’ el nombre de su liceo”, escribió en su página de Facebook la historiadora Alicia Romero, ferviente admiradora del docente Narciso Tondreau, cuyo nombre ha sido un verdadero emblema y una marca para las generaciones que salieron de ese establecimiento.

La profesional lidera el proceso para que en el futuro cercano, y con apoyo del municipio chillanejo,  puedan llegar a la capital de Ñuble los restos mortales del educador nacido en La Serena, pero ligado eternamente a Chillán.

Los mensaje que escribió Alicia Romero en su Facebook fueron rápidamente replicados por decenas de exalumnos del establecimiento, quienes durante la semana pasada se enteraron que la Municipalidad y el DAEM estudian el nombre de recinto educativo que desde el próximo año reunirá a los cerca de 300 liceanos, más estudiantes de las escuelas Los Héroes y el Grupo Escolar, que se fusionarán, creando el primer colegio municipal.

Fue el propio director del DAEM, Nelson Marín, quien confirmó que se estudia el nombre que tendrá el recinto. Una posibilidad es que se mantenga en nombre del histórico rector Narciso Tondreau, pero se elimine el apelativo liceo, cambiándolo por colegio.

Marín manifestó que “hay opiniones respetables, pero la misma madurez que han tenido las comunidades para converger en un proyecto único, que es lo que vamos a vivir a contar de marzo, es también la misma lógica para poder ver el tema del nombre, que es importante, pero naturalmente lo más importante es el proyecto y lo que se le ofrecerá a la comunidad y la Región de Ñuble”.

El concepto de colegio parece estar fuera de toda duda, pues se ocupa “cuando va más allá de la enseñanza media. Y precisamente este establecimiento educacional parte con prekínder, es decir va a ser un establecimiento educacional que va a tener niños y niñas desde los cuatro años hasta los 17 ó 18 años, de cuarto medio”.

Borrar 166 años de historia

Ayer Alicia Romero expresó estar confiada “en las autoridades de Educación y principalmente en el alcalde Sergio Zarzar, sobre el tema del nombre y continuidad del Liceo Narciso Tondreau, porque conocen muy bien el valor histórico y patrimonial de este establecimiento de la Región de Ñuble y de su alma mater,  el abogado, artista y educador Narciso Tondreau. No van a tomar una medida que afecte tan significativamente a la historia e identidad de Ñuble. Lo que pienso es que hay otras personas, que por desconocimiento de la historia republicana y de la región, creen que es llegar y borrar una institución con 166 años de trayectoria”.

El profesional Wilfredo Martínez Landaeta, igualmente exalumno de la institución, se mostró sorprendido por el eventual cambio, aun cuando entiende que debieran haber modificaciones dada la escasa cantidad de estudiantes que alberga el liceo, que en sus mejores años llegó a registrar hasta 2.000 estudiantes.

El ex presidente del Centro de Alumnos del Liceo Narciso Tondreau, Cristian Quiroz Reyes, ex concejal y exconsejero regional, planteó por su parte  que “sin duda que el nombre del liceo es emblemático e importante, se trata de casi 170 años de historia, pues es uno de los ocho liceos más antiguos de Chile y eso le da una profunda identidad”.

Quiroz agregó que avanzar en la fusión de recintos educativos, “cuando es inminente el traspaso del sistema al Servicio Local de Educación, también es una temática que requiere prudencia y análisis integral”.

Otro egresado del establecimiento, el arquitecto Claudio Martínez Cerda, planteó que “el liceo no puede ni debe perder su denominación de origen, es parte del patrimonio intangible de la ciudad, es parte de su historia y sus raíces, por lo que no  se puede llamar colegio”.

En tanto el artista Julio Utreras, Premio Municipal de Arte 2013, planteó que no está de acuerdo con que el centro educacional pierda el nombre de liceo, independiente de que se sumen alumnos de enseñanza básica.

Utreras agregó que del establecimiento emergieron grandes nombres de la cultura nacional e internacional, “lo que es una tradición que debe ser preservada”.

Además existen egresados que apelan a que en el liceo exista un museo que atesore los nombres de todos aquellos que pasaron por sus aulas en casi 170 años de historia. Utreras remarca que el cambio ocurre justo cuando se dan los pasos finales para que lleguen a la ciudad los restos de Narciso Tondreau.

El diseñador gráfico y artista, Max Beltrán,remarcó que “los tiempos cambian, el concepto de liceo también cambia. En la actualidad tienen 300 alumnos y es un edificio para 2.000 alumnos, entonces hay que resignificar los espacios y aprender a resignificar los conceptos; eso es crecer. Se estaría formando un grupo de conocimientos de 1.200 alumnos más o menos y ese colegio va a tener un continuo y lo encuentro genial”.

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