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El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) alertaron este lunes de que la delincuencia violenta y la inseguridad siguen siendo importantes barreras para la prosperidad en América Latina y el Caribe y generan pérdidas que superan el 3% del producto interior bruto (PIB) de la región.
Las multilaterales publicaron este lunes dos informes en los que analizan la situación. Así, señala el FMI, la delincuencia conlleva costos directos como la pérdida de vidas, la reducción de la calidad de vida, el aumento del gasto público en servicios de prevención y control y gastos de seguridad en el sector privado.
La suma de estos costos directos, que representan solo una fracción de la carga real de la delincuencia y la violencia, se estima en 3,5% del PIB en promedio, apunta la institución de Bretton Woods, unos costes que son mucho más altos cuanto más alta es la tasa de delincuencia.
El FMI calcula que un aumento del 10% en los homicidios reduce la actividad económica en alrededor del 4% y que rebajar a la mitad las tasas de homicidios podría impulsar la actividad un promedio del 30%.
En América Latina y el Caribe, recuerdan ambas instituciones, se producen un tercio de los homicidios del mundo pese a que solo cuentan con el 8% de la población mundial.
El costo directo del crimen promedio en la región es del 3,44% del PIB, una cifra que “equivale al 78% del presupuesto de educación pública de la región, es el doble del gasto en programas de asistencia social y doce veces la inversión en investigación y desarrollo”, apuntó en un encuentro con medios Nathalie Alvarado, coordinadora del área de seguridad ciudadana y justicia del BID.