La semana pasada, la Seremi de Salud acusó la recepción de un reclamo presentado por vecinos del kilómetro 8 del camino a Coihueco, en que se acusa a la avícola Santa Gisselle de afectación por malos olores y presencia de vectores a cerca de 150 familias asentadas en los alrededores.
La seremi, en consecuencia, instruyó a la Unidad de Gestión Sanitaria para fiscalizar la situación, advirtiendo además que ya en enero pasado, se había hecho una inspección al plantel y se les realizaron “exigencias asociadas al control de emisiones, manejos de residuos, control de vectores y mantener comunicación con los vecinos ante situaciones puntuales de manejos de residuos que puedan causar molestias a sectores aledaños”, explicaron en la seremi.
Uno de los denunciantes, Cristian Núñez, sostiene: “nosotros hablamos con el dueño y él nos ofrece fumigarnos las casas, pero eso es solo una parte del problema, porque las moscas también están afuera y si tú, por ejemplo, haces un asado en el patio de tu casa, te llenas de moscas de inmediato, y además que el olor es insoportable, especialmente en los veranos. Ya hay vecinos que se han ido del lugar por lo mismo”.
En la misma línea, Edith Vera cuyo sitio es colindante al plantel, dice que “el problema es que ellos botan el guano fresco, no le hacen un tratamiento de secada. Al menos el dueño que había antes ¿¿lo secaba o lo iba a dejar a otra parte, pero ellos lo tiran aquí mismo, por eso se llena de jotes; y esos jotes, cuando no encuentran comida suficiente, vienen a atacar a las ovejas que tenemos en la casa”.
Y aunque actualmente el plantel se encuentra con la deposición de guano tapada con cal (como exige la normativa) y no hay vestigios de olores ni de vectores alrededor, los vecinos advierten que “siempre es lo mismo. Cuando sabe que lo van a venir a fiscalizar le tira cal al guano, pero pasan los días y otra vez es lo mismo de siempre”.
Conflicto por incompatibilidad
Las denuncias también se las extendieron a la Superintendencia de Medio Ambiente Ñuble.
Su titular, Cristian Lineros, explica que “ese plantel existe y opera en ese lugar desde antes de 1997, que es cuando entra en vigencia la normativa que nosotros fiscalizamos, por lo que es la Seremi de Salud la que debe revisar esa situación. Ahora, tendremos que revisar si hay otras anomalías como el dejar aves muertas a la intemperie o si se arrojan residuos al cauce del canal La Defensa, que da hacia el río Cato, porque eso sí sería materia nuestra, aunque por el momento no hemos corroborado que así sea”.
Por otro lado, desde la seremi advierten que “existe un conflicto por incompatibilidad de este tipo de actividad de crianza de aves con el entorno, toda vez que el ordenamiento territorial de la comuna permite el establecimiento de parcelas de agrado en el mismo sector”.
Consultado el dueño del plantel, Daniel Facuse, negó la mayoría de las malas prácticas que los vecinos acusan.
“Nosotros estamos constantemente haciendo tratamientos para evitar el tema de los malos olores; y cuando hacemos los movimientos de tierra les avisamos a los vecinos. Yo boto el guano en un espacio que es el que está más alejado de las casas y ese retiro lo hago de manera anual. Yo no compro dos sacos de cal, compro toneladas y eso se puede comprobar con las facturas que tengo”.
Aunque admite que anteriormente ha sido multado, aclara que “cuando vinieron de la seremi en la última oportunidad, me dijeron que el manejo lo estábamos haciendo bien, y que teníamos que seguir así. Y eso es porque tenemos todo en regla”.
Facuse advierte que el plantel existe en el lugar muchos años antes que se empezara a poblar los alrededores. “No tengo acceso al canal de la Defensa como para botar los residuos al cauce, si es que alguien me acusa de eso”, precisa.
Los vecinos esperan que las fiscalizaciones continúen. “Llevamos varios años peleando en contra de las malas prácticas de esta empresa”, acusan.
Facuse, por otro lado, advierte que está buscando formas de adquirir maquinarias para el secado del guano, “porque no es mi invención perjudicar a nadie”
