La jornada más dramática fue la que se vivió en la Región de Ñuble, en el contexto de los incendios forestales que afectan al territorio, considerando que entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves, las hectáreas afectadas fueron casi un 30% de lo perdido en los siete días anteriores.
Así lo expuso el gobernador de Ñuble, Óscar Crisóstomo, quien precisó que “los incendios siguen activos, por lo tanto, la Región de Ñuble sigue viviendo una situación de emergencia y de crisis, como nunca antes las habíamos vivido con un incendio de estas características. Y si ayer teníamos 33 mil hectáreas consumidas, hoy ya son cerca de 50 mil (49.931 hás a las 15.00 horas de ayer)”.
La autoridad regional dijo, a modo de comparación, que “esto es como si se hubiese consumido la totalidad de la superficie de la comuna de Chillán, o Ñiquén, o la totalidad de San Nicolás.
En estricto rigor, ya se ha incendiado el 3,8% de toda la superficie de Ñuble.
Actualmente, hay 21 focos activos en 14 comunas de la región, 13 de ellas en la Provincia de Itata, que está con vigencia de toque de queda en las noches; y en la comuna de Quillón, en la Provincia de Diguillín, que se encuentra bajo la misma medida de excepción.
“Las comunas que se encuentran en una situación más crítica son Ninhue, Quirihue y Quillón. También compartimos la preocupación de los vecinos de San Fabián, donde anoche (la noche del miércoles) se generó un foco que está siendo combatido activamente”, añadió el gobernador.
Lágrimas de alcalde
Respecto a las viviendas que han sido destruidas o dañadas, hasta la tarde de ayer ya eran 317. “Se encuentran los equipos del Serviu ya desplegados, partiendo el día martes en la comuna de Chillán (21 casas dañadas), el miércoles estuvieron en Coelemu, con seis equipos de profesionales”, destacó.
Lo anterior ha dejado un total de 1.200 personas damnificadas, tanto por la pérdida de sus viviendas como e sus fuentes de trabajo.
En cuanto a los focos activos, el superintendente de Bomberos, Héctor Muñoz, dijo que “algunos están contenidos y otros están controlados. Los primeros, son aquellos que ya se encuentran sofocados, pero que no sabemos qué reacción pueden tener ante los efectos climáticos. Ayer mandamos una fuerza de trabajos de siete carros a Ninhue para ayudar a esa gente y a ese alcalde. Vi llorar a Lucho (el alcalde Luis Molina), al ver cómo se le quemaba su ciudad, y la verdad es que eso impacta, por lo que no hay descanso, no podemos bajar los brazos”.
El superintendente confirmó que ayer se sumaron cerca de 100 voluntarios de Bomberos de diversas ciudades del país.
