La decisión de adelantar el inicio del toque de queda afecta principalmente a los restaurantes. Si a ello le sumamos que en las comunas en Fase 2 no pueden atender público al interior y que no pueden abrir el fin de semana, tenemos como resultado a un rubro ahogado por las restricciones, sin posibilidades de generar ingresos para revertir los números rojos que arrastran desde el año pasado.
Proteger la salud de la población debe ser una prioridad, pero no es justo que el costo lo deban pagar solo algunas actividades. Si se trata de ser equitativos en la distribución de los costos de esta pandemia, debiesen existir subsidios estatales u otras ayudas concretas y sin letra chica que permitan apoyar a aquellas Pymes que hoy se están sacrificando por el bien de todos.
Víctor Salamanca
