La Diócesis de Chillán celebró ayer el Te Deum de Fiestas Patrias, una tradición que data desde el año 1911, cuando José Miguel Carrera le pidió al arzobispo de la época que realizara un canto de acción de gracias por la patria.
El Te Deum en la Catedral de Chillán fue presidido por el administrador diocesano, sacerdote Patricio Fuentes Benavides, quien en primer término saludó a las autoridades presentes, tanto políticas como de las Fuerzas Armadas y de Orden.
En su homilía, el administrador diocesano se refirió a los actos de corrupción conocidos en las últimas semanas y recordó en este sentido, una declaración que la Conferencia Episcopal de Chile publicó hace unos días. “Como país llegamos a esta celebración con serias dificultades y problemas sin resolver desde hace tiempo. Sentimos especialmente la desazón por ‘los hechos de corrupción, tráfico de influencias, fraudes, mal uso de información privilegiada, malversación de fondos públicos y delitos económicos que se vienen conociendo en los últimos años, son motivo de honda preocupación para la inmensa mayoría del país’. A estos graves hechos, se suma los fuertes grados de violencia en nuestra convivencia, que siembran el temor y la desconfianza. Es como si de pronto viviéramos en otro Chile”, dijo en consonancia con la declaración de los obispos.
“Sin minimizar los problemas que vivimos, estos días de Fiestas Patrias son una invitación a volver a soñar, a trabajar, y comprometernos con una patria donde todos tengan también el pan de la alegría. La fiesta, con sus ritos y símbolos, son la expresión que la vida, con su fatigoso andar, es siempre un camino bello de recorrer. Cada 18 de septiembre es una llamada a volver a creer en Chile, a empeñarnos por su futuro, para que sea la mesa en que todos, en la diversidad que somos, nos podamos sentar y reconocer”, detalló.
“A los anuncios de los profetas de calamidades, a los violentos que desprecian la vida, a los que buscan el beneficio personal a costa de los bienes comunes, respondamos asumiendo con responsabilidad los desafíos del Chile de hoy; atrevámonos a buscar nuevamente caminos de encuentro, de ejercer el difícil y noble arte de la política del diálogo que, en palabras del Papa Francisco, permite acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto. El diálogo persistente y corajudo no es noticia como los desencuentros y los conflictos, pero ayuda discretamente al mundo a vivir mejor, mucho más de lo que podamos darnos cuenta”, invitó.
La celebración continúo con plegarias por el país y la entonación del Himno Nacional a cargo de la Banda del Regimiento de Chillán.
Asistentes
El delegado presidencial, Rodrigo García Hurtado, complementó: “el administrador diocesano nos entrega un mensaje que nos hace reflexionar cómo nosotros como región avanzamos con alegría, pero también viendo lo que está ocurriendo tanto desde el punto de vista de la violencia, de los hechos de corrupción como de tráfico de influencias. Lo más importante aquí es el diálogo a lo que él nos convocó. Todos juntos en la región, con diálogo, vamos a poder tener un mejor futuro que es algo que la Región de Ñuble necesita. Tenemos muchas necesidades y esas necesidades las tenemos que superar entre todos y ese diálogo es muy importante”.
El gobernador de Ñuble, Óscar Crisóstomo, dijo: “siempre es importante el llamado que hace la Iglesia, particularmente hoy a la paz social que es tan relevante, con diversas situaciones que está atravesando nuestro país, pero que depende también de nosotros mismos poder salir adelante, enfrentarlas, y dar también todas las condiciones para que nuestro país se siga desarrollando. Y la palabra de la paz social, convivencia, se ha repetido mucho este último tiempo y creo que es tremendamente relevante porque si perdemos estos conceptos, es difícil construir, y creo que ahí el llamado que se hace por parte de la Iglesia es muy importante y lo acogemos en ese marco”.