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“Somos los guardianes del cronograma, extender plazos sería relajarse”

Agencias

El 5 de enero María Elisa Quinteros asumió la presidencia de la Convención Constitucional, tras una maratónica jornada de votación, y de inmediato se abocó a la tarea de sacar adelante algunos temas que estaban retrasados.

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Uno de esos temas es la consulta indígena que parte mañana y que ha generado un variado debate primero, por su costo; luego por no tratarse de un estudio vinculante; y también por el periodo acotado en el que se realizará.

Sin embargo, hay varios puntos que la presidenta de la Convención se encarga de colocar sobres las íes. El costo inicial fue rebajado a punta de gestión (de $1.400 millones, a un poco más de $435 millones), sus resultados serán vinculantes, y si bien el periodo será de dos meses, asegura que se ha tomado con seriedad.

Explicó que la consulta “es un mecanismo de participación, incluido por el pleno de la Convención, como una de las tres formas de participación directa de los pueblos indígenas. La primera tiene que ver con iniciativa constituyente de escaño. La segunda tiene que ver con la iniciativa popular indígena que cerró el primero de febrero. Y nos queda esta tercera parte, la consulta indígena, donde se levanta las demandas y los sentires, desde el punto de vista de los derechos, de las diferentes pueblos indígenas. Eso se plasma en un documento, que será un insumo para comisión de Derechos de Pueblos “.

– ¿Cómo se desarrollará el trabajo considerando que serán dos meses?

A sabiendas que una consulta toma más tiempo, quisimos incluir la voz de los pueblos indígenas, considerando que existen principios que guían la consulta, como la autodeterminación o la plurinacionalidad. En ese sentido, no será “la caravana de la consulta”. De los mismos pueblos, los diez que están reconocidos por la legislación chilena, se levantó a los representantes que van a participar de la consulta. De acuerdo al derecho internacional, se trata de una consulta colectiva, no es individual. Entonces, desde ahí se levantan tres figuras que son los facilitadores, moderadores y los digitadores que son las personas que están a cargo de llevar las consultas a los territorios. Esto de desarrollará en lugares que van a ser facilitados por las gobernaciones y los municipios. Para ello la comisión de los Derechos de los Pueblos creó un documento base para poder conversar, el que también se puede cambiar y mejorar. Hay dos instancias, una convocada donde la Convención invita, y otras autoconvocada, donde los pueblos pueden entregar su visión. En la páginas web pondremos a disposición un plataforma para ello.

-¿Esto ya se está haciendo o parte este lunes 14?

– Partes este lunes. Pero si hubo un pueblo que hizo su encuentro autoconvocado el 24 de enero, cuando lo anunciamos, o en otra fecha, también puede subir su encuentro en la página web. Pero los convocados parten mañana (hoy).

– Se dice que hacer una consulta en dos meses no es lo óptimo, sino seis meses. ¿Cómo responde las críticas de quienes dicen que debiera hacerse en un tiempos mayor?

Todas las críticas son válidas. Si uno ve consultas comparadas, hay hasta unas de dos años. Pero como somos un ente autónomo, decidimos esta metodología que podríamos haber dejado afuera, pero hay un genuino interés de la Convención de realizar este trabajo. Lamentablemente, los tiempos de la Convención no lo decidimos nosotros, pero somos respetuosos de ello. Ni el mundo de los escaños reservados, ni el mundo independiente, ni la paridad, estaba en el Acuerdo por la Paz. Estamos dando respuesta a lo se nos solicitó en el tiempo que se nos solicitó. Somos respetuosos con los hermanos y hermanas de los pueblos, con quienes hemos sido claros. No es el tiempo que deseamos, pero la secretaría ha trabajado una metodología que sea válida, seria y nos permita dar vida a propuestas para la Constitución (…). Sabemos que si esto no funciona, y nos atrasamos, afecta al cronograma. Y tenemos riesgo de no llegar con algo al final.

– Sobre los plazos, algunos convencionales han manifestado su disposición para extenderlos, si es que llegado el momento no se concluye una buena propuesta constitucional. ¿Usted qué opina?

Nosotros con el vicepresidente somos los guardianes del cronograma. Cuando uno habla de extender los plazos, se relaja. Nos quedamos con los tiempos que están establecidos. Por cierto, no nos cerramos a una eventual posibilidad de extensión, pero eso no depende de nosotros, sino del Poder Legislativo y en eso hay que ser muy claro. En marzo, sabemos que el Congreso estará dividido. Tenemos sentido de realidad, y la realidad nos dice que no nos confiemos y sigamos avanzando. No podemos llegar con nada el 4 de julio.

– A propósito del intenso trabajo que han realizado, ¿no se vislumbro eso antes?

No sé si nos pusimos muy creativos, pero tratamos de incluir muchas cosas en la primera parte, porque para la mayoría de nosotros es muy importante la participación. Aprobamos muchos mecanismos de participación y está bien. Es el primer proceso democrático que tenemos para elaborar una Constitución. Inventamos los cabildos, las salidas a regiones y eso tiene sus costos en cuanto tiempo.

-Debe ser un documento que involucre a todos, porque después viene el plebiscito de salida, que me imagino para ustedes es importante y no querrán chocar con una muralla.

Lo importante es que la gente entienda que este proceso es de todos. Nació en las calles, de las manifestaciones (…). El mayor desafío que tenemos con miras al plebiscito de salida, es el derecho a la información. Porque más que tomar una decisión como presidenta, a favor o en contra, lo importante es que la personas voten informadas.

– En ocasiones pareciera que se proyecta una imagen errada del trabajo que realizan. Un diario extranjero habló de “desorden” y “pensamientos extremos” en la Convención. ¿Le preocupa esta imagen?

Por supuesto. Es injusto y es un tema que preocupa y angustia. Pero también tenemos que trabajar desde lo interno para poder informar adecuadamente lo que pasa. En lo personal, desde el inicio, no veo ni payasos ni caricaturas. Veo gente comprometida, trabajando muchas horas para sacar adelanto el trabajo. Yo vengo del mundo de la ciencia, y cuando llegué acá quede muy feliz al ver el nivel de profesionalismo con que se trabaja, que las cosas se hagan con sentido. Aquí no he visto el cortar y pegar, o usar Wikipedia, no he visto mediocridad, he visto trabajo serio.

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