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A raíz de las críticas generadas en el gremio ganadero por la resolución del SAG que autoriza la importación de bovinos reproductores desde el sur de Argentina, el Servicio difundió un comunicado aclaratorio en el que sostiene que decisión “se tomó teniendo siempre como fin regular que estas internaciones sean seguras en términos zoosanitarios, protegiendo con el mismo rigor de siempre el cuidado de nuestro patrimonio sanitario, y con el objetivo de apoyar la mejora de la genética del ganado bovino nacional”.
En el texto se explicó que “tras una petición realizada por ganaderos de las regiones de Magallanes y Aysén para la importación de bovinos desde Argentina, el SAG realizó la evaluación y posterior autorización del protocolo de importación de bovinos con fines de reproducción”.
Según el texto, “la norma que determina las exigencias sanitarias para la importación de bovinos a Chile -desde cualquier país- rige desde 1992. Así también, el reconocimiento por parte de nuestro país de la Zona Patagonia Sur argentina como libre de fiebre aftosa se realizó en 2008, y considera a las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro y parte de Neuquén”.
En esa línea, el SAG subrayó que “los bovinos de reproducción que pudieran optar a incluirse en esta importación solo se limitan a los que han nacido y se han criado en el territorio argentino libre de fiebre aftosa sin vacunación reconocido por Chile hace más de 10 años, lo que no plantea ninguna situación distinta”.
El comunicado también destaca que “Chile se ha incorporado con éxito durante los últimos años al mercado de comercio de bovinos en pie, lo que implica que el país debe estar en la disposición de participar tanto en la exportación como en la importación”.
Asimismo, y atendiendo a las críticas, se informó que “lo que sí se modificará, y que se detectó dentro de la evaluación realizada por el SAG, es la necesidad de realizar una actualización de la norma para fin de incluir requisitos de identificación y control de origen que no se utilizaban en la fecha de su emisión en 1992”.
“Respuesta insatisfactoria”
Al conocer la aclaración del SAG, el presidente de Aprocarne Ñuble, Carlos Smith, afirmó que “es una respuesta insatisfactoria” y reiteró su preocupación por el patrimonio zoosanitario del país.
“En Argentina, la trazabilidad no es obligatoria, por lo tanto, el SAG no puede garantizar que el animal que se está comprando en la Patagonia no proviene de Mendoza, que es una zona que no está libre de fiebre aftosa”, argumentó.
El dirigente añadió que según información proporcionada por el INIA de Coyhaique, “en la Región de Aysén hay criaderos de toros Angus y Hereford de primera calidad, y que no tenemos ninguna necesidad de traer material genético desde Argentina, sobre todo, considerando que se pone en riesgo nuestro patrimonio zoosanitario”.
Smith mencionó que años atrás el centro de investigación importó ovejas en pie desde Argentina, y que pese a que les garantizaron que estaban libres de enfermedades, finalmente el INIA debió sacrificar las importadas, más todo su rebaño, pues se contaminó todo.
En cuanto a las razones esgrimidas por el SAG, el líder de los ganaderos expresó que “al parecer, habría un productor interesado en eso”.
Y añadió que “si se interna desde Argentina un camión de toros Hereford, porque son más baratos allá, se liquidan todos los criaderos que hay en Aysén (…) Para el país no representa ninguna ventaja lo que están proponiendo, la genética que podrían traer del sur de Argentina no es mejor que la que nosotros tenemos, lo que necesita Chile no es genética, es masa, y para aumentar la cantidad tenemos que mejorar el negocio, no empeorarlo”.