Señor Director:
A raíz de los cambios en las medidas sanitarias para enfrentar el Covid-19 desde el 1 de octubre, en especial aquellos relacionados con el uso opcional de la mascarilla en lugares públicos a excepción de los establecimientos de salud, muchas personas tienen miedo por lo que podría suceder. Debemos entender el miedo como un sentimiento propio de la naturaleza humana, que nace de una situación que se percibe como peligrosa o riesgosa para nuestra integridad, es decir, también demuestra un apego hacia la vida, sobre todo considerando que las muertes por Covid-19 aún se mantienen. Se registra un promedio de 34 fallecimientos en la última semana de acuerdo con las cifras oficiales entregadas por el Minsal.
Si bien muchas veces nos centramos en las cifras, no hay que olvidar que detrás de cada número, hay personas, familias y
comunidades, que se ven impactadas por un deceso. Si evaluamos cómo se comportan las personas, sabemos que cada una responderá a este cambio de acuerdo con sus experiencias previas, creencias y valores. En ese contexto, la mejor forma de convivir con estos cambios es realizarlos de manera paulatina, es decir, cuando cada persona se sienta segura, pues esto disminuirá el estrés considerando, además, el estado de salud de cada individuo (evaluar patologías y estados de salud subyacentes y frecuentes).
En esta nueva etapa es fundamental respetar y considerar la opinión de los otros. Si bien podría entrar en discusión la libertad, no hay que olvidar que las personas estamos inclinadas hacia el bien y que somos seres sociales, importándonos siempre lo que al otro le ocurra o preocupa. Sin duda, los acuerdos y el respeto son las mejores formas de adaptarnos a la nueva realidad.
Pía Bustamante Barahona
Académica de Enfermería USS