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Restaurantes prevén lenta recuperación

Punto Limeño

Como lejana y gradual prevén la recuperación de la crisis las empresas gastronómicas de Ñuble, uno de los sectores más afectados por la emergencia sanitaria, lo que ha tenido un fuerte impacto en el empleo. Se trata mayoritariamente de Pymes que tienen dificultades para acceder a financiamiento y que ya habían sido golpeadas por el estallido social del año pasado.

Como se recordará, la industria gastronómica está cerrada por decreto desde el 20 de marzo, lo que ha obligado a varios empresarios a adaptar sus negocios a la modalidad del reparto a domicilio, sin embargo, las ventas están muy por debajo de los niveles previos a la pandemia, por lo que no están operando en toda su capacidad.

Otros, en tanto, han optado por bajar las puertas indefinidamente. Es el caso del restaurante de comida chilena Pensión Valdés, que en sus 64 años de historia enfrenta el cierre más prolongado, el que según su dueño, Luis Valdés, lo llevó a tomar la determinación de desvincular a sus 27 trabajadores.

“Nosotros somos más conocidos en comunas que acá en Chillán, así que por el momento estamos tratando de pasar esta tempestad, esperar que luego empecemos de a poco a volver a la normalidad”, comentó el empresario, quien reconoció que fue muy doloroso despedir a sus trabajadores, muchos con años de antigüedad y muy capacitados, “con el compromiso de que si algún día esto se reabre, la posibilidad de retomar a mi gente, un equipo que costó muchos armar, tengo personas con más de 30 años trabajando conmigo, en quienes tengo mi confianza. Por un lado estoy tranquilo, porque se fueron con su finiquito y su seguro de cesantía”, añadió.

“No sabemos cuánto tiempo pasará para que volvamos a abrir, algunos hablan de meses o más de un año. Espero que podamos reabrir, cumpliendo con los protocolos sanitarios respectivos, las distancias”, expresó.

Descartó, asimismo, el delivery como una opción, pues aseguró que, por un lado, sus clientes viven fuera de Chillán, y en el caso del mercado local, advirtió que no es sostenible en el tiempo este modelo, “porque no hay presupuesto que aguante esos valores, son muy pocos los que pueden pagarlo de manera indefinida”, argumentó.

Delivery

Sebastián Tabja, dueño del restaurante de comida árabe Shawarma, indicó que reabrió a inicios de mayo sólo con delivery, un sistema que ya utilizaba antes de la pandemia, aunque reconoció que las ventas son menores, entre un 60 y 70 por ciento, lo que se traduce en que hoy está trabajando con dos personas menos, quienes se acogieron a la Ley de Protección del Empleo, “por lo que espero que puedan volver a medida que se vaya reactivando esto”.

Tabja advirtió, no obstante, que el proceso de reapertura será gradual, “y que la gente va a volver con mucho miedo, se va a demorar en recuperar la confianza para salir a comer y compartir con más gente, de hecho, de a poco la gente se está atreviendo a pedir comida, porque también tienen desconfianza en el proceso de elaboración, pensando que los que cocinan o reparten puedan estar contagiados”.

El empresario anticipó que para las empresas también será un poceso complejo la reapertura, con la implementación de los protocolos sanitarios, por ejemplo, para que se respete una distancia física en los locales, que deberán funcionar con menos público. “Vamos a tener que adaptarnos para sobrevivir”.

De igual forma, criticó las restricciones que encontró en el sistema bancario para solicitar la postergación del pago de créditos. “Con el banco me fue horrible, al principio, en el banco me ofrecían una refinanciamiento en que las cuotas me salían más altas, así es que finalmente opté por pagar las cuotas atrasadas a medida que puedo, con los intereses por mora”. También lamentó las dificultades que encontró para abonar a la deuda con la compañía de electricidad: “tuve que presentar un reclamo a la Superintendencia de Electricidad para que desde la empresa me llamaran y aceptaran el pago parcial de la deuda”.

En el restaurante de comida peruana Punto Limeño, su dueño, César Navarrete, recordó que “yo cerré un poco antes de que la Ley me obligara a cerrar, conversamos con los trabajadores, siempre hemos tenido una muy buena relación, y tomamos esta decisión pensando en nuestra salud y en la de nuestros clientes”, por lo que se acogió a la Ley de Protección del Empleo.

En este periodo se ha enfocado en el despacho a domicilio, pero reconoce que los ingresos están muy por debajo de los meses previos a la pandemia. Estamos trabajando con menos de la mitad de los 18 trabajadores, y no creo que abramos antes de fin de año, no creo que estemos capacitados para abrir antes. Yo creo que va a ser un retorno muy lento, considerando la situación económica además. Todo esto va cambiando a medida que va evolucionando la pandemia, vemos que ha habido rebrotes en China, creo que nada va a volver a ser como era antes, y lamentablemente, en Chile, las medidas no se implementan de manera óptima, se van adaptando a lo que se puede, yo me preocupo de sanitizar el local todas las semanas y dudo que todos lo hagan, dudo que siquiera tengan un protocolo sanitario, revisar la temperatura del trabajador, cómo entran, cómo trabajan, cómo salen los platos, cuál es el tipo de seguridad”.

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