Daños en arándanos debido a las intensas precipitaciones de este fin de semana se reportaron en la región de Ñuble, según confirmó Fedefruta y productores locales.
Entre las 9.00 horas del sábado y las 9.00 horas del domingo cayeron 20,4 milímetros de agua, acumulando 55,6 milímetros en lo que va del año, lo que representa un superávit de 268% respecto a lo normal a la fecha.
Fedefruta ha estado monitoreando los efectos que las lluvias han generado en los huertos, con productores que han reportado daños importantes a las cosechas debido a este sistema frontal inusual, que ha traído fuertes precipitaciones en las zonas productivas.
Los mayores daños se registraron en las regiones de la zona central -desde Valparaíso hasta el Maule-, principalmente en uva de mesa, duraznos y ciruelas, los que llevaron al presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, a decir que se trata de “una catástrofe que la fruticultura no había visto antes”.
En otras zonas hacia el sur, como en Ñuble, se reportan daños en arándanos, la principal especie frutícola de la región, la que se encuentra en plena temporada de cosecha. “En manzanas y peras, no hay reporte de problemas hasta el minuto, y en cerezas no hubo daños, ya que esa especie terminó de cosecharse hace unas semanas”, concluyó Jorge Valenzuela.
Mauro Magnasco, gerente de El Torreón, que produce arándanos en San Carlos, admitió que “hay harta fruta partida, no podríamos estimar un porcentaje, tenemos que cosechar y pasarlo por la óptica para evaluar el nivel de daño”.
En el caso de Magnasco, el sistema frontal lo encontró con un 15% de su fruta aún sin cosechar.
En San Ignacio, en tanto, el productor Fernando Rodríguez, sostuvo que el daño no fue significativo, pero reconoció que tendrá que aplicar productos fitosanitarios para evitar daños por hongos y para mantener fertilizada la planta.
“Apenas termine la lluvia hay que fertilizar muy bien con potasio y aplicar calcio para que no hayan partiduras, y para proteger de hongos, especialmente la botritis. Después de lluvia y temperatura tenemos proliferación de estos hongos, y por otro lado, también hay que fertilizar”, subrayó el fruticultor.
Rodríguez afirmó que “algunos frutos sí se van a perder, porque llevamos cuatro días en que no se han cosechado. No es un mucho. Lo bueno es que en la zona no son tantos los huertos que tienen frutas tardías, la mayoría ya había terminado su cosecha. Yo diría que la mitad de los huertos de la región ya terminó de cosechar”.
Explicó que “con el agua de lluvia, el fruto crece y se hincha, pero como esta agua no tiene los nutrientes como potasio y calcio, que son los que protegen las paredes celulares, entonces se rompen las paredes, y ahí se produce el destrozo, más que por la lluvia misma que físicamente podría provocar un destrozo”.
