Cuando a principios de mayo, el alcalde de Chillán Viejo, Jorge del Pozo, se enteró que las municipalidades de Hualqui y de Talcahuano habían firmado un contrato con la empresa de relleno sanitario, Volta-Ecobío, ubicada en su comuna, decir que se enfureció, sería minimizar su reacción.
Inerme, por la imposibilidad de buscar en las leyes alguna defensa, ya que Volta-Ecobío es un particular que no tiene restricciones legales para recibir desechos domiciliarios desde ninguna parte del país, ha dado múltiples entrevistas para, a lo menos, llamar a la conciencia entre el resto de las autoridades regionales y conseguir todo tipo de ayuda.
En esta cruzada, la consigna de batalla del alcalde Del Pozo es casi un lema que apunta a una verdad que pocos estaban anticipando: “esto no es un problema que afecte sólo a Chillán Viejo, sino que va a perjudicar a toda la región”, dijo.
Para entender el presagio hay que revisar dos líneas formadas sólo por datos duros: el primero, es que conforme a estudios realizados por la Superintendencia Regional del Medio Ambiente, la operatividad del relleno chillanvejano “se estimaba en cerca de diez años, no más. Pero ahora, que se suman como depositarios, las comunas de Hualqui y Talcahuano, es evidente que ese plazo se acorta”, explica el director regional de la SMA Ñuble, Cristian Lineros.
¿Cuánto se acorta? “Este estudio ya lo comenzamos y esperamos tener los resultados dentro de unos diez días”, anticipó.
La segunda línea, también la revela Lineros. “Hoy la región no cuenta con una estrategia de retención de residuos sólidos domiciliarios”.
Es decir, salvo ideas o propuestas –ni siquiera garabateadas en la servilleta, todavía- en las municipalidades de Ñuble, ningún alcalde cuenta con un plan en curso para anticiparse a qué hacer con los cientos o miles de toneladas que cada comuna produce mensualmente.
Lo peor de todo, es ue en caso que se logre lo más difícil del problema, es decir, decidir dónde construir el nuevo relleno sanitario en Ñuble, “la bibliografía dice que estamos ante estrategias cuya ejecución toma n,por lo menos , 10 años”, advierte Lineros.
Revisando los procesos, se advierte que hoy, conforme a la nueva Ley Medio Ambiental, para aprobar la creación de un relleno sanitario, primero se exige un estudio de impacto ambiental (un año de plazo) lo que implica hacer las líneas bases, las caracterizaciones de suelo y los análisis de los acuíferos.
Luego, se entra a la evaluación ambiental, con estudios que impliquen procesos de participación ciudadana (otro año).
Sólo en caso que el proyecto se califique de manera favorable, pasa a la etapa de “reclamación” que puede llegar al Comité de Ministros de un órgano compuesto por entidades como el MOP; Medio Ambiente y Salud, para luego, pasar al Tribunal Ambiental.
Y si una de las partes no queda conforme, el caso pasa a la Corte de Apelaciones.
Evidentemente, la cosa es urgente.
Las primeras ideas
Como era de esperar, la advertencia de Del Pozo generó diferentes reacciones en los concejos municipales de las 21 comunas de Ñuble, puesto que todas llevan sus desechos domiciliarios a la planta de Volta-Ecobío.
Propuestas como el comenzar a replicar modelos extranjeros –como el de Argentina- que se sostienen gracias a que los mismos vecinos realizan trabajos de compostaje e incluso de reciclajes para reducir las cantidades que llegan finalmente a las plantas, son vistas más con cara de esperanza que solución, ya que cambiar los hábitos de una comunidad poco flexible en tema de costumbres (como la chilena) a algunos les suena desde utópico a un proceso que tomará décadas en que se incorpore.
Alcaldes como Camilo Benavente, de Chillán, sostienen que “esto ya es un problema mayor que no se nos puede dejar sólo a los municipios para que lo solucionemos. Creo que ya es hora que el Estado intervenga de manera efectiva, que al menos nos colabore de manera concreta y no solamente desde un rol fiscalizador, porque el tema de la basura es un problema que exige muchos recursos, de muchos estudios y por lo tanto, ya no puede ser sólo un tema de administración comunal”.
Por lo demás, Benavente aclara que el depósito proyectado en el sector de Cato es “sólo para cosas puntuales como ramas y desechos de ese tipo, nunca fue pensado como un relleno. Es sólo una manera de que lo que se termine llevando a Chillán Viejo, no sea tanto”.
La comuna de Chillán genera, en promedio, cerca de seis mil toneladas de desechos domiciliarios al mes.
Desde San Fabián, el alcalde Claudio Almuna explica que el tema para ellos es preocupante y a lavez tan costoso desde lo logístico, que incluso han evaluado llevarse la basura al relleno sanitario de Talca.
“Hace poco estuvimos analizando el tema porque, para nosotros nos queda muy lejos llevar los residuos a Chillán Viejo, por lo demás, somos la segunda comuna más grande de la región, entonces debemos recolectar basura desde la cordillera, desde el límite con Parral o con Coihueco, lo que nos da cerca de 160 toneladas mensuales en promedio, por lo que tenemos que hacer muchos viajes”, apunta.
Como opción ante la crisis que se viene encima, propone que se abran oportunidades para que surjan en la región, empresas de reciclaje.
“En Concepción, por ejemplo, ellos nos retiran desde acá el vidrio, lo que nos permite reducir las toneladas de basura que llevamos al relleno sanitario de Ecobío. Por lo demás ya es hora que cada comuna también comience a pensar en una manera de hacerse cargo de su propia reducción de residuos y buscar alternativas sustentables, para que el Estado se haga cargo de lo que estamos haciendo produciendo como seres humanos”, sostuvo.
Sin embargo , aclara que “ yo, como alcalde de una comuna de sacrificio, como la de mi colega Jorge del Pozo, no estoy dispuesto a recibir basura de otras comunas. Y estoy seguro que esto es lo que piensan otros colegas míos que no quieren ser el punto de vertedero del resto, entonces insisto en que se deben buscar soluciones localistas”.
Entonces, al igual que el jefe comunal chillanejo, plantea que es necesario que el Estado les dé la mano.
“Porque si a nosotros no nos dan los recursos para licitar el tema de la basura, que es muy caro, solos no vamos a poder”.
Finalmente, avizora que si se pudiera trabajar en un modelo público-privado ya sea en el secano interior o el secano costero, “ya se puede pensar en una mesa de trabajo con el Gobierno Regional, el Gobierno Central, los 21 alcaldes para abordar este tema que ya no nos está dejando mucho margen de tiempo”.
Aludido el Estado, se hizo traspaso de estas inquietudes al delegado presidencial de Ñuble, Gabriel Pradenas.
La autoridad, quien reconoce que se trata de un conflicto supremamente complejo, respondió que “ se trata de un tema que se resuelve entre privados, no obstante, efectivamente, la Superintendencia de Medio Ambiente con otras carteras que tienen algún tipo de vínculo, nos definen un rol”.
Conforme a los estudios que se manejan en la Delegación Presidencial, al menos para colaborar con los costos asociados al problema, mediante se puede colabor a “con el financiamiento para la movilidad de estos residuos, en los que Subdere, en el ámbito nacional, ha apoyado distintos municipios”.
“El desafío que tenemos como Estado, es principalmente, visualizar la proyección municipal en torno a la eliminación de estos residuos y proyectar de aquí al año 2034, es cómo vamos a resolver la brecha que se vaya a generar a partir de esta resolución, por lo tanto [, tenemos plena confianza en las instituciones que han estado operando de acuerdo a la norma”, concluyó.
Malleco pareciera tener la clave
Aunque Cristian Lineros, director regional de la SMA aclara que como entidad no son los encargados de resolver la logística de los rellenos sanitarios, advierte que sí ha habido comunas en el país que parecieran haber dado con la clave para solucionar de manera eficiente este problema.
“En Chile, hemos visto a particulares que viendo que hay problemas con los municipios, ven una oportunidad y generan proyectos sustentables para recibir basura de donde venga. Y otra línea que es como bien interesante es cuando se aborda el problema mediante la asociación de municipalidades”.
Y esta última opción es la que, hasta la fecha solo ha generado buenos comentarios en la provincia de Malleco, en La Araucanía.
Cuatro comunas, Collipulli, Angol, Renaico y Ercilla, optaron por asociarse y generar una entidad privada con personalidad jurídica para conseguir una licitación para empresas privadas que manejaran los residuos domiciliarios.
La empresa contratada fue Consorcio Consemar y William Ives S.A. y su gerente general, William Ives, dijo a LA DISCUSIÓN que “el proyecto original que tenían en Collipulli tenía un costo de alrededor de 11 mil millones de pesos y conseguir ese monto en el Gobierno les iba a significar mucho tiempo. Una vez que resuelven asociarse estas cuatro municipalidades, llamaron a una licitación privada invitando a todas las empresas de Chile, quedando nosotros seleccionados en el proyecto”.
El proyecto, entonces, exigía que el consorcio les arrendara el predio de Collipulli y hacer todo el resto, desde los estudios a las tramitaciones para conseguir la RSA, que se aprobó finalmente, finalizando el periodo de Michelle Bachelet 2.
“Empezamos a trabajar, con muchos problemas en un comienzo, porque hubo juicios de por medio, hubo ocasiones en que el pueblo mapuche nos atacó y no nos dejaban avanzar, pero al final lo importante es que al fisco no le costó un solo peso porque la licitación exigía a quien se la adjudicara el sacar los permisos, construir y operar. Hoy estamos operando y estamos recibiendo 12 mil toneladas mensuales”, explica.
En tanto, la ingeniero civil ambiental, Paulina Aguilera, secretaria general de la Asociación Malleco Norte, explica que “esta idea se comienza a gestar en el añ0 2001, pero arrancó como un convenio de colaboración para poder resolver ese problema en común, que eran los residuos sólidos”.
Unidos, consiguieron que toda la tramitación legal, los llamados a licitación y las autorizaciones las realizara sólo un municipio en nombre de toda la agrupación de municipios Malleco Norte.
El año 2012 se formaliza la asociación, con personalidad jurídica, lo que le permite al municipio de Collipulli traspasar a la agrupación, un terreno que se compró con fondos públicos.
“Pero tomó once años, porque entonces no existía una normativa que amparara la asociación, lo que es muy diferente a lo que existe hoy. Actualmente, ese trámite se realizaría en un solo día, porque hay que llevar los estatutos, con un abogado se inscriben en la Subdere y se registra la asociación”.
Sin embargo, antes de haber conseguido esa personalidad jurídica, comenzaron a realizar los estudios de viabilidad, los de prefactibilidad, dar con el mejor lugar posible, más todas las variables socioambientales que considera un proyecto de este tipo.
“Este proyecto arranca con un estudio de impacto ambiental, pero la clave de todo fue el haber conseguido es a para enfrentar un problema en común. Luego se presentó la iniciativa al Gobierno Regional, que es la entidad que finalmente, financia el proyecto”, apuntó la ingeniero.
Se debe aclarar en este punto que la Subdere, por su parte, fue la entidad que financió la compra del terreno mediante el programa nacional de Residuos Sólidos en el sector de Collipulli.
Sin embargo, hubo varios intentos fallidos, la agrupación llamó a una licitación privada para que alguna empresa se instalara en ese sitio para realizar ese proyecto final que era el relleno sanitario.
“Lo que yo les recomendaría es partir con un buen plan de difusión técnica, porque si las autoridades no le saben explicar a una persona de qué se trata el relleno, se va a tergiversar el concepto y comenzarán a decir que es un basural, que es un vertedero y la verdad es que un relleno sanitario es algo totalmente distinto”.
Aclara, por ejemplo, que mientras un vertedero es fiscalizado solo por el Servicio de Salud, el relleno sanitario, que parte con un estudio de impacto ambiental, es fiscalizado tanto por el Servicio como por la Superintendencia del Medio Ambiente, ya que ese estudio debe ser muy detallado, minucioso, incluyendo exigencias que un vertedero no considera.
“La empresa que está ejecutando el proyecto, es constantemente fiscalizada y jamás ha sido multada, nunca les han encontrado nada extraño. Incluso, hace poco tuvimos una visita del jefe del Departamento de Economía Circular del Gobierno Regional, junto a la Superintendencia y de la Subdere de Santiago y terminaron extendiéndonos felicitaciones por el buen manejo que tenemos”, observó.
Por último, aclara que se escogió un lugar totalmente lejano a sectores residenciales, cuyo suelo no presentara tanto material rocoso, porque “se debe tener en cuenta tres tipos de configuraciones: el estudio de suelo, el estudio de predominancia hídrica, ya que un sitio con demasiada presencia de napas no es práctico para estos fines, ya que los rellenos deben incluir pozos de monitoreo; y [fahumada: Inserted] que no haya lugares poblados alrededor, lo que debe ser luego resguardado por el Plan Regulador Comunal, para que no permita que a futuro se construyan sectores residenciales en las cercanías”, finalizó.