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Quince partidos constituidos y diez en formación: alta fragmentación amenaza la gobernabilidad

Quince partidos legalmente constituidos y otros diez en formación. Ése es el escenario que enfrenta el actual régimen político de Chile, que en los últimos años ha devenido en una alta fragmentación y difícil relación entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Cada vez nacen más grupos diferentes, partidos diferentes, lo que vuelve muy difícil la articulación política, el diálogo, y principalmente, construir grandes acuerdos, que es uno de los objetivos que tienen los partidos políticos con representación en el congreso, para de esta forma, ir solucionando problema sociales.

Las colectividades que actualmente están legalmente constituidas son: Renovación Nacional, Democracia Cristiana, Partido Por La Democracia, Unión Demócrata Independiente, Partido Socialista, Partido Radical, Partido Comunista, Evópoli, Revolución Democrática, Frente Regionalista Verde Social, Comunes, Partido Liberal, Partido Republicano, Convergencia Social y Partido de la Gente.

En total, suman casi 429 mil militantes en todo el país, 9 mil de ellos en la Región de Ñuble.

En tanto ,“en formación” (que se han inscrito ante el Servel para iniciar el proceso de recolección de firmas) se encuentran otras diez colectividades: Partido Social Cristiano, con asiento en Chillán, y que ya cuenta con una representante en la Cámara de Diputadas y Diputados (Sara Concha); Partido de la Muchedumbre, encabezado por Felipe Corvalán; Partido Demócratas, liderado, entre otros, por Ximena Rincón, Matías Walker y Carlos Maldonado; Libres, encabezado por Lucas Blaset; Fuerza Popular de Chile, constituido en Chillán y cuyo presidente es Bartolomé Bucat; Amarillos por Chile, liderado por Cristián Warnkern; Partido Libertario de Chile, presidido por Susan Bravo; Partido Humanista, que intenta volver a conformarse, liderado por Natalia Ibañez; Acción Humanista, facción encabezada por el diputado Tomás Hirsch; y el Partido Ecologista Verde, que nació en Biobío al alero del diputado Félix González.

Negociación política se vuelve más compleja

Según el académico y director de Foro Constituyente UdeC, Alfonso Henríquez, “como ha sido sugerido en otras ocasiones, la existencia de múltiples partidos, dentro del contexto propio de un sistema presidencial, afecta la gobernabilidad, en el sentido que vuelve más difícil para el órgano Ejecutivo llevar adelante su programa de gobierno. En este tipo de escenarios, la negociación política se vuelve más compleja e inestable. Es cierto que, en ocasiones, estos problemas pueden ser sorteados, sobre todo cuando el Ejecutivo cuenta con un amplio respaldo ciudadano. En estos casos puede utilizar dicho respaldo como una herramienta para forzar el consenso. Pero en la actualidad, el gobierno no cuenta con dicho apoyo -al menos según las últimas encuestas- lo cual hace que su posición sea muy precaria, amplificando con ello, los problemas del sistema”, aseveró.

Sin duda, sostuvo Henríquez, “se trata de un problema que es necesario resolver. Probablemente uno de los principales déficits de la propuesta Constitucional que se rechazó, estaba en que no establecía reglas claras que permitieran fortalecer el sistema de partidos. Por el contrario, primó en general una visión negativa sobre estos, y más favorable al rol de los movimientos sociales como canalizadores de la voluntad de las mayorías. El problema radica en que este tipo de apertura, lejos de fortalecer la democracia, tiende a corporativizarla, generando espacios de representación de intereses particulares, más que de intereses generales. El nuevo proceso que se inicia, representa una oportunidad para reconocer los partidos y fortalecer su rol”, afirmó el abogado.

Jeanne Simon, politóloga y académica de la UdeC, manifestó en tanto, que “para la elección de las autoridades unipersonales, como alcalde(sa), gobernador(a) y presidente(a), el alto número de partidos es complejo. Permite que alguien pueda ganar con mayoría relativa, o en la segunda vuelta con poco apoyo en el congreso o concejo. Para los cargos pluripersonales, en tanto, con la representación proporcional, un alto número de partidos es menos problemático, pero igual desafiante, planteó.

Para Jeanne Simon, “más preocupante es el bajo grado programático, es decir, que los partidos no tengan una posición clara. La política se vuelve personalista y se abre al populismo, posiblemente debilitando los procesos democráticos”, advirtió.

Para abordar la alta fragmentación política que está viviendo el país, Simon sugiere “generar mayores exigencias a los partidos políticos, en especial en relación a la ciudadanía. Podemos pensar en que cuenten con presencia en varias regiones, o que tengan un umbral de votos mayor. El problema queda en la debilidad de la conexión con el electorado”, manifestó.

Diseño institucional

Según la politóloga y académica de la Usach, Pamela Figueroa, la fragmentación política se puede dar por distintas razones, según expresó a Diario U. de Chile.

“Primero, por una cuestión de diseño institucional. Por ejemplo, el sistema electoral puede fortalecer, construir articulación política a través de mayorías o también puede incentivar que las fuerzas políticas se fragmenten y no haya colaboración. Me parece que en el caso de Chile hay ciertos factores del sistema electoral que están afectando la fragmentación del sistema de partidos y de la representación política, fundamentalmente las formas en cómo se presentan las candidaturas y las listas que hacen que se constituya una política muy individualista, y que por tanto, para quienes se dedican a la política, sea una opción tener estos proyectos muy individuales. Eso les permite elegirse y buscan tener una posición dentro del espacio político, y eso genera mucha disrupción y fragmentación”, advirtió.

Por otro lado, dijo, “también hay algo que se ha dado a nivel latinoamericano y global en el último tiempo, que es lo que se ha llamado la ‘política de las identidades’, y ahí hay dos lecturas que hacer, porque cuando no se diferencian identidades, se invisibilizan ciertos grupos de la sociedad que tienen derechos, necesidades específicas y que han sido históricamente vulnerados, como por ejemplo, las minorías étnicas, las minorías sexuales, incluso las mujeres que no son una minoría, son un grupo importante de la población. Eso, cuando llega a un punto de extremo, también contribuye a la fragmentación”, aseveró.

Según Pamela Figueroa, “eso ha sucedido en el caso de Chile. Por eso vemos que no solamente en el congreso hoy día, sino también lo que fue la Convención Constitucional, por ejemplo, se hacía muy difícil articular grandes acuerdos, por esta alta fragmentación y esta disputa entre los distintos grupos que buscan tener un espacio en la discusión pública, que buscan tener apoyo electoral de la ciudadanía, que buscan poner sus demandas, y eso creo que hace muy complejo conseguir estos grandes acuerdos que son los que dan estabilidad a las grandes sociedades y que buscan construir proyectos más comunes”, manifestó.

Respecto de las causas de esta fragmentación, Figueroa sostuvo que tenemos un problema de diseño institucional del régimen político.

“Tenemos un sistema hiper presidencial donde el Presidente de la República tiene funciones muy importantes, y eso le genera una tensión permanente con el Congreso, y además, tenemos un Congreso en que el sistema de partidos está muy fragmentado, hoy día tendiente además, a la polarización y eso hace muy difícil que el Congreso construya los acuerdos para avanzar en el programa de Gobierno presidencial y para ir legislando en función de ir resolviendo los problemas de la ciudadanía, que es la función principal del Gobierno. Entonces, creo que la gobernabilidad está siendo difícil para el Presidente Boric, como lo fue para el Presidente Piñera y como lo fue también para la Presidenta Bachelet, yo creo que esto es un patrón que se está dando con mucha claridad durante los últimos tres gobiernos de la dificultad de articular acuerdos entre el Ejecutivo y Legislativo, y eso genera un sistema que está totalmente bloqueado, que está trabado, y por tanto, me parece que es ineludible como país discutir sobre el régimen político, sobre cómo se van a equilibrar este poder Ejecutivo y Legislativo, cómo se incorpora a la ciudadanía en los procesos de políticas públicas, porque lo que nos muestra la experiencia comparada es que mientras no se resuelva este aspecto de gobernabilidad, es muy difícil desarrollarse también como sociedad”, aseveró.

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