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Profesor, artista y boy scout: Los recuerdos de Sergio Vallejos

Sergio Vallejos Rodríguez ha tenido tiempo para pensar y acumular los recuerdos de 94 años de vida. En estos 24 meses de pandemia, no solo retomó el pincel y bastidor para pintar más de cincuenta nuevas obras, sino que también montó el año pasado una muestra en la Sala Arte Mercado y, más recientemente, y recibió un homenaje de la Masonería local en la cual está inmerso desde hace seis décadas. En esta actividad estuvo presente el gran maestro de la Gran Logia, Sebastián Jans.

“Para mí ha sido un alto honor de aparecer junto con mi querido hermano Juan Morales Silva, quien también recibió una medalla honorífica por las actividades que uno ha desarrollado a lo largo de su vida. Yo cumplí 60 años de masonería en mi Logia Acacia 107, es la misma cantidad de años que tengo en actividades tanto de tipo profesional como docente. Todo esto ha sido considerado por la Gran Logia para entregarme este estímulo”.

Aquí comienza el repaso a décadas de docencia, arte y scoutismo, recuerdos que lo hacen feliz. Acá repasa las cientos de muestras artísticas tanto en Chile como en el extranjero, además de contribuir desde su vereda con la educación de miles de niños y jóvenes. “Trabajé en la Universidad de Chile, La República, pero también en el Colegio Concepción de Parral y Chillán. Durante 30 años fui jefe de boys scout en Viña del Mar y en San Carlos, llegué a tener el cargo de comisionado provincial. Los Boys Scout es una institución que está bajo el alero de la masonería, ya que busca entregar valores a los niños, algo que beneficie a la sociedad”, indica.

Respecto al arte, lo desarrolla desde niño, pero fue en la década de los sesenta que se abrió a desarrollar la vocación. Fue presidente de Tanagra y en el 2018 recibió el Premio Municipal de Arte, un estímulo que lo llenó de satisfacción.

– Es larga la trayectoria…

– Tengo 94 años, estoy feliz de haber llegado a esta edad, sigo pintando, sigo exponiendo. El año pasado lo hice en el mercado de la ciudad, también expuse junto con otros pintores en una exposición de acuarelas. Aún estoy vigente, al menos estoy más menos lúcido (risas).

– Profesor, artista, boy scout ¿Con qué se queda?

-Todas las actividades se han complementado, soy profesor normalista, primario, tengo un orgullo de serlo, esa fue una época feliz cuando por ejemplo trabajé en San Carlos en la Escuela Consolidada de Experimentación, que lamentablemente desapareció. Era un beneficio enorme para los niños, ahí podían orientarse desde pequeños hacia diferentes aspectos de las profesiones, como agricultura, humanidades, comercio. En esa ciudad fui presidente de un club deportivo, el Independiente de San Carlos. Creamos un club de natación en la piscina municipal, en fin.

– ¿Y cómo llega a la pintura?

– Desde pequeño me gustaba pintar, siempre saqué siete en artes y en historia. Tuve muchos profesores que tenían mucha didáctica como Aedo o Jeria. Posteriormente, siendo profesor primario, se abre la Universidad de Chile, e hice el curso por cinco años de pedagogía en artes plásticas. Me titulé y continué como profesor en la misma universidad. Llegué a ser director de carrera y cuando jubilé fui a trabajar a los Colegios Concepción de Chillán y Parral. Todo esto combinado con la pintura. A comienzos de los setenta comencé a exponer y tuve varios premios en las técnicas de óleo y acuarela.

– También presidió Tanagra…

– Es la institución más antigua de la ciudad. Yo recuerdo a muchos artistas como mi amigo Jorge Cháves. Muchos grandes artistas crearon esta institución que se llamaba en esos años Sociedad de Bellas Artes Tanagra. En este momento está dirigida por una gran pintora, Carmen Egaña, y está en muy buen pie. Tenemos más de cien obras que no sabemos dónde exponerlas y que fueron donadas a Tanagra desde hace muchos años. Lo interesante sería que se convirtiera en un museo de arte para que todo el mundo pudiera darse un pequeño baño espiritual mirando pinturas de distinta índole.

– ¿Cómo ha vivido la pandemia?

– En la pandemia pinté más de cincuenta cuadros, desde luego que era para pasar el tiempo y botar el estrés, dejé de pintar hace nueve meses y hace pocos días atrás comencé de nuevo a pintar, la técnica se va perdiendo si uno no continúa con la actividad, le pasa a cualquier persona. Puede que en el año, pueda mostrar mi trabajo en el Teatro Municipal.

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