Señor Director:
A propósito del posible cuarto retiro de los fondos de pensiones, es importante recalcarle a la ciudadanía las nocivas consecuencias de este tipo de políticas públicas, con la esperanza de que en un futuro no se repitan. En primer lugar, la incertidumbre que enfrenta el país —agudizada por el proceso constituyente y el populismo desenfrenado— ha presionado al alza las tasas de interés de largo plazo. Así, dicha alza llega a ser extremadamente regresiva, ya que para los hogares de clase media será más costoso, o incluso inalcanzable, pedir un crédito hipotecario para adquirir una vivienda. En segundo lugar, la subida de tasas ha provocado que el valor de los instrumentos que cotizan en el fondo D y E caigan. Esto, sumando a la pronta liquidación de los instrumentos que deben afrontar las AFP para disponer de esos fondos, provocando que se vendan a un menor precio, perjudican finalmente el valor de los fondos en el presente.
En tercer lugar, los retiros de fondos previsionales presionaron al alza la inflación (debido al exceso de liquidez). La inflación es otro mecanismo regresivo que afecta a los más vulnerables, pues ellos consumen una mayor porción de su ingreso y tienen menos posibilidades de invertir en instrumentos financieros para protegerse de la inflación. A todo lo anterior hay que agregar las consecuencias ciertas sobre las pensiones futuras y los recursos que deberán pagar los mismos ciudadanos para afrontar esta situación. En suma, proyectos de ley como este, que supuestamente van en ayuda de los más desposeídos, lo que terminan provocando es justamente todo lo contrario: terminan erosionando todas las condiciones que hacen posible que puedan surgir.
Nicolás Durán
Asistente de Investigación de la Fundación para el Progreso