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Poco productivos

Diario Concepción

Desde 1960 el PIB nacional creció casi un 500% y la productividad sólo un 10%, lo que nos demuestra que no estamos acompañando el crecimiento del país al mismo ritmo. El tema obviamente no es menor y no sólo por sus alcances macroeconómicos, pues para tener empleos de calidad -bien lo sabe esta región- también es importante crecer productivamente, de lo contrario sólo lograremos con el pasar del tiempo trabajos de menor calidad.

En efecto, los índices de productividad en Chile son 40% inferiores a los de economías desarrolladas, mostrando su mayor caída en los últimos 15 años. En el último Estudio Económico de Chile, realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el organismo plantea que en los próximos años habrá que abordar importantes desafíos estructurales que obstaculizan el crecimiento. “El rápido envejecimiento de la población reducirá la fuerza laboral de Chile y, con ello, el potencial de crecimiento de la economía, a pesar de un impulso positivo de la inmigración”.

En ese sentido, sostiene que la productividad se ha estancado o incluso ha disminuido, y los esfuerzos de reforma estructural no han alcanzado lo que se necesita para incrementarla. “Sin reformas que impulsen la productividad, el margen para un mayor progreso económico y social será muy limitado”, puntualiza el documento.

En este punto, enfatiza que “los largos y complejos procedimientos de concesión de permisos y regulaciones obstaculizan el emprendimiento y la competencia”. Por ello, añade que “un examen exhaustivo de las reglamentaciones vigentes y un uso más amplio a los sistemas de “licencias nulas” facilitarían la entrada de empresas y fortalecerían la competencia”.

Igualmente, en su informe sobre Chile la OCDE plantea que el país no debiera tener complejos en impulsar políticas públicas de incentivo a la industria y le asigna especial relevancia al desarrollo territorial, reiterando su preocupación por la gran disparidad geográfica en ingresos, productividad y formación del capital humano.

Este último factor es de especial importancia para Ñuble, que tiene un serio problema de capacitación, lo que repercute en la escasez de emprendimientos y reduce las posibilidades de generar valor agregado a la producción.

Ello significa, en la práctica, que de no ocurrir un cambio, la zona seguirá produciendo y comercializando commodities (madera, celulosa y frutas, principalmente), y los salarios de sus trabajadores seguirán siendo bajos en comparación con el promedio nacional.

Este círculo vicioso, en que los salarios bajos son un desincentivo para la atracción de profesionales, y la falta de profesionales dificulta la agregación de valor a la producción y la generación de emprendimientos, que a su vez, son determinantes en la estructura salarial local, hace necesaria una intervención estatal, que tenga por objetivo, por un lado, crear las condiciones para aumentar la inversión privada y por otro, focalizar los incentivos en las micro, pequeñas y medianas empresas que agreguen valor.

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