Un llamado a incorporar criterios de responsabilidad social y de cercanía geográfica en las licitaciones de compras públicas hizo el gerente de la empresa Bluemix, Fernando Escrig, quien analizó en Radio La Discusión el rol de las empresas de la región en las compras del Estado y lamentó la baja participación de las pymes locales.
Según el informe Mercado Público que elabora mensualmente el centro de estudios CER Regional, en mayo pasado los organismos públicos de Ñuble emitieron 4.823 órdenes de compra por $9.714 millones, en los cuales los proveedores de la región participaron con un 34,2% del total, superados por los de Santiago, con un 42,9%.
Escrig destacó que en Bluemix han implementado distintas medidas en materia de sustentabilidad social, como la inclusión laboral de personas con discapacidad y la equidad salarial, “que son elementos en los que acá en la región aún estamos al debe”.
Si bien Bluemix es uno de los proveedores permanentes del Estado, su gerente apuntó a la competencia que representan grandes empresas nacionales e internacionales. “Son capitales externos, cuyas utilidades se van fuera de la región, y que tienen un volumen de compra cien veces superior a la que tenemos nosotros. Nos encantaría que tuviéramos en la región tres o cinco Bluemix, que fuéramos compitiendo con empresas locales, porque ahí todos vamos a tener que concentrarnos en brindar un mejor servicio”.
Escrig explicó que las grandes empresas pueden ofrecer un precio menor, pero adolecen de políticas de responsabilidad social.
Rol del Estado
Por su parte, Renato Segura, director del CER Regional, planteó que el Estado debe cumplir un rol reactivador de las empresas locales y que una forma de hacerlo es a través de las compras públicas. Sostuvo que en un escernario de crisis como el actual se requieren medidas excepcionales, como una forma de evitar que muchas de estas pymes quiebren.
Reconoció que si bien hay una preocupación de autoridades locales por beneficiar a las empresas de la región, en la práctica la administración pública no hace la diferencia entre un proveedor de Arica, Santiago o Ñuble, ya que se privilegia el factor de eficiencia en el gasto, vale decir, la oferta más económica, lo que además de generar algunas dificultades como el servicio de postventa, no reconoce los elementos de responsabilidad social ni tampoco el impacto económico en el territorio. En ese sentido, Segura aseveró que hay mucho por avanzar.
En ese punto, Escrig destacó que la Municipalidad de Chillán Viejo está bonificando el puntaje de aquellas empresas con políticas de discapacidad. En tanto, Segura apuntó que en los municipios hay una mayor preocupación por privilegiar a los proveedores locales, lo que no ocurre en aquellos servicios con administración centralizada en Santiago.
Asimismo, el investigador manifestó que se requieren programas de desarrollo de proveedores, que entreguen capacitación y herramientas a las Pymes para convertirse en proveedoras del Estado, una tarea que no se ve sencilla, pues según recordó Escrig, a Bluemix le costó dos años y una cuantiosa inversión adaptarse y suscribir el primer contrato.
