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Participación en Ñuble solo llegó a 42,4% y 16 comunas no superaron el 40%

Mauricio Ulloa

De los 423.384 electores de la región de Ñuble habilitados para sufragar en el plebiscito de ayer, un 42,4% concurrió a las urnas, la cuarta cifra más baja del país -que promedió un 50,2%-, después de Aisén (39,4%), La Araucanía (39,7%) y Magallanes (41,3%).

El dato contrasta con el resultado nacional, donde se observó una mayor participación en comparación con la presidencial de 2017, cuando llegó a 46,6%. Y es que en Ñuble no ocurrió lo mismo, pues mientras en las elecciones de 2017 la participación llegó a 47,6%, ayer ni siquiera se acercó a esa cifra.

A nivel comunal, solo dos comunas exhibieron tasas superiores al 50% (Coelemu y Chillán Viejo), y 16 comunas no superaron el 40%.

Los niveles de participación más bajos se observaron en las comunas “rurales”, destacando El Carmen (30,6%), Ñiquén (31,3%), Ninhue (31,8%) y Coihueco (33,1%), que además tienen en común una alta población de adultos mayores.

En tanto, las comunas más grandes o urbanas exhibieron las tasas más altas de la región, lideradas por Coelemu (55,4%), Chillán Viejo (52,1%), Chillán (49,4%).

El temor al contagio por Covid-19 y las dificultades de desplazamiento en las comunas -pese a las facilidades dispuestas por la autoridad- serían factores relevantes para explicar las bajas tasas, pero no los únicos, pues también se debe considerar que el estallido social fue un fenómeno de carácter más urbano, rechazado por sectores más conservadores, los que tradicionalmente han tenido una importante adhesión en la región.

Altas expectativas

No obstante los números locales, la politóloga de la Universidad de Concepción, Jeanne Simon, destacó la alta participación a nivel nacional, y reconoció que la sorprendió. “En algún momento temí que la participación fuera baja, vi que hubo llamados a no votar”, sostuvo la experta, quien destacó que “es súper positiva la alta participación; si uno piensa en el Plebiscito de 1988 tiene un impacto muy importante, los que votaron en esa ocasión valoran el acto de votar, y eso se mantiene, en que el acto cívico de votar es muy importante, a diferencia de lo que ocurría con los jóvenes. Y eso es bueno, porque va a favorecer la participación en los próximos procesos”.

Respecto al 50% que se observó a nivel nacional, explicó que “lo que pasó hoy tiene que ver con el estallido social, porque si pensamos en el proceso constituyente del gobierno de Michelle Bachelet y los cabildos, no había mucho apoyo. Yo creo que justamente el tema del estallido social genera la sensación de que este proceso constituyente ‘es nuestro, lo que está pasando ahora es nuestro’, es del pueblo.

“Yo siento que los jóvenes acudieron en mayor cantidad a votar que en otras ocasiones porque sienten que este proceso es de ellos de cierta manera, o que fue producido por el estallido social, y van a seguir presionando para asegurar que se vaya transformando, que se vayan reconociendo derechos, con temas como el agua, el medio ambiente, que se cambie el modelo neoliberal, entre otros”, reflexionó Simon.

Consultada por el factor Covid, señaló que “uno se va cuidando, pero no se va a restar de un proceso tan importante”.

Desafíos

Asimismo, la académica manifestó que “el desafío justamente es el proceso que sigue, porque en la elección de los convencionales, volvemos, de cierta manera, a elegir a personas, sigue con las listas de partidos, y si no hay una fórmula para independientes, si no hay escaños reservados, si en cierta manera no hay más gente independiente, que esté fuera de los partidos, entre los candidatos o entre los electos, eso va a generar una decepción”.

Por ello, planteó que “los partidos políticos, en general, tienen la responsabilidad de ir abriendo los procesos, para que sigan enganchando las personas con este proceso. Hay mucha alegría entre la gente que votó Apruebo, pero después se van a enfrentar con que no se pueden inscribir candidatos independientes; por ejemplo, muchos dirigentes sociales que forman parte de los Cosoc locales que quieren ser parte de la Convención Constituyente. No son muchos cupos por región, por lo que será un desafío ir abriendo esos cupos para asegurar que las personas puedan sentirse identificadas con lo que está pasando”.

Según la analista, “una buena opción es ir generando convenciones territoriales que van a seguir los debates, aunque sean no vinculantes, pero a lo menos sirven para presionar a los que están en la convención, para que escuchen a la gente, porque se han generado muchas expectativas, y si no cumples el resultado puede ser muy confrontacional”.

Planteó que “en la elección de los convencionales va a haber alta participación, pero se puede generar decepción cuando se ven las mismas caras de siempre. Igual, el hecho que tenemos la fórmula de paridad de género va a generar que, a lo menos vamos a tener el 50%, y como no tenemos muchas mujeres que han sido elegidas, eso va a ayudar. Hay que asegurar que gente joven y de distintos sectores también pueda participar. También hay que pensar que los dirigentes sindicales no pueden ser candidatos, lo que deberíamos repensar a lo menos para el tema constitucional”.

La politóloga expuso que “vamos a ver cómo van negociando los partidos. No sé si confío. Espero, tengo muchas expectativas, creo que hay que ir presionando a los parlamentarios y a los partidos para que se vaya ampliando a mayor participación de una diversidad de actores”.

Finalmente, Jeanne Simon estimó que las manifestaciones continuarán con la misma intensidad: “Mientras perciban que tienen incidencia, la intensidad de las movilizaciones no debiera bajar. Yo diría también que, por un lado, el Covid-19 ayuda a la intensidad, porque necesitamos ir a encontrarnos con otras personas”.

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