La idea de configurar una red de parques para la Región de Ñuble es una de las iniciativas que más apoyo ha recibido de parte de la ciudadanía, que la calificó muy positivamente en las redes sociales y en la encuesta on line que realiza este medio. Merecen esa calificación esta y cualquier otra propuesta razonable destinada a sumar espacios verdes de uso público a un territorio que, pese a su privilegiada naturaleza, no dispone de ellos en la medida requerida por parámetros internacionales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el mínimo de áreas verdes debiese ser 9,2 metros cuadrados por persona y para que éstos sean efectivos y puedan tener uso real, deben encontrarse a una distancia no superior a 15 minutos caminando desde los domicilios.
En el caso de Chillán, la zona oriente es la más deficitaria, con 0,91 metros cuadrados por habitante. Le sigue la norte con solo 2,86 y la sur con 3,13. Luego la zona centro con 3,25 y la más cercana a la cifra recomendada por la OMS es la zona poniente con 5,45.
Al observar la situación en el resto de la Región, el panorama es similar o incluso peor. De acuerdo a los datos del Sistema Nacional de Información Municipal (Sinim), las comunas que presentan menor cantidad de áreas verdes por habitante son Coihueco (0,8), Yungay (0,98), Chillán Viejo (1,4) y Coelemu (1,49). Todas ellas bajo el promedio nacional de 4,2 m2 por habitante y muy lejanas a los 9 metros cuadrados por habitante que recomienda la OMS. En tanto, la única comuna que supera la recomendación internacional es Ninhue (12,7).
La idea de superar esta mora que tiene la región ha generado bastante interés y diversas opiniones entre la ciudadanía local. Sin embargo, es necesario tener presente que para configurar una red de parques para la región aún falta mucho, pues Ultraestación es el único terminado, otros están en etapa de proyectos como Sarita Gajardo y Quirel en San Carlos, mientras que el parque intercomunal que incluye el Plan Regulador Intercomunal (Prich) es solo una idea, lo mismo que la iniciativa del municipio de Chillán en el sector del aeródromo. En consecuencia, fácilmente podrían transcurrir entre 7 a 10 años para consolidar la red que se pretende.
Puede parecer un exceso, pero las cuestiones urbanísticas y ambientales requieren una planificación responsable a mediano y largo plazo y desde el punto de vista político pueden trascender los límites temporales de los períodos ordinarios de cada gestión alcaldicia.
La pandemia puso en pausa esta interesante propuesta que debería retomarse este año, acompañada de un debate participativo y transparente, y siempre entendiendo que los parques tienen una misión educadora que cumplir: un espacio donde los ciudadanos puedan inspirarse en la naturaleza para aprender a valorar sus bienes, sus servicios y la necesidad de adoptar mejores conductas individuales y colectivas para resolver algunos de los problemas ambientales que agobian a las comunas de Ñuble, como la contaminación del aire, la basura, el abandono de mascotas y el uso responsable del agua y la energía.
