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Ñuble casi ha triplicado su inversión regional desde que se convirtió en región

El 6 de septiembre pasado, Ñuble cumplió cuatro años como región, luego de separarse de Biobío.

Un camino que sin duda no ha sido fácil, y que más de alguien ha tildado de “equivocado”, dados los altos índices de pobreza y escaso desarrollo del territorio más joven del país.

Sin embargo, ha habido avances concretos en el ámbito de la inversión pública, cuestión que ya auguraba el exintendente de los Ríos, Egon Montecinos, en 2018.

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“El año 2006, cuando la región de Los Ríos era una provincia de la Región de Los Lagos, compartía una inversión FNDR similar con la provincia de Osorno (aproximadamente $7 mil millones). Comparado con el año 2016, la misma ex provincia de Valdivia, hoy Región de Los Ríos, tuvo una inversión FNDR de casi $52 mil millones, a diferencia de los $16 mil millones que alcanzó la actual provincia de Osorno. Es decir, es un hecho objetivo que habrá un aumento sostenido de la inversión pública en Ñuble, pero es un camino de largo aliento y que requiere ser guiado por políticas y objetivos estratégicos que orienten el desarrollo territorial”, advirtió.

Y no se equivocó. De $24 mil millones que Ñuble recibía de Biobío cuando era provincia, en 2017, pasó a anotar $64.810 millones de presupuesto para el Fondo Nacional de Desarrollo Regional 2023, cifra incluida en el Presupuesto de la Nación que se discute actualmente en el congreso. Casi triplicó su fuente de recursos desde que era provincia, y a la hora de entregar “confianzas”, actualmente es la cuarta región del país con mejor ejecución presupuestaria (40,4% ), y en el presupuesto 2023, fue la que más aumentó su monto respecto de 2022 (10,6% ).

Política diferenciadora

Para el actual gobernador regional de Ñuble, Óscar Crisóstomo, desde el punto de vista de la inversión fue un acierto convertirnos en región.

“Fue un paso trascendental que permitió visibilizar nuestro extenso territorio, con todas sus fortalezas, pero también mirando las necesidades que surgen de las condiciones tan diversas que presentamos: alta ruralidad, baja conectividad digital y un insuficiente desarrollo en nuestras rutas y caminos; entre algunas de las grandes necesidades por resolver”, aseveró.

Según Crisóstomo, “siendo una provincia más del Biobío era muy difícil alcanzar el nivel de desarrollo y empuje que nuestras comunas y sus habitantes requieren. El status de región y la representación popular a través de los gobiernos regionales y su autoridad electa por la ciudadanía, nos da el respaldo para exigir y demandar del gobierno central un presupuesto que responda a nuestra Estrategia de Desarrollo, y más aún, que sea reflejo de las necesidades de nuestra comunidad”, manifestó.

Si bien contar con más recursos es algo positivo, el gobernador regional enfatizó en que se debe aprovechar esta instancia.

“Soy optimista frente al proceso que vive la región y al desarrollo que debe generarse, pues Ñuble tiene las mayores oportunidades para su desarrollo y por eso, debemos generar las oportunidades aprovechando los recursos naturales y el potencial que tenemos. Para ello hemos establecido alianzas con el ámbito público a través de los municipios y también con el mundo privado; para contribuir a la generación de más y mejores empleos; y donde la ciencia y la tecnología tienen un rol fundamental, para lo que estamos trabajando en cerrar brechas con una mirada descentralizadora”, sostuvo.

Crisóstomo fue crítico también respecto del apoyo desde el nivel central. “Hay ministerios sectoriales que no han estado a la altura de las necesidades que tiene la región, como por ejemplo, los Ministerios de Salud, de Educación y Obras Públicas; donde pedimos mejor ejecución y también acción inmediata para responder a las necesidades de la comunidad. Hay proyectos y obras muy importantes, como la ruta hacia Yungay, el puente sobre el río Itata, el centro oncológico regional o el mejoramiento de la infraestructura para fortalecer la educación; todas prioridades, en las que estamos colaborando, pero necesitamos mayor acción y respuesta del gobierno central”, afirmó.

En el mismo sentido, agregó, “creo que en el proceso de instalación de la nueva región faltó una política diferenciadora de apoyo inmediato y directo que incentivara su desarrollo. Si queremos medir con la misma vara la ejecución presupuestaria, e incluso, el propio presupuesto que tenemos y su incremento, se requiere comprender que una región nueva necesita más apoyo, más incentivos y más capacidad para impulsar sus anhelos y dar respuesta a las demandas de sus habitantes”, planteó.

Crisóstomo recalcó que “durante el primer año de nuestra gestión, hemos trabajado muchísimo, y de forma muy dedicada, en revertir ese escenario, demandando del gobierno central más atención, más recursos y sobre todo, haciendo notar la diferencia que existe para una región de cuatro años; mirar el futuro y comprometer un desarrollo acorde a su realidad. Por eso estas primeras señales de un presupuesto que se incrementa en un 10% para el 2023, la recibimos con satisfacción e inmediatamente nos planteamos nuevos desafíos para continuar exigiendo con fuerza aquello que una región joven necesita para crecer”, sentenció.

Más capacidad técnica

Quien conoce a cabalidad el derrotero presupuestario de Ñuble es el actual presidente de la comisión de Presupuesto y Proyectos de Inversión del Consejo Regional, Javier Ávila.

“Debemos valorar ser región. Cuando éramos provincia, llegábamos con proyectos generalmente de Chillán al CORE Biobío, y nos complicaba mucho lograr que para comunas pequeñas, solo consiguiéramos un FRIL de $30, $40 ó $50 millones al año. Lograr que las autoridades técnicas vinieran a ver la realidad a Ñuble era complejo, y por ello es que obteníamos entre el 20%-25% del presupuesto de Biobío”, afirmó.

Recordó que uno de los factores más preponderantes a la hora de justificar la creación de la región de Ñuble fue el rezago que tenía la provincia en distintos ámbitos, sobre todo en la ruralidad.

“Todos sabemos que para poder terminar con estas brechas es necesario contar con más recursos, y creo que hemos avanzado en ese aspecto. Al revisar las cifras, se justifica plenamente haber creado la región, pues en 2017, lo que lográbamos rescatar como provincia era alrededor de $24 mil millones, y hoy estamos ejecutando un presupuesto por más de doble, casi $57 mil millones, y para el 2023 esperamos llegar a los $65 mil millones, entonces, si tenemos más recursos, podremos colocarlos en las mayores necesidades”, aseveró.

Ávila aclaró eso sí que no basta con tener más recursos. “Debemos tener la capacidad técnica para que esos recursos sean aplicados con criterios que nos permitan visualizar avances en las distintas comunas, y eso no ha sido fácil. Los municipios presentan distintas capacidades profesionales para la formulación de proyectos, es más, los municipios grandes logran aprobar sus recursos para un proyecto de envergadura mucho más rápido (meses), que un municipio pequeño (años)”, sostuvo.

Ávila también destacó otro de los aspectos positivos de habernos convertido en región.

“Las personas han notado mucho más la cercanía de sus autoridades. Antes, para gestionar un proyecto de agua potable, había que ir a Concepción a levantar esta sensibilidad entre los encargados del ámbito, lo mismo que para los caminos. Ahora, vemos que hemos incrementado mucho el número de este tipo de proyectos”, aseveró.

Javier Ávila insiste en que además de recursos económicos, se necesitan más recursos profesionales en la región.

“Tenemos reparticiones que trabajan muy precariamente, y que partieron muy mermadas como región, como Vialidad, DOH y otras”, dijo.

Entre los desafíos, dijo, “está la necesidad de construir una matriz que le dé sustento al desarrollo de la región; tenemos pendiente una mirada más técnica del desarrollo agrícola, una decisión respecto de obras emblemáticas, como el embalse Punilla; y debemos tener una mirada coordinada entre autoridades, una suerte de acuerdo que debe primar por sobre las diferencias políticas”, aseveró.

Coordinación regional-sectorial

Quien también conoció la realidad de Ñuble-provincia, es el exgobernador provincial y actual concejal de Chillán, Patricio Huepe.

“En los tiempos de los intendentes del Biobío Martín Zilic y Jaime Tohá, nos ayudaban bastante a la hora de conseguir recursos, los denominados territorios de planificación y gestión, que eran asociaciones de municipios, que hoy también existen, donde se coordinaba la inversión FNDR y sectorial. Sin embargo, era obstaculizador que la mayoría de los cores, por un tema de cantidad de población, fuera de Concepción, pero a veces hubo acuerdos entre Biobío (provincia), Arauco y Ñuble y éramos más. Como nuestro per cápita siempre era menor, no nos iba bien, pero cuando un proyecto era bueno y existía el lobby adecuado, no nos fue tan mal”, recordó.

Huepe destacó que “además del aumento de la inversión regional, la inversión sectorial, que coordina actualmente el delegado Presidencial, es más de diez veces superior (alrededor de $800 mil millones), por lo tanto, debe haber una buena coordinación entre el gobernador elegido y el delegado designado. En eso, creo que Óscar Crisóstomo se maneja, aunque pudieran aumentar los convenios de programación para llevar a cabo programas de inversión más allá de este gobierno”, apuntó.

Huepe también destacó que “el ser región ha acercado a las autoridades a la gente, las ha hecho más accesibles tanto para la ciudadanía, como para los alcaldes. Se han podido levantar iniciativas no solo por comunas, sino entre comunas con necesidades comunes (Chillán-Chillán Viejo, por ejemplo). Creo que hay que buscar recursos de la Subdere para apoyar desde el GORE la postulación de proyectos de comunas más pequeñas, algo que entiendo, se está implementando”, aseveró.

Trato especial

Para Lorena Vera, actual consejera regional por Diguillín, exgobernadora provincial de Ñuble y primera delegada Presidencial de la región, “no hay duda que el territorio se ha beneficiado por el hecho de ser región. Esto ha marcado una forma distinta en el trato desde el nivel nacional, antes ni siquiera nos contemplaban, éramos parte de la Región del Biobío, y hoy somos región, por lo tanto tenemos un presupuesto y un trato regional”, destacó.

Lorena Vera cree que “era muy distinto que Biobío priorizara dentro de las 54 comunas que tenía, a que Ñuble lo haga con sus 21 comunas. Sin embargo, aún estamos al debe, y para ello, debe haber un trato distinto, un presupuesto distinto. Se deben instalar capacidades distintas en la región, quizás algún programa especial, que es algo que hemos visto, que permita traer profesionales que se dediquen a la elaboración de proyectos, que apoyen a los municipios, al gobierno regional, y coordinen el vínculo con los diversos servicios. De esa manera, se inyectarían recursos que se podrían ejecutar con prontitud, y eso nos permitiría tener un desarrollo laboral, pues por ejemplo, los proyectos de infraestructura, permiten generar más puestos de trabajo. Lo mismo en innovación, contar con personal acá en la región”, manifestó.

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