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Ñuble aportó con más de 2 mil veteranos en la Guerra del Pacífico

Cerca de un 80% de la población chilena desciende de un veterano de la Guerra del Pacífico. Es una de las conclusiones a las que llegó el investigador Mauricio Pelayo luego de un trabajo de casi veinte años que da cuenta de 8 mil nombres de marinos que participaron del conflicto. También prepara un estudio similar para el Ejército. Los datos los obtuvo por medio de la revisión del Archivo del Ejército de la Guerra del Pacífico, el Archivo de la Biblioteca Nacional y sus visitas a los cementerios del país. Hace algunos años estuvo en Ñuble, donde visitó el Cementerio Municipal de Chillán y de San Carlos.

Pelayo afirma que “ya puedo decir que tengo completo el trabajo con todas las fichas de los 82 mil militares y los 8 mil marinos que pelearon en la Guerra del Pacífico”.

En el caso de la Armada, 2 mil están identificados con su ciudad de origen. 91 de ellos pertenecen a Ñuble: 52 de Chillán, 15 de San Carlos, 18 de Bulnes, cuatro de Quirihue y dos de Ninhue.

En tanto, en el Ejército contabilizó 2.436 soldados ñublensinos: 1.858 de Chillán, 480 de San Carlos y 15 de Coihueco. “Con mi información de San Carlos se hizo un memorial en el cementerio con 252 sancarlinos que encontré que habían ido a la Guerra del Pacífico. Eso fue hace cuatro años atrás, ya voy en 480”, detalla.

Sobre el rol que los ñublensinos cumplieron en la Guerra del Pacífico, el investigador enfatizó que “como en todo Chile ha sido pésimamente reconocido. Yo mandé hace unos años a las municipalidades un mail ofreciendo los nombres de sus naturales para hacer un memorial. San Carlos fue el único junto a una comuna del norte, que aceptó la oferta”.

Y agrega que “hay gente que ha hecho mucho por Chile, y los veteranos del 79 son los menos reconocidos, y son a los que más cosas les debemos. Ellos consiguieron el salitre y después el cobre, que se ganó en la Guerra del Pacífico, si no, no tendríamos Antofagasta, ni Calama, que es de donde vienen todas las riquezas hasta hoy. Nada se ha hecho por ellos, y por eso nace mi trabajo. Estas son puras ganas, ni siquiera tengo un ancestro veterano, mis descendientes llegaron en 1921 a Chile”.

La investigación de Pelayo fue recopilada esta semana en la plataforma web del Museo Marítimo Nacional, donde a través de un buscador se puede acceder a las fichas de los veteranos.

Combate Naval de Iquique

El comandante Arturo Prat y el sargento Juan de Dios Aldea no fueron los únicos ñublensinos que participaron del enfrentamiento de la corbeta Esmeralda contra el Huáscar. A ellos se suman cinco marinos más: Pantaleón Cortés Gallardo, grumete de 18 años originario de Quirihue; José Brígido Pérez Sandoval, grumete de 17 años proveniente de Ránquil; Ramón Fuentes Parra, soldado de artillería marina de 24 años nacido en San Carlos; y los hermanos José Luis y Ángel Custodio Barrera López, chillanejos de 18 y 20 años respectivamente.

El único sobreviviente del conflico fue José Luis Barrera López, quien terminó como prisionero de guerra y luego fue condecorado. Ninguno tenía hijos y solo Ramón Fuentes estaba casado. Todos ellos ha-bían ingresado el 14 de febrero de ese año como marinos de la corbeta Esmeralda.

Sobre el origen de los combatientes del 79, Pelayo recalca que “la mayoría de ellos eran agricultores y peones. Era una forma de obtener una vida bastante mejor siendo militares o marinos, y podían volver con honor, y siendo una persona más reconocida que lo que lograrían en el resto de su existencia estando solamente en las haciendas. Era una oportunidad”.

Pelayo precisa que “en Ñuble el más joven tenía 17, y el más antiguo era Prat con 31 años. Normalmente los marineros, los grumetes, los soldados son de clase baja en ese tiempo. El que era oficial, era la persona que sabía leer y escribir, y que tenía un estrato más alto, pero normalmente los que eran parte de la tripulación de buque eran gente común y corriente, la mayoría no sabía leer ni escribir, pero eso era normal en 1879”.

El historiador calcula que “si hablamos de la región completa de Ñuble, deberían haber participado unos tres mil hombres tanto de la Armada como del Ejército, lo que es bastante para un lugar en esa época, por lo que coincide el porcentaje de descendencia del 80 por ciento”.

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