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Nebulosa económica

Foto: Mauricio Ulloa| referencial

El nuevo escenario que presenta la pandemia de Covid-19 no solo ha alterado la “normalidad” de los habitantes de Ñuble, sino que también ha incrementado la incertidumbre y está impactando los ingresos de los hogares y la economía en general.

La encuesta “Pulso de la economía de la región de Ñuble”, elaborada por la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío Bío en conjunto con Corñuble, confirmó un mayor pesimismo económico como consecuencia de la crisis sanitaria. Entre sus principales resultados destacan que la mayoría (53%) de los encuestados reconoce una disminución de los ingresos en el hogar, así como un 46% tiene la expectativa de que los ingresos seguirán disminuyendo. Asimismo, se observa un aumento del pesimismo sobre la situación económica del país y de la región en los próximos 12 meses, en comparación con las últimas dos mediciones, aplicadas en mayo y diciembre de 2019.

Un 64,2% de la muestra sostiene que la situación económica de la región en un año más será peor que la actual, lo que muestra un alza notable respecto al 31,8% de la medición de diciembre influida por el impacto del estallido social, y muy lejano del 9,5% de mayo de 2019, cuando las expectativas por la creación de la región eran muy altas. En esa línea, la encuesta también mostró un aumento del número de encuestados que tiene un alto o moderado temor a perder el empleo (74,4%), mientras que en mayo de 2019 alcanzaban 38,5%, lo que revela claramente el efecto de la crisis social y la emergencia sanitaria. La encuesta también evidenció preocupaciones respecto de las dificultades que representa la pandemia, como la opinión mayoritaria (96%) de que los precios de los productos básicos han subido, que el 43,8% indica no sentirse preparado económicamente para enfrentar la crisis o la evaluación negativa que un 44,1% tiene de la labor del Gobierno para enfrentarla.

La emergencia sanitaria ha incrementado la incertidumbre y el pesimismo en materia económica que se instaló en Ñuble a partir del estallido social, que se refleja, por ejemplo, en las decisiones de inversión de largo plazo, pero también ha levantado la preocupación por demandas que siguen pendientes, como la calidad de la salud pública, el empleo, los salarios y la conectividad digital, que son determinantes en la forma como las familias pueden afrontar los desafíos que esta crisis representa.

Desde el punto de vista de las expectativas, ésta es sin duda una de las mayores crisis que han debido enfrentar los ñublensinos en las últimas décadas, y a la luz de las proyecciones, también lo será en materia de inversión, ingresos y empleo, pero también es una oportunidad de focalizar los esfuerzos en aquellas demandas que cobraron mayor notoriedad como consecuencia del estallido social y la pandemia, como la necesidad de fortalecer el sistema de salud pública, aumentar la tasa de formalidad laboral, incrementar la cobertura de la conectividad digital y mejorar la capacidad de respuesta de las instituciones públicas frente a emergencias.

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