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Municipio espera un final feliz en la historia de amor y odio entre Chillán y EFE

Mauricio Ulloa

Pocas veces, el futuro del desarrollo de la ciudad había sido tan dependiente de la respuesta con la que finalice una reunión.

Tras inmemorables fracasos, la Municipalidad de Chillán volverá a insistir ante la dirección nacional de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) para conseguir la autorización necesaria para poder derribar ese muro tan imaginario como real, que supone la línea férrea y que desconecta a una ciudad a la que partió en dos, desde su instalación en 1873.

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El centro de la propuesta que tendrá que ir a realizar el próximo martes, el administrador municipal de Chillán, Richard Guzmán, ante el actual director nacional de EFE, Eric Martin González, no es nueva.

Se le pedirá autorización para abrir el paso por calle Constitución hacia el sector Ultraestación y la posibilidad de intervenir el paso de Parque Lantaño, para dotarle de mayor seguridad, mejores luminarias, personal de control de tráfico y ampliar sus accesos vehiculares para aminorar los atochamientos.

La esperanza, hoy, radica en dos factores. El primero, “es que hay autoridades nuevas, tienen un director nombrado recientemente, quien podría tener una mirada distinta a la que tenía el director anterior”, apunta el alcalde de Chillán, Camilo Benavente.

Y en segundo término es que no les pedirán un solo peso a EFE para financiar el proyecto, ya que en Chillán se tiene la tesis que el principal escollo para lograr el visto bueno de esta empresa público-privada, era que en Santiago no estaban dispuestos a destinar de sus recursos para objetivos que – cruda realidad- en poco y nada les favorecían.

“Para ellos era muy fácil hablar desde una oficina, porque en Santiago cualquier intervención que se haga, a nivel, por arriba o por abajo es siempre carísimo, por lo tanto nunca será un proyecto a corto plazo”, reconoce el jefe comunal.

Luego insiste: “Lo que nosotros queremos decirle al nuevo director es que el proyecto que le estamos planteando lo vamos a hacer nosotros, con recursos propios o FNDR, además, contemplamos que todo el recurso humano sea municipal, que los guardias sean pagados por la empresa, poner nosotros la señalética y que la seguridad esté a cargo nuestro, si es necesario”.

Lejos se ve una pasarela vehicular o un paso bajo nivel –que se suelen proponer con el poco conocimiento y falta de responsabilidad que exigen las redes sociales- considerando que una obra tal tiene un costo estimado de 13 mil millones de pesos, lo que significa casi el 25% del presupuesto municipal anual, o “su equivalente a un polideportivo”, apunta el alcalde.

Pero el alcalde, quien se unirá a la entrevista con Eric Martin de manera telemática, sabe que es una misión trascendental. Un sí por parte de EFE sería la apertura a una proyección de la ciudad que significaría el desarrollo de un nuevo centro, la solución a una serie de problemas derivados de la congestión vehicular, a la integración de un vasto sector de Chillán que por años ha acusado relegación y un horizonte comercial e inmobiliario, que hasta la fecha, sólo unos pocos se han atrevido a imaginar.

Por el contrario, un “no” más a la lista significaría que “no podríamos dar ninguna solución a las familias de esos sectores, una vez que se amplíe la Ruta 5 Sur y se haga un tercer acceso a la ciudad. En definitiva, vamos a colapsar”, advirtió el jefe comunal.

Parques, museos, servicios

El presidente del Colegio de Arquitectos de Chillán, Celso Monsalve, fue consultado por LA DISCUSIÓN, respecto al fenómeno de disparidad de desarrollo que se observa en casi toda Sudamérica en torno a la línea del tren.

Abordándolo de forma holística, repasa el proceso de decadencia que comenzó a vivir Ferrocarriles hace décadas, lo que significó el abandono de sus estaciones, el deterioro de los espacios cercanos y el que a la postre significara que hacia uno de sus costados comenzara a observarse un proceso de subdesarrollo, y el olvido de sus barrios. Se empezó hablar de la gente “de allá”, cuando en realidad siguen siendo vecinos de la misma ciudad.

Sin embargo, el arquitecto, quien explica que entre sus pares ya se han multiplicado los conversatorios, plenarios y las propuestas que demuestran que de aumentar la conectividad con el sector Ultraestación, las posibilidades de desarrollo para la ciudad completa pueden ser determinantes para quienes aspiran a convertir a Chillán en una de las urbes más completas, modernas, atractivas y –por sobre todo- amigables de la zona centro sur de Chile.

“El que ya se haya anunciado que se van a realizar fuertes inversiones para mejorar los servicios del tren entre  Santiago y Chillán ya es una buena noticia para la ciudad, pero se debe entender que sacar la estación de su ubicación actual no es una buena idea, o al menos no soy partidario de eso, porque las personas que llegan por tren se bajan casi en el centro de la ciudad. Caminan un par de cuadras y están en la plaza y eso es un plus, sin perder de vista que queda abierta la posibilidad de establecer un metrotren”, dice a modo de introducción a un proyecto mayor.

Mirando, ahora, hacia el poniente, Monsalve advierte que “lamentablemente, en este proceso de mejoras que busca EFE contempla nuevos galpones y maestranzas que van a afear todo lo que ya se ha hecho, como el parque Ultraestación, o el museo. Esos galpones van a dividir aún más la ciudad y al final será sólo la gente de Ultraestación la que aproveche el parque, porque el resto tendría sólo que llegar en auto”.

Propone como opción que las maestranzas se realicen en predios de EFE cercanos a San Carlos, ante la imposibilidad técnica de EFE de llegar con los trenes hacia el sur de Chillán Viejo.

“Hay que terminar con ciertas tozudeces, EFE debe abrir más pasos como Bulnes o Constitución, así la ciudad entera ganaría un parque enorme que va desde Ecuador hasta el límite con la estación, parque que sí o sí generaría interés inmobiliario de alto estándar, equipamiento y servicios, jardines infantiles y si a eso le sumas el potencial que tiene el futuro museo regional, el Cesfam y Bomberos, hará que la plusvalía del sector se dispare, beneficiando a todos los vecinos”, plantea.

¿Un ejemplo? “El desarrollo que se observa hoy en el barrio Estación de Concepción. Remodelaron el lugar, eliminaron la pera, lo convirtieron en un metrotren y la ciudad creció y se desarrolló enormemente hacia el lado sur, que antes de eso estaba muy abandonado”.

La antesala del cementerio

Los vecinos de Ultraestación aún cuentan con esas peluquerías de barrio equipadas con muebles de los años 50. Peluquerías donde “le conocen la vida a todos” y no son muchas las historias que motiven.

Estuvo ahí emplazada la primera marisquería de Chillán, fue la cuna de Lalo Parra y es sede de algunas de las calles y barrios más antiguos de Ñuble. Sin embargo, todo ese romanticismo está encajonado en límites algo lúgubres. La línea del tren, por el oriente, la salida a la no muy amigable población Las Habas, por el sur, el congestionado Parque Lantaño por el norte, siendo además, la antesala del cementerio.

Un Cesfam nuevo, un proyecto para un nuevo cuartel de Bomberos y un jardín infantil Junji, inaugurado sólo la semana pasada (el primero en el sector), ayudan a que el corazón del sector siga latiendo.

“Pero los vecinos se sienten desplazados, apartados de la ciudad porque EFE siempre abandona los vecindarios por donde cruza la línea del tren. Se siente cada vez que los delincuentes arrancan por sus predios ya que, por ser privados, Carabineros no puede ingresar sin permiso; cuando ves que hay consumo y tráfico en la línea del tren. Recordemos que cuando cayeron los silos por el terremoto, la gente entraba a robar trigo por la línea del tren y EFE jamás ha hecho nada al respecto”, relata la concejala de Chillán, Quenne Aitken, residente del lugar.

Añade que los vecinos de la línea muchas veces han visto sus casas vandalizadas, a delincuentes arrancando por sus patios para llegar los terrenos ferroviarios.

El concejal Patricio Huepe, admite que los esfuerzos de aunar criterios con EFE siempre se han hecho por separado. “Pero creo que debe haber una definición colectiva del Concejo en la Comisión de transportes y desde ahí promover una instancia conjunta con el alcalde, la gobernación y la delegación presidencial para conversar con la gente de EFE. La línea en Chile no es como en Europa, siempre hace que sus vecindarios se deterioren y eso no puede seguir pasando”.

Su par, Brígida Hormazábal, agregó un dato clave. “Junto con Santa Elvira, Ultraestación son barrios patrimoniales, merecen más cuidado y mucha más protección del que están recibiendo, como ejemplo, lo que pasó con el fracaso de la construcción del Cesfam, que recién ahora se retomó, pero allá vive mucho adulto mayor y no hay un desarrollo enfocado en ellos”.

Finalmente, el bombero e ingeniero en prevención de riesgos, Pablo Pinto Ham, advierte que “hay no más de cinco pasos a ese sector, eso es gravísimo si se trata de llegar temprano a una emergencia. Lo de la línea del tren no necesariamente es negativo para una ciudad, si se plantea con inteligencia y solidaridad, he visto que cuando el Estado y la empresa se unen, los resultados pueden ser excelentes para todos”.

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Felipe Ahumada

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