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“Me ha sido difícil sobrellevar este encierro”

“Se me ha hecho difícil, porque soy hiperkinético y me cuesta sobrellevar este encierro, pero hay que hacerlo. Ya aparece la ansiedad, de la pieza al refrigerador y del refrigerador a la pieza, coordinando los trabajos a distancia con los jugadores y también preocupado de otros detalles”, confiesa al otro lado del teléfono, en entrevista con el programa “Dimensión Deportiva” y confinado en su casa de Chillán, el técnico de Ñublense, Jaime García.

El entrenador de los “diablos rojos” reconoce que vivir esta cuarentena en plena propagación del coronavirus se le está haciendo cada vez más complejo. Está más sensible, ansioso y con una carga de estrés que deben estar viviendo miles de ñublensinos.

Por eso aprovecha el diálogo para hacer su catarsis.

Está preocupado de sus jugadores y sus familias, de su hijo y madre que está en Cartagena, de su cuerpo técnico y de la gente cercana que trabaja en Paso Alejo, como la “tía que lava la indumentaria del plantel”. Se emociona hasta las lágrimas cuando habla de ellos en medio de esta pandemia que no perdona a nadie.

“Fíjate que el paramédico de mi cuerpo técnico, Ricardo (Troncoso)… (se queda en silencio y solloza), me emociono…que es un tipazo, una persona extraordinaria, está ahora en la primera línea de los equipos de salud combatiendo el coronavirus. Sacrificándose por la gente y todos nosotros. También me pongo en lugar de la tía que nos lava la indumentaria, gente de esfuerzo, un amigo haitiano que nos ayuda, el kinesiólogo Cristian Vergara, el coordinador de cadetes Francisco Mardones todos grandes personas, que cuesta encontrar en el fútbol”, se desahoga tomando aire.

“Lo que pasa es que en medio de todo esto, ustedes no saben, que el fútbol es una mierda, con gente muy envidiosa y mal intencionada, yo me siento feliz trabajando en mi cuerpo técnico con gente humana de verdad, grandes personas, y eso no se ve, el fútbol es muy sucio”, confiesa García emocionado.

A distancia

El distanciamiento de su hijo y madre también lo han afectado, como a miles de chilenos que en medio del aislamiento social obligado para evitar el contagio del coronavirus, deben separarse de sus seres queridos.

“Mi hijo tiene asma y está siendo muy bien cuidado. Cuando termine esta cuarentena en Chillán, también estoy evaluando irme a Cartagena a acompañar a mi madre, porque es mayor de edad, y antes no quise por miedo a contagiarla. Uno entiende a la gente que está con sicosis porque aumentan los casos en Ñuble y la gente que más sufre es la que menos tiene y tiene que ir a trabajar obligada o de lo contrario pierde su trabajo. Eso me afecta, me duele, yo le diría a los empresarios que porqué no van ellos a trabajar en medio de la cuarentena y la propagación del coronavirus”, denuncia García.

El histriónico entrenador del Rojo trata de sobrellevar el aislamiento con la compañía de un sobrino peruano que se radicó en Chillán hace poco para integrarse a cadetes y estudiar en el Colegio Darío Salas. Él le ayuda con las labores domésticas, pero García confiesa que en la cocina el menú es limitado.

“Me lo paso haciendo tallarines o arroz, arroz o tallarines, jajaja. El otro día perdí dos kilos de harina porque quise hacer empanadas y le eché a la masa aceite de oliva, jaja, pero ahí estamos tratando de desenvolvernos en este encierro”, acota el nativo de Cartagena.

El ex zaguero central de San Antonio y Arica cuenta que todos los días monitorea con su cuerpo técnico el trabajo físico de sus jugadores que envían los videos, pero que igualmente cuesta, porque no todos tienen el mismo espacio para trabajar y además cargan con sus preocupaciones propias de esta emergencia sanitaria.

“Hay que tener mucho tino ahí, no puedo estar encima a distancia con el látigo que hagan los ejercicios físicos, pues hay jugadores que viven en 50 ó 70 metros, otros en 200 o hasta 1.000 metros cuadrados y la realidad es distinta. Se tienen que adecuar, pero también hay ansiedad y estrés, y por eso el trabajo debe coordinarse con tino, porque hay una contención emocional que también hay que trabajar”, detalla, antes de enviarle un mensaje a los hinchas y a quienes están en la primera línea de combate contra el coronavirus.

“Le pido a la gente que se cuide, que se quede en la casa y que cuando vuelva el fútbol nos podamos reencontrar todos. Un abrazo igual a personal de salud, bomberos, carabineros que está en la primera línea de esta emergencia trabajando por todos nosotros. Estamos viviendo un momento difícil, pero como en el fútbol, en equipo vamos a ganar este partido”, sentenció emocionado.

Foto: Mauricio Ulloa.

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