A pesar del trabajado triunfo frente a Deportes Copiapó, el DT de Ñublense Mario Salas, sumó un nuevo dolor de cabeza.
La expulsión del goleador del equipo, Patricio Rubio, obligará al “Comandante” a buscarle un reemplazante.
Su sustituto natural sería Emanuel Herrera, pero aún no tiene la movilidad, dinámica y velocidad que pretende el estratega de los diablos rojos.
Si no opta por él, otra carta es alinear al argentino Ismael Sosa, quien en la época que fue goleador de la Universidad Católica, lucía como centrodelantero.
Finalmente, otra opción sería que adelantara al argentino Gabriel Graciani, quien anotó frente a Copiapó, improvisado como nueve y medio, un puesto en el que, confesó, ha entrenado y jugado antes.
Por otro lado, el presidente de Ñublense, Sergio Gioino, fue denunciado en el informe del árbitro Héctor Jona, por desaprobar su cometido y el de los jueces asistentes, rumbo a camarines cuando había terminado el primer tiempo entre Ñublense y Copiapó.