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Los desafíos que imponen las transformaciones en el mercado laboral regional

Cristian Cáceres

Cinco actores locales analizaron las brechas que se deben acortar en el mundo del trabajo. El desempleo y la
participación laboral de sectores rezagados, como las mujeres; la informalidad; los bajos salarios asociados a oficios elementales; la digitalización; la empleabilidad y la gestión del capital humano asoman como los más relevantes.

Diversificación productiva y mejoramiento de salarios

Más y mejores empleos parece una consigna electoral, pero resume el planteamiento del decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío-Bío, Benito Umaña Hermosilla, quien sostuvo que “un desafío importante, aunque no es el único, tiene que ver con fortalecer la demanda de empleo, entendiendo como demanda los requerimientos que hacen las empresas, los empleadores, y por lo tanto, eso implica que esta demanda se fortalezca a través de inversiones, a través de la creación de nuevas oportunidades de empleo, y por tanto, si aumenta la demanda, también van a mejorar los salarios, que es un tema muy relevante, particularmente en la región de Ñuble, que exhibe uno de los salarios promedio más bajos de Chile, lo que está asociado a las características económicas de la región y sus altos niveles de pobreza”.

Según estadísticas del Observatorio Laboral Sence de Ñuble, con datos de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI 2020), del INE, el 45,4% (de un total de 172.229) de las personas ocupadas de Ñuble tienen un ingreso mínimo neto (sueldo mínimo bruto menos los descuentos legales) entre 1 y 2 sueldo mínimo en la región; mientras que un 24,7% de los ocupados percibe un ingreso mínimo neto inferior a 1 sueldo mínimo.

Al hacer el análisis por sector económico de las personas ocupadas con salarios entre 1 y 2 sueldos mínimos, un 22,7% se desempeña en los sectores de Servicios sociales y personales, un 20,1% en el Silvoagropecuario; y otro 20,1% en el Comercio.

En esa línea, Umaña manifestó que “es un importante desafío y eso tiene que ver con la inversión y tiene que ver con un viejo tema que hemos tocado muchas veces, que es nuestra matriz productiva; hay que agregar valor, hay que fortalecer otros sectores, fortalecer los actuales pero también impulsar nuevos sectores de la economía que puedan generar mayor empleo y por tanto, impactos positivos a nivel de las remuneraciones”.

La región de Ñuble, sin embargo, exhibe un evidente rezago respecto al resto del país en materia de inversiones, pese a su enorme potencial productivo, particularmente en el sector Silvoagropecuario. En ese contexto, el Gobierno Regional ha iniciado un trabajo de atracción de inversiones que permitan agregar valor a la producción, así como también diversificar la matriz, de manera de incorporar sectores que hoy tienen una escasa presencia, como la generación de energía, la elaboración de alimentos procesados, las tecnologías de información y comunicación y el turismo, entre otros.

Transformación digital de las empresas y los trabajadores

El principal desafío del mercado laboral regional es, según el director del centro de estudios Cerregional y director de Desarrollo Productivo de la Municipalidad de Chillán, Renato Segura Domínguez, es “estar preparados para apoyar la transformación digital del sistema económico y social que se ha acelerado fruto de la pandemia”.

El profesional apuntó a la digitalización de la cadena de suministro de bienes y servicios; y citó como ejemplo “la transformación digital del Estado de Chile establecida en la Ley N° 21.180, que regula la forma en que los procedimientos administrativos deberán expresarse a través de medios electrónicos”.

Segura advirtió que “se van a requerir trabajadores con capacidades, desde asuntos tan domésticos como el comercio electrónico o las reuniones por videollamadas, hasta temas fundamentales como el teletrabajo, las clases a distancia y la digitalización de las empresas; nadie quedará ajeno a estos cambios”.

En ese contexto, el profesional planteó la necesidad de contar con el capital humano para abordar estos desafíos.

“Fundación Chile estima que en el país hay un 25% de déficit de profesionales al año, mientras que el número de empresas de servicios informáticos ha crecido en un 110% y el capital humano en un 61%”, complementó el investigador.

En esa misma línea, hizo hincapié además, en las brechas de conectividad digital que se observan en la región, con una cobertura adecuada solo en la capital regional, y severos problemas en las demás comunas, particularmente en las zonas rurales.

Pero también abordó las brechas digitales de origen socioeconómico y también de carácter generacional, que resulta urgente cerrar, ante el riesgo de profundizar las inequidades en materia de ingresos.

“Hoy día necesitamos conectividad de redes de última generación (5G), con acceso universal. Las nuevas generaciones nacen en un ambiente tecnológico. El gran desafío es la inclusión de una fuerza laboral que es más longeva. En este ámbito, corremos el riesgo de marginar a un sector importante de la fuerza activa, que profundizará la brecha de ingresos”.

Según el estudio de la Fundación País Digital “Brecha en el uso de internet: desigualdad digital en el 2020, un 80% de la población chilena mayor de 5 años es usuario de internet, y a nivel regional, Ñuble figura en último lugar, con un 64,8%.

En la región de Ñuble, apenas el 26,9% de los hogares cuenta con una conexión fija a internet, mientras que el promedio nacional llega a 47,6%, según estadísticas de la Subtel.

Aumentar la participación femenina y reducir la informalidad

Si bien parecen temas del pasado, para la región de Ñuble es clave avanzar en cuanto a participación laboral femenina y en la reducción de la informalidad, dos indicadores que mostraron una preocupante evolución durante la pandemia.

Carlos Inostroza Espinoza, analista cualitativo del Observatorio Laboral del Sence, de Ñuble -ejecutado por la FACE-UBB-, sostuvo que en la región “los principales desafíos en materia laboral se relacionan con las brechas en materia de participación laboral femenina y en las condiciones laborales”.

Manifestó que “si bien producto de la pandemia el empleo femenino se vio mayormente afectado, en los últimos meses éste se ha ido recuperando, no obstante, las cifras demuestran que aún existe una brecha por disminuir, lo que se ve reflejado en los datos entregados por la última Encuesta Nacional de Empleo (ENE) del INE, correspondiente al periodo enero-marzo 2022, en donde las mujeres representan el 41% respecto al total de ocupados a nivel regional”.

De acuerdo al boletín publicado ayer por el Observatorio, con ocasión de la conmemoración del Día del Trabajador, en 2019 se registró un promedio de 93.441 mujeres ocupadas, cifra que descendió a 75.623 en 2020, mientras que en 2021 logró repuntar para alcanzar un promedio de 81.616, lo que demuestra que el impacto de la pandemia sigue presente entre las mujeres.

En cuanto a las condiciones laborales femeninas, el profesional explicó que “el principal desafío a superar está relacionado con la jornada de trabajo bajo la cual están contratadas. Para el trimestre enero-marzo de 2022 en la región de Ñuble, existen 48.156 hombres a jornada completa (45 horas semanales), situación que contrasta con las 24.938 mujeres con esa jornada”.

Además, según el boletín del Observatorio, se evidencia la mayor cantidad de mujeres con jornada parcial para el mismo trimestre, y el mayor volumen de hombres (casi el triple de mujeres) que trabaja más de 45 horas semanales.

Finalmente, Inostroza apuntó a un tercer desafío “relacionado con el número de ocupados informales en la región, quienes en promedio para el año 2021 representaban aproximadamente un 33% del total de ocupados a nivel regional”.

En números absolutos, en 2021, el promedio de ocupados informales en la región, según el boletín del OLÑ, alcanzó a 67.656, cifra superior a los 60.439 que se registraron, en promedio, en 2020, no obstante, es un monto inferior al de 2019, en que los informales promediaron 76.105, lo que revela un comportamiento similar al observado en los ocupados formales.

Desempleo estructural e inclusión de sectores rezagados

Si bien las cifras que se conocen actualmente muestran una tasa de desocupación regional de 7,6% para el trimestre enero-marzo de 2022, lo que representa una disminución de 1,7 puntos porcentuales respecto a igual periodo del año pasado, siguiendo la tendencia de los últimos meses; lo cierto es que constituyen un espejismo favorecido por el factor estacional, pues en los meses de verano se crean más empleos, principalmente por la actividad agropecuaria y el turismo, así como también responde al proceso de recuperación de empleos perdidos durante la pandemia. En otras palabras, el problema crónico del alto desempleo en Ñuble aún no desaparece, y en la medida que se conozcan las mediciones de los próximos meses se podrá observar un alza importante.

Curiosamente, en algunos sectores todavía se observa escasez de mano de obra, lo que responde a desacoples entre la oferta y la demanda de empleos, como ocurrió con el agro en la reciente temporada de cosechas y también ocurre con labores especializas en la construcción, lo que se atribuye, en parte, al escaso interés de algunos por los salarios y las condiciones laborales que se ofrecen, así como también a la escasez de capital humano calificado que cumpla con los requisitos exigidos por los empleadores.

A este complejo panorama hay que añadir el impacto que tendrá el alza del sueldo mínimo en la creación de empleos, particularmente en las empresas de menor tamaño, que constituyen la mayoría en Ñuble.

En este proceso de recuperación de empleos, además, se evidencian otros problemas estructurales de la región, como la lenta incorporación de grupos rezagados al mercado laboral, como las mujeres, los jóvenes y los adultos mayores. Es por ello que uno de los focos del plan de recuperación inclusiva “Chile Apoya”, presentado por el Gobierno, apunta precisamente a fomentar la inclusión de estos segmentos a través de herramientas como el IFE Laboral, que entrega incentivos adicionales para la contratación.

Al respecto, Natalia Lépez Hermosilla, seremi del Trabajo en Ñuble, sostuvo que “las cifras en Ñuble son positivas: podemos ver que en el trimestre enero-marzo se crearon 4.810 empleos, sin embargo, hay desigualdades entre hombres y mujeres, por lo tanto, el desafío que tiene la región en el mercado laboral, primero, es fomentar la formalidad del empleo, y lo segundo, mejorar el acceso de las mujeres a empleos de jornada completa y no de jornada parcial. Con esos dos desafíos vamos a mejorar notoriamente la empleabilidad en la región, considerando, además, que las políticas del Gobierno vienen en ayuda de este grupo prioritario.

Mejorar la empleabilidad y la gestión de personas

Para el consultor en gestión organizacional y académico de la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad de Concepción, Marcelo Oliva Abusleme, “desde el punto de vista de las personas (trabajadores), creo que el principal desafío es desarrollar el autoconocimiento, que es, a mi juicio, la principal herramienta para mejorar la empleabilidad. Es decir, encuadrar claramente cuál es la oferta de valor personal, definir qué problemas organizacionales puedo resolver o ayudar a mejorar, para ello la sugerencia es conocer fortalezas, competencias, motivadores y satisfactores. Con ello, tendremos un relato que será un buen plan de marca profesional. A partir de ahí, preparar un currículo o un Linkedin acorde. Puede servir hacerse estas preguntas: ¿cuál es mi preferencia de trabajo ideal?, ¿qué tipo de empresa u organización me brindará mayor satisfacción?, ¿qué estilo de liderazgo y cultura organizativa me genera mayor motivación? Tener claro que es lo que quiero conseguir mejora ostensiblemente la efectividad”.

En segundo lugar, el profesional planteó como un desafío organizacional o de las empresas de la zona, “mejorar sus prácticas de gestión de personas, es decir, tener políticas de selección adecuadas, planes de formación, actividades para evitar los accidentes laborales y los riesgos psicosociales; en resumen, crear y mantener instancias de bienestar a sus colaboradores. Eso se denomina propuesta de valor al colaborador; y es la suma total de todo lo que experimenta y recibe el individuo mientras forme parte de la organización, desde la satisfacción intrínseca con el trabajo hasta el ambiente, el liderazgo, los colegas y la compensación, entre otros elementos; todo esto, con el objetivo de retener talentos”.

Precisamente, la Escuela de Administración y Negocios de la UdeC, junto a Empresas La Discusión, organiza anualmente el Premio Impulso, que reconoce a las empresas con presencia en la región por sus buenas prácticas de gestión de personas, como una forma de fomentar la adopción de mejores estándares.

“Y por último -continuó Oliva-, un desafío regional, tanto del Estado como de las inversiones privadas; que es generar condiciones para la apertura de nuevas startups, empresas locales o permitir el arribo de las grandes compañías a nuestra región. Eso necesariamente implica dar certezas, asegurar estabilidad social y política y por sobre todo, apoyar financieramente las buenas ideas o a las empresas que tienen una buena gestión y un foco en la responsabilidad social en todos sus ámbitos”.

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