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Los “años dorados” en la primera fila de la vacunación contra el Covid-19

Mauricio Ulloa

El miércoles 3 de febrero comenzó la vacunación masiva contra el Covid-19 en Ñuble, las primeras 50.400 dosis del laboratorio Sinovac llegaron a la región para inocular a las 49.760 personas mayores de 71 años que se concentran en el territorio.

De acuerdo al calendario del Ministerio de Salud el proceso se prolongará hasta el 12 de febrero, y partió esta semana con los adultos mayores de 85 años en adelante. El último informe del programa de Conocimiento e Investigación en Personas Mayores (Cipem) señala que este rango etario supera las nueve mil personas en Ñuble.

Una de esos adultos mayores fue Yda Mancilla Cáceres, de 92 años, quien asistió al punto de vacunación habilitado en el gimnasio techado de la villa Doña Francisca III, acompañada por su hija Elena para recibir la primera dosis de la vacuna. Considera que es una manera de protegerse del virus que puede ser mortal a su edad, pero también ve la inmunización como una forma de poder cumplir uno de sus anhelos, llegar a los 100 años.

“No le tenía miedo a la vacuna, ni me dolió. Lo hice porque cumplo con los reglamentos que pone el Ministerio de Salud para cuidarnos y por algo nos están cuidando también. Espero con esta vacuna poder llegar a los 100 años”, dijo.

A su edad Yda es una mujer autovalente, alegre y llena de energía. Tras vender su vivienda en Santiago se radicó en Chillán hace casi un año, justo antes de la pandemia, situación que le ha restringido ciertas actividades que solía hacer, sin embargo, su hija le permite salir a caminar algunos días y a ciertas horas, siempre tomando los resguardos para evitar contagios y usando mascarilla.

“He sido un poquito obediente porque debo confesar que soy bien porfiadita, me gusta salir a caminar, voy a las máquinas del parque porque tengo que darle movimiento a los huesos, porque en la casa no hago nada”, expresó.

Para hacer más ameno el pasar de los días en su casa mientras transcurre la pandemia le gusta tejer ponchos y prendas para sus nietas, hacer manualidades y leer. “En mi casa me gusta hacer de todo, todos los días hago mi cama, mi pieza, lavo mi ropa, me preparo mi bandeja”, agregó.

Recordó que durante su vida siempre ha sido una persona activa, y hoy día siente que su osteoporosis no es un problema en su cotidianidad, al contrario, está ansiosa porque la crisis causada por el virus termine para buscar agrupaciones de adulto mayor o actividades que pueda realizar.

“Trabajé hasta como los 80 y tantos años, siempre en casa particulares cuidando niños o abuelitos como yo, y resulta que ahí me jubilé y comencé a quedar aburrida y el médico me dijo que tenía que hacer algo para estar más activa, así que me integré al grupo de adultos mayores en Santiago, y así siempre estoy haciendo cualquier actividad, aquí en Chillán no me he integrado por esto de la pandemia pero ya estoy averiguando eso”, añadió.

“La vacuna es la solución”

María Celestina Bustos Pérez, de 78 años, es una fiel creyente de que la vacuna es la única forma de que las personas puedan protegerse del Covid-19, por lo que pide a la población no tener miedo y acatar la convocatoria de inmunización.

“Hay que hacer un llamado a la gente para que se vaya a vacunar, no tenerle miedo porque esta es la única solución, no podemos andar escondiéndonos todo el tiempo, arrancándonos por no saber quién nos va a pegar el virus, entonces si hay una forma de protegernos es la vacuna, no hay otra solución”, precisó.

Al ser una paciente crónica por padecer problemas bronquiales y asma ha sido muy cuidadosa para cumplir las medidas preventivas y normas sanitarias para evitar el riesgo de contagios. “Le tengo mucho respeto a este virus, así que siempre esperé que saliera una vacuna porque creo era la única manera para parar esta cosa”, dijo.

Comparó el Covid-19 con la llegada de la influenza a Chile, enfermedad que contrajo y complicó su salud dejando las secuelas que padece hoy día.

“En el año 1957 más o menos llegó la influenza en Chile y resulta que yo era niña y me dio muy fuerte, incluso estuve en el hospital y de ahí quedé con problemas y sensible ante cualquier resfrío. En esa época murió mucha gente y de ahí la influenza todos los años está presente y creo que con el Covid pasará lo mismo. Creo que en un futuro vamos a estar todos vacunándonos cada año para podernos resguardar porque la influenza llegó y nunca se fue, así que con la vacuna del Covid dios mediante permanezca en el tiempo y sea la solución para que la gente se defienda de este virus tan terrible”, aseveró.

María Celestina es oriunda de la Región Metropolitana y las largas cuarentenas en la capital la motivaron a venir a Chillán a casa de familiares. “Hace seis meses que vivo en la villa Doña Rosa pero mi domicilio legal es Santiago. Vine transitorio, tengo que regresar a Santiago pero creo que será cuando pase esta cosa porque en Santiago vivía en un departamento y tuvimos cinco meses en San Miguel en cuarentena, sin salir a ninguna parte y eso me motivó a venirme a Chillán porque es más tranquilo y además una casa es distinto a estar en un departamento”, explicó.

Admitió que la capital regional de Ñuble es una ciudad mucho más tranquila que la ajetreada Santiago, sin embargo, le sorprende la alta movilidad de las personas en plena cuarentena.

“En realidad aquí es más tranquilo pero encuentro que acá en Chillán la gente sale como si nada, a cada rato y yo digo pero si estamos en cuarentena qué pasa que esta gente no respeta cuarentena, no respeta nada, de repente se sienten fiesta por ahí”, cuestionó.

Extendió un llamado a las personas a protegerse del virus y cumplir las medidas de higiene y seguridad para evitar contagios.

“En estos momentos no se pueden hacer visitas, hay que respetar la distancia social al máximo. Me preocupa cuando mi familia sale a comprar porque pueden llegar con el virus, porque ellas se cuidan pero no sabemos si los que están en la calle toman los resguardos, por eso es que esta vacuna nos va a salvar la vida”, indicó.

La chillaneja Marina Gutiérrez Mardones no dudó en responder al llamado de vacunación contra el Covid-19 el jueves pasado, día en que la población, entre 89 a 87 años, fue convocada al proceso. Confía en el trabajo de ciencia y en sus beneficios, que han permitido combatir las diversas enfermedades a lo largo de la historia.

A sus 87 años, la estilista y conocida vecina del condominio Remodelación Schleyer concurrió esa mañana junto a su hijo hasta el consultorio Isabel Riquelme para participar del proceso de inoculación, donde esperó menos de 15 minutos para recibir la primera dosis del laboratorio de Sinovac, a la que ha reaccionado bien y sin inconvenientes. “No sentí ni siquiera el malestar en el brazo, nada, y tome mucha agua”, comentó

“Me quise proteger de la infección, para poder estar tranquila hasta que Dios diga. No es que esté ansiosa por vivir y vivir, pero sí trato de no enfermarme, porque estoy sola y no quiero dar problemas, por eso más bien me fui a vacunar para evitar un mal mayor. Cuando me acuesto siempre rezo y le pido a Dios que sea su voluntad no más, y por cada día más de vida le doy las gracias, por todo lo que me ha dado”, expresó.

A lo largo de la pandemia, Marina, quien es viuda, ha pasado la mayor parte del tiempo refugiada en su departamento, sola físicamente, pero acompañada a la distancia de sus dos hijos, Jorge y Patricio, quienes la llaman al menos cinco veces al día para saber sobre ella. El tercero falleció tras recibir un trasplante y permanecer grave durante ocho meses.

“Doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado en la vida, por darme unos hijos buenos, correctos y excelentes que nunca me han faltado el respeto”, valoró.

De naturaleza extrovertida y dispuesta a sacar de apuros a sus vecinos, la chillaneja habitualmente sale a caminar con su mascarilla por los pasillos de las torres interconectadas, donde saluda y conversa a distancia con la gente del barrio, que circulan en modo Covid.

Como ferviente católica y educada en el Colegio La Purísima, una de las actividades que más ha lamentado marginarse en tiempos de Covid ha sido asistir a misa los domingos, sin embargo,trata de buscar el apoyo espiritual a través de otros medios y dedicarse a labores artísticas.

“Me costó harto acostumbrarme al encierro, me encontré mi motivación en la pintura. En eso ocupé el tiempo que me sobraba. Tengo 12 libros completos pintados y ahora estoy en el último. He invertido mi tiempo en eso, sobre todo en la tarde, porque la mañana hago aseo, ordeno y el almuerzo. (…) Es difícil estar encerrada, no poder salir como antes, ir al centro a comprar las cosas que uno quiere, y menos yo por mi edad, pero mi hijo Jorge me llama la mayoría los días para preguntar qué me falta, me trae los remedios y mi pensión”, comentó.

Acción de la vacuna

Según la académica del departamento de Bioquímica Clínica e Inmunología de la Universidad de Concepción, Daniela Castillo, la vacuna contra el Covid-19 es confiable y efectiva en la protección, de acuerdo a la literatura científica.

“Hay artículos científicos como la revista The Lancet que avalan la vacuna. Es eficaz y segura para la población de adultos mayores, es decir, se vio que son capaces de generar anticuerpos neutralizantes contra el virus al igual que la población de estudio, entre los 18 y 60 años. Cuando hablamos de seguridad nos referimos a los efectos adversos y secundarios, y se ha visto que en la población mayor los efectos secundarios no son más graves que en la población de estudio. Es decir, la mayoría de las personas le generó dolor en la zona de inyección y en muy pocos casos un poco de fiebre, que es lo normal en cualquier vacuna”, explicó.

La acción de la vacuna del Laboratorio Sinovac no libra del todo a los adultos mayores frente a la enfermedad, ya que eventualmente, al estar en contacto con el virus, podría generar una sintomatología leve o moderada. Su principal objetivo es proteger a la población de generar un cuadro severo, y la inmunidad se logra tras completar las dos dosis en un plazo definido.

“No podemos bajar la guardia con solamente tener la primera inmunización, o sea, la primera inmunización es el día equis y después de 28 días se logra la segunda inmunización y después de cuatro semanas, posterior a esa segunda dosis, podemos decir que se generan estos anticuerpos protectores que neutralizan al virus frente a una potencial infección”, aclaró la docente.

La científica precisó que las personas se pueden vacunar tanto contra el SARS-CoV-2 como la influenza dentro del año, pero tras un tiempo transcurrido entre ambas inoculaciones.

“Una persona, independiente de que sea adulto mayor o joven, tiene que esperar un tiempo. No se pueden inmunizar a las personas en un periodo muy corto con una y después con la otra. Hay que esperar por lo menos un mes o más para vacunarse contra la influenza o a la inversa. No se pueden vacunar de forma simultánea con las dos vacunas”, precisó.

Texto: Antonieta Meleán| Susana Núñez

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