La pandemia obligará a reformular gran parte de los planes del municipio chillanejo, entre ellos el Plan de Desarrollo Comunal, Pladeco que debutó a fines de 2018 y propuso 164 iniciativas de inversión o programas para ser ejecutadas en el sexenio.
No hay nadie que no concuerde en que la llamada sindemia, que se caracteriza por los efectos de epidemias, crisis sanitaria, social y económica, afectará la ejecución de la matriz de propuestas para la capital regional.
El primero en reconocerlo es el alcalde Sergio Zarzar, quien advierte que habrá que seguir evaluando el modelo generado por la Universidad del Biobío y probablemente extender los plazos de ejecución para adecuarse al nuevo escenario, donde por lo demás la municipalidad al menos este año tiene un déficit importante y no puede emprender obras con fondos propios.
El director del Centro de Estudios de la Realidad Regional, Renato Segura, declaró que “si el plan de desarrollo está bien hecho, debiera ser válido. En efecto, los planes modernos son sistémicos, flexibles y basados en mecanismos de retroalimentación a través de plataformas tecnológicas integradas, los cuales tiene la virtud que se adaptan a distintos escenarios”.
Pero, recalca, “el nuevo plan de desarrollo, pareciera ser un plan que no reúne dichas características, lo cual hace pensar que efectivamente quedaría obsoleto, lo cual hablaría muy mal del planificador”.
El ingeniero civil puntualiza que “debiera ser tarea para las nuevas autoridades el actualizarlo. Lo que no creo, es que sea necesario hacer uno nuevo sino solo ajustarlo a la nueva visión de la autoridad”.
El cientista político de la Universidad de Concepción, Cristian Quiroz, en tanto, expuso que “el Pladeco como todo instrumento de planificación tiene que tener como punto de partida información confiable, un escenario real y objetivos de desarrollo, todo lo anterior sufrió modificaciones, primero el estallido social, luego la pandemia han modificado el contexto y por tanto se debieran actualizar las líneas de acción y los objetivos estratégicos para la comuna a través de un complemento que surja no solo del análisis documental, sino que de una amplia participación ciudadana”.
Quiroz subraya que en el corto plazo, “el desempleo, la reactivación económica y la asistencia social sustantiva serán claves en el corto plazo. Es probable que se pospongan algunas inversiones privadas que estaban proyectadas para la comuna y eso también debe considerarse, al igual que los énfasis de inversión pública nacional y regional que tendrán que adaptarse a la nueva realidad y serán determinantes en el financiamiento de las acciones municipales”.
El arquitecto y urbanista Claudio Martínez, declara en tanto que “con la pandemia Covid-19 el escenario cambio radicalmente, por lo tanto, los instrumentos mencionados deben ser revisados a la brevedad”.
Martínez, subraya que instrumentos de planificación generados en tiempos previos a la pandemia “no son un cien por ciento válidos. En todo caso primero hay que evaluar el comportamiento de la pandemia en la región y luego reformularlos”.
El profesional, agregó que “es probable que las ciudades y la comunidad en general mantengan el estilo de vida que tenían antes de la pandemia global. Hay dos etapas, mientras no exista la vacuna, el comportamiento no volverá ser el de antes, habrá cambios porque habrá temor, pero creo que serán transitorios.Me temo que luego de la vacuna, todo volverá a ser igual que antes, por ello la importancia de revisar los instrumentos de planificación, especialmente los de planificación territorial.
En tanto, Pedro Ramos, presidente del Colegio de Arquitectos, remarcó que las medidas para enfrentar el futuro de la ciudad deberán ser replanteadas, “tanto en su forma como en el fondo de como fueron concebidas y su desarrollo, planeamiento e implementación; obviamente se deben modificar, luego priorizar otras obras que no se han podido materializar”.
Ramos, postula que tras la crisis se genera lo que llama un Desafío Democrático, donde “el centro de las medidas de planificación hoy está en las personas y por tanto las obras deben servir de guía efectiva bajo un criterio de sustentabilidad que de respuesta clara a la crisis que deja esta pandemia, que hoy afecta a la ciudadanía, en pro del desarrollo y planificación de la ciudad que todos soñamos y queremos, esto es una ciudad amable y a escala humana”.