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La interna del Rojo

Los días previos al duelo entre Huachipato y Ñublense, estuvieron marcados por la tensión y molestia que evidenció el técnico de Ñublense, Jaime García, tras enterarse que un funcionario del club, había deslizado el rumor sobre su eventual partida, si no caminaba en las primeras fechas del torneo, y que su reemplazante sería Hernán Caputto, entrenador que maneja el representante Sergio Gioino, quien asesora al timonel y máximo accionista del club, Patrick Kiblisky.

Las dudas y rumores desencadenaron las críticas de los hinchas en las redes sociales y derivaron en una ola de mensajes y descalificaciones para el sindicado funcionario y la dirigencia. Incluso, un grupo de hinchas rayó la casa del gerente de la institución, Hernán Rosenblum, con un grafiti que apuntaba a la continuidad de García. Además, lanzaron panfletos alusivos a la inamovilidad del entrenador, que despierta una impresionante adhesión popular y fuegos artificiales en plena cuarentena.

Si bien la forma en la que García quiso demostrar su malestar (un posteo en redes sociales que decía “durmiendo con el enemigo. Chato”), no fue la más adecuada, pues jamás imaginó el impacto que tendrían sus palabras, tampoco es sano que la cúpula dirigencial, liderada por Patrick Kiblisky, salga a cuestionar solo el accionar de un grupo de hinchas en las afueras de la casa de su hombre de confianza, lo que obviamente es repudiable, y no profundice en la real convivencia de sus trabajadores en la interna de su empresa, que es clave para la consecución o no de objetivos colectivos.

La dirigencia, que supongo cree a rajatabla en el trabajo de García, debe ahora velar para que el entrenador trabaje tranquilo con gente de su confianza y evitar que, sí hay un roce con un funcionario cercano al camarín, este siga carcomiendo la estabilidad que el jefe técnico necesita para comandar su plantel.

Si Kiblisky quiere realmente apoyar a García y darle todas las herramientas para que triunfe en Primera, debe empezar por darle la garantía de que nadie en el club intentará hacerle zancadillas. Esa tarea, para limar asperezas internas, también será trabajo del gerente Hernán Rosenblum.

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