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La historia de la nueva promesa que emerge en el arco de Ñublense

Guillermo Gajardo tenía tres años cuando comenzó a jugar en la Escuela de Fútbol que dirige Manuel “Pepe” Lara.

Arrancó de zaguero central, siguiendo la tradición de su padre y hermano, pero terminó al arco.

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“Un día mi papá me compró unos guantes en cuarto básico. Después del colegio hacíamos remate y definición y me quedaba a tapar en el arco. Me empezó a gustar volar y sacar balones. En Juniors sub-12 le dije a mi papá que me pusiera al arco y de ahí no salí más. Llegué a Ñublense a la sub-12. Me fui a probar y quedé en la serie de Luis Flores y no salí nunca más”, rememora “Memo”, quien el pasado 19 de enero cumplió su gran sueño.

Debutó en el primer equipo de Ñublense, ingresando en la recta final del amistoso ante Nacional de Uruguay en Montevideo, donde atajó un penal en la definición que el Rojo perdió por 4-2 tras igualar 2-2 en tiempo reglamentario.

“Es un orgullo pertenecer a esta institución”

“Siempre se empieza con un poco de nerviosismo, pero estaba seguro de todo lo que había entrenado para demostrar que podía hacerlo de buena manera. Pertenecer a la institución es un orgullo, lo veo como hincha, era hincha de Ñublense y ahora representar a la comuna es un orgullo gigante”, revela Gajardo, quien reveló qué le dijo el preparador de arqueros, Ricardo Carrillo, en la tanda de penales.

“Me dio toda la confianza, me dijo que confiara en mí y que fuera a disfrutar la definición y que no me pusiera en tensión”, cuenta.

“Después del partido, llamé a mi mamá, me contestó llorando, me dijo que estaban orgullosos de mí, me felicitó, me dijo que me amaba, estaban todos los primos en la casa viendo el partido. La mamá siempre anda preocupada, llamando. Con mi papá igual, es un partner más, la relación que tenemos con ambos es muy buena. También vivo con mis dos abuelos que han sido mi apoyo siempre”, relata emocionado.

Sus modelos

El portero de la cantera “diabla” admira a Claudio Bravo, “porque es el portero más completo” y también tenía de modelo a Iker Casillas, ex arquero del Real Madrid.

Sin embargo, en Chile, aprende cada día de entrenamiento de sus compañeros Nicola Pérez y Hernán Muñoz.

“Mis compañeros Hernán Muñoz y Nicola Pérez son mis referentes también. La verdad es que al estar con porteros que llevan años jugando uno va adquiriendo experiencia. Se saca mucho de cada uno que son estilos diferentes. El ‘Huaso’ puede parar una pelota en la mitad de la cancha, cortar una jugada con el pecho y salir jugando, en cambio el ‘Uru’ es un arquero clásico, que juega más de atrás, pero nos complementamos todos. Crecimos como grupo, yo apuro al ‘Huaso’ y el ‘Huaso’ apura al ‘Uru’ y así vamos creciendo todos”, confiesa Guillermo, quien no olvida sus primeros años bajo la formación de Manuel Lara.

“El ‘profe’ Lara nos pedía ser ordenados, usar el pelo corto, las uñas cortadas, desde chico, todos los domingos nos enseñaba disciplina”, describe el golero de 19 años, quien sabe que no puede desviarse del camino como innumerables cadetes que no llegan a consolidarse en el profesionalismo.

“Hay que ser constante, entrenarse y sentirse como profesional, comportarse como profesional. Pasa que muchos chicos creen que ya debutando tocaron techo, cuando es solo la base de la carrera del futbolista”, reflexiona.

Su mayor virtud

El portero, que comenzó atajando en Juniors y el semillero rojo, sabe que tiene mucho que aprender para llegar a ser un exponente completo bajo los tres palos, pero revela cuál es su mayor virtud.

“El juego de hoy te obliga a saber jugar con los pies y como yo fui central me ayuda mucho a jugar con los pies, me siento seguro para salir jugando, meter un pase filtrado y ser un líbero. El juego con los pies es mi mayor fortaleza, puede ser una ayuda para la defensa, aunque creo que todo se puede mejorar cien por ciento”, acota.

“Acá se trabaja mucho la fuerza de piernas, el rechazo para el juego aéreo y todos los aspectos con el ‘profe’ Ricardo Carrillo. Se aprende mucho viendo a mis compañeros jugar. Para saber cuando salir o apurar el juego. El arquero debe ser el que dirige atrás porque tiene la visión de todo el campo de juego, repartiendo instrucciones a los centrales o el volante de corte. Cuando llegué al plantel uno no quiere pasar a llevar a los jugadores a la hora de gritar u ordenar, pero después hay confianza y hay que hacerlo”, comenta el ex zaguero central que se transformó en portero y que no olvida a sus mentores ahora que inicia su ruta en el profesionalismo.

“Agradezco siempre a mi familia, que me ha apoyado y me ha dejado ser, nunca me ha cortado las alas, con mis sueños, y a todos mis profesores de arqueros, Marcos Morales, Felipe Cofré, Francisco Arias y Ricardo Carrillo. Y también al profe Manuel ‘Pepe’ Lara y al ‘profe’  Jaime (García)”, sentencia Gajardo, la nueva promesa del arco ñublensino que debutó en un partido internacional, atajando un penal y luego escuchando a su madre llorar de emoción.

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