“La agricultura nos plantea el importante desafío de alimentar a una población creciente que, en el año 2050, se espera llegue a unos 10 mil millones de personas en el mundo, para lo cual se deberá aumentar la productividad en un 70%, lo que implica producir en sistemas altamente intensivos, ya que no hay mucha disponibilidad de suelo para los cultivos” sostuvo la investigadora de INIA Quilamapu Lorena Barra Bucarei, durante exposición en la feria virtual “Expo Chile Agrícola” impulsada por el Ministerio de Agricultura.
La profesional se refirió al tema “Bioestimulantes microbianos y su aplicación en sistemas agrícolas sustentables”, oportunidad en la que resaltó la importancia que tienen los microorganismos (hongos y bacterias entre otros) en los sistemas productivos agrícolas. Indicó que los microorganismos constituyen una parte importante del suelo y son fundamentales para el desarrollo de las plantas, por lo que el tipo y cantidad de microorganismos presentes en el suelo son un indicador de la salud del mismo y de su potencial productivo.
Lorena Barra enfatizó que “los suelos con mayor cantidad de microorganismos y mayor diversidad suelen ser más sanos y más productivos”. Aclaró que los microorganismos están involucrados en varios procesos, como en la nutrición de las plantas, además de entregarles protección frente a distintas situaciones de estrés.
Una alianza beneficiosa
“Las plantas atraen a través de sus raíces a los microorganismos benéficos, para que la apoyen en su proceso de crecimiento y desarrollo; a cambio de ello, las plantas les entregan alimentos, por lo que se produce una relación simbiótica en donde ambos ganan”, señaló la investigadora de INIA, especialista en recursos genéticos.
En ese sentido, destacó la relevancia que tiene la incorporación de bioestimulantes en los sistemas productivos. Indicó que se trata de sustancias compuestas de origen natural, cuya función es mejorar o favorecer la absorción de nutrientes, además de “aumentar la tolerancia al estrés abiótico o la calidad del cultivo y su rendimiento”.
La investigadora Barra mencionó que los productos biológicos o “bioproductos” pueden ser aplicados de diversas maneras a las plantas, ya sea a las hojas, a las raíces o a las semillas, con la certeza de que no generan daño alguno al medio ambiente y favoreciendo considerablemente a la planta.
En lo concerniente al uso más masivo de estos bioproductos, expresó que “no basta tener un buen microorganismo, sino que hay que trabajar en sus escalamiento industrial, en su formulación, almacenamiento y transporte, en las formas de aplicación y en la incorporación en los paquetes agronómicos de cada cultivo, entre otros varios aspectos”.
Generación de inoculantes microbianos
En Chile, el INIA, aprovechando la investigación realizada en el Banco de Recursos Genéticos Microbianos, en Chillán, trabaja en el desarrollo de una línea de inoculantes microbianos. Al respecto, la investigadora Lorena Barra mencionó que “se están estudiando productos que puedan promover el crecimiento de las plantas mediante los mecanismos de solubilización de fosfatos y potasio, fijación de nitrógeno, producción de sideróforos de fierro y la producción de fitohormonas como las auxinas”.
Agregó que estos trabajos se suman a otros ya realizados para el control de plagas, enfermedades y nemátodos, mediante el uso de hongos y bacterias que actúan, tanto desde fuera de la planta, como desde su interior (hongos endófitos). Este Banco cuenta con un laboratorio exclusivo para el ámbito de los bioinsumos, en los que además de hacer investigación en el escalamiento de bioproductos, se prestan servicios de calidad en bioinsumos.