Señor Director:
A pocas semanas de la vuelta a clases y dada la discusión sobre los aforos al interior de las salas, hay que destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sumó otra medida al lavado de manos y el uso de la mascarilla para evitar los contagios de Covid: la ventilación. Esta última permite reducir la concentración de aerosol infeccioso en el aire y, por tanto, reducir el riesgo de contraer el virus.
Algo similar recomendaron los expertos de Johns Hopkins Center for Health Security, que se garantice que las escuelas tengan aire saludable para respirar.
Ésta es una inversión que deben hacer y una medida de salud pública rentable para reducir la transmisión del Covid-19, ya que proporciona un entorno más seguro y mejora el aprendizaje.
Sumar sensores de CO2 en las salas de clase para garantizar la calidad del aire, es una alternativa muy eficaz, ya que mientras más CO2 exista en un lugar, más fácilmente se transmitirán los virus.
En Chile, estamos atrasados. Necesitamos actualizarnos en las mejoras y equipos de ventilación. En Europa, por ejemplo, es obligación contar con medidores de CO2 para evaluar la calidad del aire. Este es un cambio de paradigma necesario para enfrentar la pandemia en Chile, a fin de velar por la salud de todos.
Walterio Osorio