El informe del empleo del INE correspondiente al trimestre móvil agosto-octubre mostró que la desocupación en la R e gión de Ñuble (7,9%) descendió 0,8 puntos en comparación con igual periodo del año pasado, así como también cayó 0,7 puntos respecto del trimestre móvil anterior (julio-septiembre).
Y si bien la medición abarcó el comportamiento de octubre, aún no refleja en su totalidad la magnitud del impacto del estallido social en la economía y en el mercado laboral, que según los pronósticos de los expertos debiera mostrar una caída en el crecimiento y la destrucción de un número significativo de puestos de trabajo a nivel nacional.
Pese a que Ñuble continúa empinada en el podio de las regiones con mayor desocupación del país y su tasa de 7,9% es muy superior al promedio nacional de 7,0%, el guarismo no deja de ser positivo en el contexto de debilidad económica y caída del consumo.
En ese sentido, hay que considerar que esta medición solo considera el inicio del estallido social y sus consecuencias, y por otro lado, el marcado carácter estacional del empleo en la región, por la importancia de la agricultura.
Por lo anterior, no debiera soprender que en las próximas mediciones del empleo se observe una pérdida neta de puestos de trabajo en sectores como el comercio y los servicios, principalmente pymes, que están entre los más afectados por la crisis.
Sin embargo, tampoco se puede subestimar el impulso que el trabajo temporal en faenas de cosecha pudiera tener en los próximos meses, compensando una posible alza de los desocupados en otros sectores, así como también el impacto positivo que pudieran tener las fiestas de fin de año en el comercio.
Al respecto, el analista del Observatorio Laboral Ñuble, Héctor Garrido, planteó que dada la situación actual del país con un tipo de cambio alto y alzas del desempleo en otros sectores, el efecto estacional será ambiguo sobre la reducción de la tasa de desocupación y la composición del empleo en los próximos meses.
Según el experto, lo que sí está claro es que en los próximos meses se anticipa un escenario con un dólar alto, lo que traerá consigo presiones inflacionarias; menores ingresos por comisiones en trabajadores del comercio y servicios; mayor endeudamiento; y un nivel más alto de incertidumbre, tanto en consumidores como en inversionistas; entre otros elementos.
En el caso particular de Ñuble, el dólar alto favorecerá a los exportadores, quienes además prevén para esta temporada un incremento en los envíos de fruta fresca; mientras que la construcción debiera mostrar números positivos; sin embargo, sectores importantes como el comercio y los servicios van a necesitar de estímulos potentes, orientados al consumo y a la empleabilidad, donde pudieran jugar un rol importante el reajuste a las pensiones y el alza del ingreso mínimo.
En un contexto donde aún no es posible calcular la magnitud del impacto de la crisis en el mercado laboral regional, la incertidumbre asoma como el principal factor que amenaza el empleo, y en la medida que ese elemento no se despeje, será muy difícil reactivar la economía.
